Cuando despertó por segunda vez, ya no entraba por las ventanas la suave luz de la mañana en su lugar sólo había oscuridad y el clima estaba notoriamente más fresco, ya era de noche, llevaba un día entero durmiendo después de haber despertado por quién sabe cuánto tiempo.
Luhan decidió que era tiempo de salir de la cama, la había ocupado bastante así que caminar por la habitación un poco no sonaba mal, ya no temblaba como antes, ahora sí bien andar le producía cierto vértigo era algo que podía controlar, se fue a revisar el baño, era un lugar exageradamente espacioso como esa habitación, tenía una tina donde fácilmente cambian dos personas, tomó una ducha y luego se dirigió al armario más cercano, sí bien el pijama era cómodo no sentía que fuera lo más adecuado para usar, tomó la primera sudadera que encontró a mano, como así también un par de jeans, ese armario era más pequeño que el que se encontraba al otro lado de la habitación y contaba con bastantes prendas de su talle, eran bastantes en comparación a lo que tenía en casa, lucían visiblemente más nuevas y costosas, podía vestirse por meses sin problemas.
La habitación era excesivamente grande pero no había mucho más que la enorme cama, el baño, el par de armarios y la mesa junto a la cama, daba la impresión de que aquel sitio había estado inhabitado no hasta hace poco, Luhan aprovecho el tiempo del que disponía para relacionarse con el lugar, inspeccionando cada aspecto de este, los cuadros que no eran exactamente particulares, contaban con paletas de colores oscuros en su mayoría y carecían de forma, eran bastante abstractos, el otro armario que no había visto al principio estaba equipado con una cantidad considerable de trajes y camisas y todas eran de un tamaño mucho mayor al suyo pero de la misma calidad de sus prendas, tal vez el lugar se trataba del antiguo alojamiento de algún dador del que no se tomaron la molestia de deshacerse de sus prendas. Las ventanas daban a un paisaje vacío, no se lograba apreciar nada debido a la oscuridad, el afuera lucía inquietante, incluso un tanto siniestro por lo que Luhan optó por cerrar la ventana.
Había pasado ya un buen rato que no hacía nada, su expedición por la habitación fue corta y el aburrimiento terminó apremiándolo como así también el hambre, el suntuoso desayuno fue hace tiempo por lo que con incertidumbre se dispuso a salir de allí, como el vampiro no había mencionado nada con respecto a prohibirle salir no creyó que fuera una mala idea.
Su habitación estaba justo al final del pasillo, debía caminar frente a una buena cantidad de puertas para llegar a las escaleras, seguramente la cocina no estaría muy lejos una vez llegado allí.
Caminó por el corredor sosteniéndose con una mano de la pared al andar, la sensación de vértigo era escasa pero inevitable, prefería andar cauteloso que terminar perdiendo el equilibrio y caer en medio de un lugar desconocido que lo exponía tanto.
Una de las puertas que se encontraba a unos metros de Luhan se abrió, una chica salió de allí con prisa, no la vio lo suficiente como para entrar en detalles, sus ojos automáticamente se posaron en el cuello que ella resguardaba con una de sus manos como si quisiera protegerlo de algo, tenía una gargantilla, la misma que usaban los dadores y sus dedos manchados con sangre solo podían decir una cosa, la chica lo miró por un instante parecía aterrada y luego se fue con la misma prisa que tuvo al abrir la puerta olvidando cerrar esta correctamente tras de sí.
La estela de luz que se escapaba por la rendija abierta sugería que había quedado alguien allí, Luhan sin intentar ver mucho observó por medio de la abertura una gran habitación similar a la suya, al fondo había un escritorio y una persona de espaldas, más bien dos, alguien estaba sentado debajo de la chica que sostenía mientras tomaba algo de su cuello con sus labios.
Luhan sintió un vuelco, era obvio que se trataba del vampiro de esta mañana, bastó con ver su abundante cabello negro para reconocerlo. Se estaba alimentando, tenía a una dadora encima a la cual no sólo quitaba su sangre, la mano libre que no sostenía la cabeza de la joven, estaba posando sobre una de sus nalgas, la estrujaba un poco conforme hacía suaves movimientos circulares sobre ella, la chica soltaba suaves gemidos, algunos eran más lastimeros que otros y otros parecían más excitados que los anteriores, era un escenario tan perverso que hizo que Luhan deseara salir corriendo de esa mansión sin mirar atrás pero sus impulsos se estancaron al notar que no sólo estaba esa chica en su regazo, había otras cuatro más esperando en los sillones dispuestos en medio de la habitación separados por la mesa de vidrio en el centro demarcando el espacio comunal, las chicas permanecían calladas mientras la que estaba siendo succionada no paraba de soltar suaves y sugerentes sonidos.
ESTÁS LEYENDO
In My Blood
VampireLuhan es un chico de 20 años que de lunes a viernes trabajaba en una cafetería para mantener a su familia, después de causar un asesinato tras defender a su madre de ser ferozmente golpeada, se ve obligado a pagar su condena en un Banco de Sangre, d...