MÍA PARA SIEMPRE | Hanji zoe y tu |~| Hanji Zoe x femreader | Shingeki No Kyojin

!CELOS DE TU CADETE!

Me encontraba en el patio entrenando junto con Ymir y Mikasa. Realmente eran muy buenas en el combate, pero solíamos entretenernos mientras entrenábamos. Me la llevaba tan bien con Mikasa que podía notar que sonreía a ratos con las bromas que yo hacía, algo muy inusual en ella.

De repente la líder Hanji se acercó a nosotras, no emitió ni un gesto y solo dijo.

- Entrenen de verdad –con un toque de frialdad y alejándose de nosotras.

- ¿Pero cuál es el problema con la líder? –dijo Ymir extrañada.

- Hoy ha estado muy extraña –dijo Mikasa poniéndose su bufanda. Pues la hora del entrenamiento realmente ya había terminado –Y ¿Cómo es que has podido cambiar de escuadrón? Pensé que era imposible –continúo.

- No tengo ni la menor idea Mikasa. Pero al parecer fueron órdenes directas de Erwin –dije algo insegura.

Ellas se miraron y luego a mí, pues era algo extraño considerando que era una de las pocas sobrevivientes del escuadrón de Levi y por consiguiente era de suma importancia mi permanencia allí.

Fui a la habitación, pero se encontraba Ymir con Christa. Así que solo me volví sin emitir palabra y cerrando la puerta. De repente recordé que la habitación de Hanji se encontraba frente a la mía, y puesto que tenía dudas sobre nuestra conversación; decidí tocar a la puerta.

- Adelante –dijeron desde adentro. Entonces me adentré en su habitación.

Mi corazón latía al mil. Estaba en la habitación de mi superior, a quien quería conmigo a quien quería que me correspondiera.

Solo la miraba en su escritorio sentada escribiendo en un pequeño libro, luego me miró.

- Hola Hanji –dije mirándola con mi cara hecha un tomate.

- Hola cadete –dijo algo seria.

No me agradaba verla de ese modo. Adoraba a la Hanji que siempre es, la loca maniática obsesionada con los titanes. La quería ahora conmigo.

- ¿Qué necesitas? –dijo cambiando un poco su semblante. El alma me vino al cuerpo de nuevo.

- Solo... tenía una duda –dije emitiendo un gran suspiro.

- Yo también tengo una duda –dijo levantándose esta vez y recorriendo todo mi cuerpo con su mirada.

- Y ¿Cuál es tu duda? –dije tragando saliva y quedándome estática como una estatua mientras ella caminaba alrededor de mí.

- Así que te he hecho un gran favor cadete. Pasaste del martirio con Levi a encontrarte con esa persona que tanto te gusta –dijo posándose en mi mirada, muy cerca de mi cara y agachándose levemente.

- ¿A qué te refieres? –dije confundida. Estaba atónita. Hanji había sospechado mis sentimientos hacia ella y por ello estaba tan seria conmigo. Tal vez lo suyo no es tener una relación con alguien de su mismo género. Me sentía tan nerviosa y desilusionada. Además sentía un pequeño rechazo anticipado por su frialdad.

- ¿A qué me refiero? Puedo oler tus nervios, la forma en que miras a esa persona. Puedo sentir como tu corazón latía al mil cuando estabas con aquella persona –dijo mirándome a los ojos, tan maníaca como siempre pero sin ser sorprendentemente alegre, más bien, estaba algo angustiada.

No me resistí y una lágrima cayó sobre mi mejilla, ella me tenía tan intimidada que me consumía por dentro. No emitía movimiento puesto que me sentía muy atrapada. Ella no estaba de acuerdo con mis sentimientos porque simplemente no estaba bien a los ojos del resto del mundo que dos mujeres se amaran.