Mi mejilla arde ante el impacto de su mano golpeando mi rostro. Caigo al suelo porque se me hace imposible poder sostener mis pies. Estoy demasiado débil como para lograr algo como eso.
Pero no puedo dejar esto así como así. Mañana debo trabajar y es obligación mía llegar presentable.
Me levanto con las pocas fuerzas que creo tener y voy a la cocina. Abro la nevera que se encuentra casi vacía menos por un par de cervezas y una cáscara de ajó. Huele mal. Debido a los trozos de carne desperdiciados por mi esposo. Siempre me exige un montón de comida y a la final la veo con moscas en la nevera.
- ¿Qué buscas? - Mi cuerpo tiembla al escuchar el sonido de su voz.
- Na. Nada - Tartamudeo con miedo y agacho la cabeza.
- ¿Qué que buscas? - Un grito de su parte hace eco en la habitación y veo su mano levantada. Estoy preparada para recibir el golpe. Por reflejo cierro los ojos y espero ahí. Siento su respiración acelerada y fuerte - Ay, pero que ternura me das.
Cierro la nevera y me alejo de él yendo a la sala.
- ¿Buscabas el hielo, mi amor?
- Sí - Susurro con voz cortada. Siento que poco a poco mi voz va fundiéndose.
Lo veo abrir la nevera, sacando la cubeta del hielo donde hay pequeños cuadros congelados.
Da fuertes zancadas acercándose a mi y me ofrece la cubeta. Todo cambia cuando al agarrarla él la aleja.
- ¿Creíste que era en serio?
Se aleja y lo sigo mientras camina hacia e baño.
Apoya la cubeta en su pierna y logra romper los hielos.
- Por favor no - Ruego para que me los entregué. Los necesito, no quiero perder mi empleo. Soy la única que nos mantiene a ambos.
- ¿Por favor? - Arquea una ceja mientras se ríe cínicamente. Mis ojos tienen un límite y no quiero dejar las lágrimas salir.
La cubeta es volteada y bota todos los trozos en el retrete. Mientras caen no puedo evitar llorar. ¿Por qué hace esto?, ¿Acaso no sabe que siempre hago lo que quiere? El no vive en la calle gracias a mí.
Mis rodillas no aguantan más y caigo dándoles un fuerte golpe contra la baldosa del baño. Tapo mi rostro y trato de llorar para mí. No para él. Si no que esto es lo único que me alivia.
- Así me gustas. Que me hagas caso, mi amor.
Su mano acaricia mi cabeza con fuerza como si fuera un animal. Aunque él no lo sabe, él es animal y yo soy la víctima. Siempre lo soy. Él sale del baño y escucho el televisor encenderse.
Me acerco al retrete y veo que de los cubos sólo quedan pequeños trozos.
- Por cierto - Se asoma y yo me giro para mirarlo - Ahí están tus hielos. Oh, pero vaya problema. Ya no hay cubeta.
- ¿Qué hiciste con la cubeta? - Mi garganta arde reteniendome de que no salgan las cosas que quiero gritarle.
- La bote.
- ¿Y entonces que quieres que haga? Porque me imagino que tú no trabajarás nunca. ¿Cómo esperas a que llegué así?
Me levanta los hombros y sus brazos de cruzan.
- Arreglatelas tú sola. No me metas en tus problemas.
- ¿Mis problemas? Te gastas todo el dinero en alcohol, Jack.
- Mira Ross - El tono de su voz aumenta y yo me alejo - Nadie te dijo que estuvieras conmigo.
Me acorrala contra la pared y susurra en mi oído.
- Así que. Te aguantas o te mueres.
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Bienvenidooooos a mi nuevo libro: "Golpe tras golpe".
Bueno. Voy a aclarar un par de cosas y es que:
1. No pausare: "El viaje" aún. Ni en ningún momento. Yo amo esa obra y la seguiré actualizando cada cuatro días hasta cuándo les informe sobre el último capítulo.
2. Con: "Golpe tras golpe" muchas cosas serán diferentes. Como que esta obra se actualizará cada domingo y los capítulos serán de 1.500 a 2.000 carácteres. Ni más, ni menos. El único capítulo corto que verán es el primero: Te aguantas o te mueres.
3. Espero que les guste. De verdad quiero que les encante demasiado. Estoy tratando de iniciar una etapa de mi vida donde pueda escribir sobre lo que pienso sobre el amor e imagino.
4. Si les gusta, voten. Comenten. Escribribanme. Opinen al respecto. Con todo el gusto aceptaré lo que me digan.
En el próximo capítulo publicaré algunas de mis redes sociales. Por si quieren saber sobre mi.
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Golpe tras golpe.
Krótkie Opowiadania"Nunca dije que la vida había sido injusta y no me quejo por lo que me ha dado. Pero los golpes han traspasado mis límites. Esto acabó con mi autoestima y con todo lo fuerte que llevaba dentro de mí. No hay razón para luchar, quizá mi familia. Pero...
