Celos

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Se solicita empleado... ¿Resistiré de cajero? Me sentiré Calamardo pero no hay opción, es lo máximo que encontré, mis esperanzas se fueron cuando leí "máximo 18 años", mierda, aunque tenia la licencia aun no era valida en algunas cosas como un trabajo, simplemente esta hecha y ya, lo mas horrible es que aunque tenga opciones todas requieren la mayoría de edad, me convencí en mejor buscar un oficio, no creó que sean tan exigentes con la edad pero tendré que buscar un día que no haga nada, por las calles, que flojera, pero todo es por Sasaki, suspire preocupado.

Estaba sentado en el suelo, cerca de la entrada del Instituto pues ya era hora de salir pero sigo ahí plasmado buscado por internet alguna opción de trabajo, esta decidido hoy estaré buscando, le diré a mamá que quiero trabajar y esperó me entienda, mas no le diré la razón obviamente, papá me apoyará estoy seguro.

-Daniel- la voz de Sasaki se poso en mi oído de repente, me sobresalte y lo mire algo asustado por la repentina presencia, sonreía y tenia un helado en un vaso en sus manos, se enderezó nuevamente- ¿que haces ahí? Pensé que te habías ido-

-estaba haciendo algo- pude ver su cara de insatisfacción cuando no especifique que hacía-

Al verlo con mas atención mire un mechón de su cabello que era el flequillo donde estaba teñido de un color azul suave, ¿porque se lo tiño? Me levante y toque esa parte de su cabello, me miraba algo curioso por aquella acción.

-me gusta mas cuando no te haces estos cambios- le comente, según mamá dice que solo los "locos" se tiñen el cabello, aunque yo no lo creo, mas tampoco es que me guste que él lo haga-

-¿no te gusta como me veo?- hizo una rabieta bastante tierna que me hizo sonreír- el profesor de química le gustó el cambio-

¿Porque lo mencionaba? Enojado me di media vuelta saliendo para ir a casa pero me siguió, no sé si se noto mi molestia pero odio el hecho de que le guste a un jodido maestro, aunque tampoco sabia que era gay, pensé que le gustaban las mujeres ¡en cualquier caso! Estos días me a hecho la vida imposible por lo de ayer, no podría importarme menos, le dije a Ricardo mis sospechas y solo se río diciendo que eso era imposible.

Quizá si, quizá no, mientras tanto ese tema es extraño, gire mi cabeza para verlo, el estaba tan centrando en el helado.

-oyee- lo llame, creo que soné extraño porque me miró de forma rara- iba a ir a la cuidad por algo ¿me acompañas?- este es el momento perfecto para invitarlo a algún lugar- ¿quieres ir al cine?- pregunté sonriendo-

-lo siento Daniel, estaré limpiando el bar porque hoy abrirá mas temprano- me rechazo... Oh genial-

-es jueves- comente molesto de que ahora no lo dejen vivir el jueves tampoco-

-s-si pero el dueño ordenó que hoy- deje ese tono que estaba empleando viendo su pequeño sonrojo y presión, se detuvo, me dejo el helado en las manos y me beso, aunque fue un beso corto- pero podremos ir mañana temprano ¿no?- me abrazo y suspire-

Ya no quedaba de otra, acepte rindiéndome y se fue feliz diciendo hasta mañana, lo vi alejarse nostálgico de todo esto, recordando ese bar, si tan sólo yo pudiera conseguir el dinero al tipo y quitarle la custodia, pero mientras sea menor de edad seguramente no serviré de mucho, y mi cumpleaños es en cuatro meses, falta bastante como para esperar tranquilamente.

Pensé unos momentos ahí parado y viendo en dirección donde se fue, pero bueno tenía unos ahorros guardados, podría dárselos y que solo fuera al bar a cantar ¿no? Pero tampoco se me a ocurrido cono hacerle para dárselos, el no los aceptara así porque si, no soy como esos hombres que van y lo tocan y el acepta el dinero placenteramente... No, no te enojes, el no tiene la culpa, la vida lo obligo a hacer esto.

[EL CHICO DEL BAR GAY] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora