Esta es la historia de Harry, un hermoso y poderoso vampiro de 2000 años, que tras la muerte de sus padres a manos de sus enemigos, se convierte en el Lord de toda una Comunidad Vampírica.
Constantemente sus dominios se ven asediados por lo que tant...
Harry decidió levantarse de su lecho, en el cual aún permanecía su esposa también pues estaba intranquilo y necesitaba hablar con alguien.
Camino por los oscuros pasillos y llegó a la habitación de su hermana, la cual estaba tendida en su cama leyendo un viejo libro de historias que su madre les leía de pequeños.
—¿Puedo pasar hermana?.
—Claro miLord... siempre eres bienvenido—dijo sonriendo.
—Necesito tu consejo Gemma. No sé que estoy haciendo.—Habló muy apesadumbrado.
La vampiresa lo atrapó en sus brazos y este recostó la cabeza en su frío pecho.
—¿Qué te ocurre Harry?—preguntó mientras pasaba sus finos dedos por el rizado pelo de su hermano.
—No amo a Madeleine y no voy a soportar una eternidad junto a ella... ahora ya no.
—¿Qué es lo que ha cambiado?.
El ojiverde levantó su cabeza y la miró fijamente.
—Hay alguien más.
La vampiresa sonrió.
— Debiste seguir negándote... yo sabía que ella no te haría feliz. No es tu tipo.
—Si pero tengo responsabilidades para con la Comunidad y con nuestros aliados, tarde o temprano tenía que hacerlo.—dijo molesto.
— Ya ya lo sé pero si te habías negado durante siglos, podías haber aguantado más y esperar a que ese vampiro o vampira que te llena, llegase a ti.
Harry se incorporó de repente y empezó a caminar de un lado a otro de la habitación.
— ¿Qué te pasa hermano?, ¿A caso hay algo que quieres contarme?—preguntó Gemma desconcertada y incorporándose también.
—Es...e-s que...es que...n-no es un va-vamp...
—¡¿No es un vampiro?!, pe-pero ¿q-qué?, ¿cóm...—interrumpió su hermana.
—No...no lo es.
—¡Por todos los demonios, no me digas que es un lacayo! —gritó Gemma—Eso sería una deshonra y nuestro fin.
—No ....tranquila...n-no es un lacayo—Dijo Harry cada vez más nervioso.
—¿Entonces es un humano?...¡habla Harry porque padre y madre se...
—No metas a madre y padre en esto... los tiempos cambiaron y yo soy distinto y tú también, aunque ahora no entiendas nada.
—Entonces ¿que es?...es porque es ...oh por favor... no me digas que es un licantropo.
Harry abrió los ojos y la miró fijamente.
—N-No es un li-licantropo exactamente... ¿te a-acuerdas del híbrido?—preguntó finalmente.
Gemma se acercó a su hermano y lo abrazó.
—Harry eres mi hermano por encima de tu titulo pero entiende que pueden destruirnos si se sabe que el Lord tiene amoríos con un licant... con esa criatura.
—Lo sé Gemma, entiendes ahora. Louis era un licantropo pero ahora es un híbrido y es bueno pero también es poderoso y único. Por raro que parezca es a quien amo y eso es un problema por eso he acudido a ti.
—Bien hermano perdóname. Yo siempre he sabido que eras especial y distinto... que cambiarías el mundo y que harías grandes cosas.—dijo esta acercándose a la ventana—Ya ha anochecido.... no te preocupes más, te ayudaré. No estás sólo, buscaremos la forma de que todos entiendan que Louis es tu futuro.
—Gracias herman....¿qué es lo que ocurre?—preguntó el ojiaverde al escuchar un gran revuelo fuera.
—No tengo idea, hermano.
—Gemma quédate aquí, si es lo que estoy pensando corre al refugio, ¿entendido?.
La vampiresa asintió y el Lord salió corriendo hacia el gran salón.
—¿Qué es lo que ocurre?—preguntó Harry.
—¡Son los Payne, los Horan y los Cowell Milord nos atacan!, ¡pretenden entrar en la fortaleza!—gritó uno de sus guardianes muy alterado.
—Oh mierda....¡joder qué oportunos!—Gritó Harry corriendo a su dormitorio para buscar sus armas—¡Preparemonos!
—MiLord solos no podremos con ellos... somos muchos menos.—dijo uno de sus consejeros que lo seguía por el largo pasillo.
—Convocad a nuestros aliados. A todos los que puedan venir. Lucharemos, no se quedaran con nuestra Comunidad.
—Bien miLord, espero que lleguen a tiempo.
—Si yo también lo espero—dijo Harry entrando en su habitación en la que raramente Madeleine ya no estaba pero luego pensó que estaría con Gemma y las demás en el refugio.
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—¿Queréis seguir luchando? Pues bien luchemos—dijo el ojiverde saliendo con su gran y afilada espada camino a la batalla.
