Doce

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La noche del nuevo intento de boda llegó, algunos invitados habían regresado y otros habían decidido no ir por miedo a perecer en un nuevo ataque lejos de sus Comunidades.

Harry daba vueltas alrededor de sus habitaciones, Gemma tocó a su puerta y entró para hablarle y hacerle compañía mientras la novia aún estaba preparándose.

...-¿Otra vez esa cara hermano?-preguntó al verlo molesto y con el ceño fruncido-...eres el Lord, si no quieres hacerlo no lo hagas, cambia las leyes.

-¿Crees que si pudiera no lo habría hecho?, los miembros del consejo no ceden y por lo visto es lo mejor para la Comunidad.

-Estás distinto, hermano— dijo de repente y muy extrañada la princesa vampira—...en tu negativa hay sufrimiento y tristeza, ¿qué es lo que pasa?.

-Que no la amo, eso es lo que pasa-respondió rápidamente este

Gemma rió.

-¿Desde cuando sabemos que es el amor hermano?... Follatela y ya está, comparte con ella el gozo de la carne... Antes nunca te había detenido eso.

-Antes estaba resignado pues creí que ella me haría sentir pero no es así, otro me lo ha hecho ver aunque es un imposible.

-No me digas que te has enamorado de alguna de las sirvientas a las que te tiras- susurró Gemma bajando el volumen y acercándose a su hermano.

-No, ¿cómo crees?, ha sido otra criatura pero es una locura... Aún así, yo no quiero eso, no quiero vivir resignado con una vampira con la que follar toda la eternidad... Eso ya lo tenía, yo quiero sentir... quiero amor.

- Vaya hermano, quién te escuchase no te reconocería... No pareces al temible y sanguinario Lord, al que todos están acostumbrados, ni siquiera yo sabía que te interesaba el amor, ni tampoco sabía que lo supieras lo que es.

-Tengo el ligero recuerdo de ver a nuestros padres pero jamás lo había sentido hasta ahora y me ha gustado. Quiero sentirme así para siempre pero no puedo...Tengo que cumplir con esta maldita ley, que me hará un desgraciado por toda la eternidad.

Unos toques en la puerta hicieron que los dos hermanos terminasen su conversación y enseguida entró uno de sus guardianes.

-La princesa ya está lista miLord, puede dar comienzo la ceremonia en cuanto usted lo ordene.

Harry miró a su hermana y suspiró resignado, entonces asintió y el guardián haciendo un gesto de obediencia volvió a salir por la puerta.

-Bien, el momento ha llegado... El camino a mí desaparición está por comenzar.

Todos los presentes estaban ansiosos por ver a los novios unir sus
eternidades y esperaban que esta vez todo saliese acorde a la ley y el Lord tuviese por fin una esposa a su lado.

Harry llegó dónde todos los invitados aguardaban para que diese comienzo la ceremonia y poco después se escuchó la música nupcial que anunciaba la llegada de la novia.

Madeleine estaba igual de hermosa que en la primera vez que apareció en el gran salón, junto a su orgulloso padre, solo que esta vez el ojiverde sentía que a cada paso que ella daba, él más y más se hundía en ese pozo de amargura que lo inundaba.

El anciano del consejo que oficiaba la ceremonia habló de la unión, del compromiso y el apoyo mutuo de las familias, mientras Harry solo podía pensar en que ojalá los licántropos volviesen para atacarlos.

Era un pensamiento muy egoísta de su parte pero prefería un nuevo ataque, a tener que unir su eternidad con la sonriente vampira que permanecía de pie a su lado en el altar.

Sin embargo nada de eso ocurrió y finalmente llegó el momento en el que los dos esposos debían cortar una de sus muñecas y unirlas para simbolizar la unión de sus sangres y de sus Comunidades vampíricas.

Cuándo todo llegó a su fin, los invitados felicitaron a los recién casados y salieron del gran salón, entonces la sangre corrió como ríos caudalosos, mientras el ojiverde sentado en su gran sillón, asentía cortésmente aunque por dentro estaba entristecido.

Había perdido la oportunidad de llenar su existencia con más de esas sensaciones que el pequeño híbrido había despertado en él.

Al vampiro ojiverde hubiese querido probar y llegar a alcanzar la cima de la felicidad, como le llamaban los humanos al sentimiento de máxima dicha.

...-Milord estoy dispuesta, podemos ir a nuestros aposentos en cuando dispongais-dijo la servicial Madeleine seductoramente en su oído.

Harry asintió y se levantó aburrido de la fiesta, entonces esta lo cogió por la mano y lo llevó por los pasillos meneando sus caderas, haciendo que el vampiro la siguiese perdiendo la cabeza por completo.

Al llegar al lecho, este se tumbó y se quedó mirando hacía arriba sin hacer nada, la vampira furiosa golpeó su pecho para que la atendiese y la tomase pero tan solo consiguió que el vampiro se girase sin hacerle ni el menor caso.

Madeleine quería su noche de bodas pues su padre la había obligado a casarse con aquel poderoso vampiro y le había hecho prometer que engedraría un heredero es misma noche pero este la había despreciado.

-Muy bien—le fijo molesta bajándose de la cama—…si tú no engendras a tu hijo, otro lo hará.

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18. Vampiros ~ Larry Stylinson-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora