Nueva vida, nuevos riesgos

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Tras haber escuchado a mamá hablar así y como papá básicamente quedó callado, tuve que obedecer, mañana o quizá algún día entiendan que lo que hago es porque yo mismo lo decidí, a final de cuentas así pasa siempre ¿no? Ya casi soy mayor de edad, y legalmente ya tengo libertades, por supuesto que mis padres jamás volverán a verme como su pequeño hijo como antes, seguramente seguirán enojados conmigo hasta navidad pero en estos momentos eso es lo que menos me tiene preocupado, saqué alguna que otra prenda poniéndolas en mi mochila y simplemente me fui, la noche era muy oscura y revisaba la dirección que me había dado el señor Raúl, lo bueno es que me presto algo de dinero para estabilizarme, si no seguramente estaría totalmente perdido y sin saber que hacer exactamente, seguí caminando hasta el lugar, al llegar pude distinguir un pequeño edificio, la decoración era parecida a la de mi casa... Cuando entre por el pasillo, estaba una señora de edad avanzada escribiendo algo en una hoja, se escapantó al verme.

-¡dios mio! Casi me da un paro cardiaco, eres el muchacho que me dijeron ¿verdad?- me sonrió, se acerco a mi viéndome de arriba a abajo, incomodandome- deberías ducharte...-

Casi olvido que sigo con la ropa llena de sangre, quizá por eso se asustó.

-lo siento- me disculpe, trate de desviar el tema- no me quedare mucho tiempo... Bueno, solo me duchare y me iré enseguida, pero mañana traeré a un chico para que venga a quedarse- explique, viendo como me veía- ¿sucede algo?-

-¿un chico? Ya veo... ¿Cuantos años tienes?- preguntó curiosa, seguramente adivinando que soy menor de edad-

-18- mentí algo nervioso, la verdad no quería dar mas vueltas al asunto, saqué el dinero que tenía en esos momentos y se lo extendí- em... No sé cuanto...- trate de decir, algo nervioso-

Me sonrió y negó con la cabeza, aparentemente solo tomó un poco y me guió a una habitación, donde rápidamente deje las pocas cosas que tenia y me duché al ver la hora me di cuenta que eran las 2 de la mañana, seguramente Sasaki debería estar dormido en el hospital, me gustaría hacer lo mismo, pero creo que debo ir con el al menos a verlo... Sé que mañana será un largo día, iré a clases y tendré mi primer día de trabajo estable, ya que hoy era una simple prueba, sentía mis pies arder y por suerte la señora del lugar parecía amable, instintivamente me fui hacia el hospital, el guardia me miraba raro pero al final no desconfió de mí, cuando entre a la habitación, efectivamente mis predicciones eran cumplidas, ahí estaba, Sasaki durmiendo como un lindo príncipe, o como el cuento de "La Bella Durmiente", no sé porque estoy ahora con estas ideas cursis, cansado me senté a su lado tratando de no despertarlo y le acaricie la cabeza, sin darme cuenta que me había dormido minutos después.

En la mañana, el sol me golpeaba el rostro debido a que una enfermera había abierto las persianas de la habitación, mire como me sonreía y salia, suspire sobando mi cabeza para sentir un abrazo, Sasaki estaba completamente despierto.

-¿que haces aquí? Debiste dormir en tu casa- mas que regaño pareja agradarle que este aquí, bueno, a mi tampoco me desagrada...- ¿no iras a clases?- pregunto con cierta duda-

-clases...- susurré, pensando en el instituto-

Clases... ¡Clases! Me levante enseguida ocasionando que me golpeará con la mesilla de al lado, Sasaki me miro extrañado debido a mi actitud y yo solo rasque levemente mi nuca, vi la hora notando que era tarde, las 8:30, voy retrasado de por si.

