La ronda del mediodía se extendió durante la tarde, Luhan no recordaba con certeza cuantas veces el vampiro lo había hecho venirse, ni cuantas veces albergó el nudo de Elihan dentro de su vientre, recordó vagamente cuando el ultimo rastrojo de conciencia lo alumbró y mientras contenía el miembro del vampiro aumentando dentro suyo su vista se nubló para luego oscurecerse.
Luhan abrió sus ojos lentamente, sus parpados parecían resistírsele, como así todo su cuerpo, sus primeros intentos por moverse habían fallado hasta que logró el dominio de sus extremidades, notaba que no estaba adolorido, pensó que se debía a la milagrosa sangre Real de Elihan, sin embargo esto no hacía algo por el cansancio mental que traía, su cabeza parecía estar en una nebulosa, y no era eficiente manejando su cuerpo, eso le recordó de alguna manera a la primera vez que despertó después de ser puesto a dormir y el sudor frio le recorrió toda su espina dorsal.
Se sorprendió cuando notó que estaba limpio y vestido, con una camisa de lino y pantalones de mezclilla, no era la primera vez que se despertaba arreglado, pensó en que Elihan pese a deshumanizarlo constantemente, se encargaba que estuviera en óptimas condiciones, pero entonces recordó que él cuidaba todo lo que le pertenecía, y pensó entonces que solo era parte del manteamiento minucioso que le daba a todas sus pertenencias, porque él en efecto, no era más que una de sus tantas posesiones.
Y ese pensamiento, no debió dolerle tanto como lo hizo.
Se levantó de cama con dificultad, cuando notó que fuera de las ventanas el sol estaba en su punto más bajo, en unos minutos se iría completamente, un nudo se le formó en el estómago y su pulso se aceleró, la noche nunca le había aterrado, pero por alguna razón, ahora que conocía de cerca a una creatura de esta, todo lo relacionado lo hacía sudar.
Salió de la habitación, no sabía bien donde iba, pero siguió su camino por el pasillo cuando se encontró con la luz encendida que se filtraba por debajo de la puerta del estudio de Elihan, él recordaba lo que había visto en aquel lugar, también sabía que se trataba de un espacio mucho más personal que la habitación, a la cual, no sabía si tenía permitido entrar, mucho menos sin permiso.
Sin embargo, su mano ya estaba sobre el pomo antes que lo notara, y abriendo la puerta, adentro, vio la espalda ancha de Elihan cubierta por una camisa de vestir, contra su oreja un móvil, Luhan cerró la puerta entonces y se permitió entrar.
Elihan volteó a verle y su expresión no cambio al notarlo, descansó contra el escritorio mientras se mantenía hablando, Luhan aún no entendía porqué seguía caminando hasta él, porqué no estaba asustado y en pánico a tan poca distancia.
Elihan extendió una mano y entonces Luhan supo que todo lo que quería es que él lo tocara, tomó la mano de Elihan y la llevó a su mejilla, notó que Elihan se mantuvo viéndolo en todo momento, sus dedos eran extrañamente suaves y se deslizaron con delicadeza por su piel, como si lo tratara con aprecio, y ese pensamiento no debió sentirse tan bien como lo hizo, el pecho de Luhan se estrujó de manera agradable.
—Sé que lo intentaste, no son fáciles de controlar. —Dijo Elihan al teléfono, y su tono fue... agradable, casi con cariño, eso despertó la curiosidad de Luhan. —Bien, mantenme al corriente. Estaré atento. —un murmullo se filtró desde el otro lado de la línea, una voz masculina, entonces: —Sí, bien. Hasta luego. —y con eso colgó la llamada, dejó el móvil a un lado sobre el escritorio mientras se volvía a Luhan.
Luhan no lo había notado hasta ahora, pero se había acercado tanto que rompió la barrera del espacio personal, ocupando espacio en medio de las piernas de Elihan, por la impresión trató de retroceder, pero Elihan lo tomó de su muñeca, evitando que lo hiciera.
— ¿Cómo llegué aquí? —Preguntó y se sintió estúpido de solo decirlo, esperaba que el vampiro se burlara de él, pero este lejos de hacerlo sonrió, había cierta comprensión en sus ojos, una sutil aceptación ante un hecho que él desconocía.
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In My Blood
VampireLuhan es un chico de 20 años que de lunes a viernes trabajaba en una cafetería para mantener a su familia, después de causar un asesinato tras defender a su madre de ser ferozmente golpeada, se ve obligado a pagar su condena en un Banco de Sangre, d...