-¿estas bien?- preguntó, pareciendo extrañado de mi actitud-

-si, solo que debo irme... Luego te cuento- bese su frente y se sonrojo, sonreí ante su reacción- hoy mismo te saco de aquí, ya encontré un lugar para que puedas estar, y por supuesto con lugar me refiero a uno de verdad y no uno como el bar donde estabas...- recalqué esto innecesariamente pues aun estaba enojado con el padre de Alex-

-¿he? Pero te dije que no era necesario además de que sabes que mientras no solucionemos nada tendré que seguir trabajando para Santino...- susurro algo temeroso, suspire con molestia pero me la trague, lo menos que quería era pelear con él- no pienses mal... Dejare de hacer eso y me dedicare solo a cantar-

Ante aquella decisión, una sonrisa inevitable se formo en mi rostro como si fuese un completo idiota, lo abrace feliz de eso, es algo que siempre había querido escuchar, pues no soportaría saber que esta trabajando en lo mismo, me aclaro que el idiota de su tutor lo había ido a ver ayer cuando yo no estaba y le había dicho donde seria temporalmente donde tendría que trabajar, a lo que el tenia que asistir, por lo menos ahora Alex esta haciendo sus movimientos o al menos eso espero, entiendo que se retrase, seguramente quiere despistarlo o algo parecido, finalmente me despedí de él dirigiéndome a la escuela, había pasado por el lugar donde nos quedaríamos por algunas cosas, las clases se me hicieron bastante cortas y al salir, supe que debía ir al trabajo, aún estaba cansado pues no había dormido perfectamente bien ayer, aunque no me quejó, al llegar al establecimiento, el señor Raúl y su hija Lila me miraron, nuevamente, empecé con lo que hacia ayer, aun no me acostumbró a abrir animales...

-¿te pareció bien el lugar que te recomendé?- preguntó el señor, a lo cual asentí sonriendo, después de todo me había hecho un gran favor- dime, lo que me dijiste ayer, sobre que planearías casarte ¿acaso tiene algo de relación con el joven que llevarías hoy a la pensión que me mencionó mi amiga?- sonrió-

Seguramente la señora le había dicho del chico que llevaría, y como le conté algunas cosas que planeaba hacer para que me prestara el dinero debieron deducir lo obvio, volví a asentir haciendo mi trabajo.

-¿por eso te emancipaste?- volvió a preguntarme, aun no entiendo porque quiere saber tanto...-

-mis padres no aceptaron sobre mis decisiones y me vi forzado a hacerlo por eso, y por algo mas que prefiero no compartir, lo lamento...- intente ser no tan seco, después de todo me había ayudado mucho- es solo que... Seguramente le molestaría lo que diría-

-lo quieres mucho, las personas hacen mucho por amor joven- se limito a decir para que el silencio reinase el lugar-

Por un lado tenia razón...

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Se me había hecho tarde nuevamente, eran las 6 y corría hacia el hospital tratando de alcanzar a Sasaki, el cual parecía estar listo cuando ya llegue, me disculpe por el retraso y finalmente salimos del hospital, parecía como nuevo aunque seguramente le seguía molestando las heridas, no sabia si estaba en condiciones de trabajar al menos por ahora, mientras caminabamos el no paraba de hacerme preguntas así que le explique sobre lo que había pasado, por un lado parecía sentirse culpable sobre lo que mis padres, pero niegue toda acusación de su parte recalcando que así lo hice porque así lo quise. Cuando llegamos, Sasaki sonreía viendo el lugar y pareciendo emocionado por aquella sencilla cama, charlaba con la señora que hasta ahora no me había detenido a preguntar su nombre, pero se llama Sasha, Sasaki parece tan sociable con todo el mundo, incluso con personas que diferencian bastante la edad que tiene, debido a que Sasha le agrado Sasaki no tuvimos mas inconvenientes, parecía tan cansado que se sentó en la cama sonriendo, yo por mi parte solo me senté a su lado.

-aun no me creo que estés trabajando- comento con una sonrisa- aunque es bastante... Poco atractivo tu trabajo-

-mientras no acabe la escuela al menos el grado que estoy y me especialice en algo... Deberás aparearte un poco- pedí algo avergonzado, suspirando viendo hacia el techo-

-mientras este contigo no me importa, además, vivía en las peores condiciones y te consta- me regaño, abrazandome y tumbandome en la cama- hace mucho que no me besas...-

-... Tendré que corregir eso-

Lo tome de las mejillas besándolo, la verdad no sé hace cuanto no me detenía a quererlo, al menos un poco...

[EL CHICO DEL BAR GAY] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora