✻Chapter 10✻

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— ¿Por qué? Eres muy linda Minji.

  ¿Era en serio?

  Observé rápidamente a Jeno quién apartó la vista del camino y me dedicó una de sus sonrisas más radiantes y para mí fue la más especial. Agradecí al sol que irradiaba con todo su esplendor, ya que proyectaba su luz justo hacia el rostro de Jeno por lo cual me dió una hermosa vista de su sonrisa.

  Hubiera tomado una foto de ese momento. Lastimosamente sólo puedo recrearla en mi memoria.

  Las semanas pasaron y los exámenes, talleres y tareas empezaron a consumirme a tal punto en que no desayunaba por estudiar en la biblioteca.

— ¿Dónde está Minji?

— Está estudiando en la biblioteca.

  Le dije a Gahyeon que si preguntabas por mí dijera la razón me mi ausencia, Jeno. Con la esperanza que tú vinieras a verme, quería al menos tuviéramos una conversación larga, quería verte. En varios momentos no pude concentrarme por pensar en lo que estarías haciendo.
  Nunca viniste a verme pero al menos preguntabas por mí. La respuesta del por qué no lo hacías paso frente a mis ojos al salir de la biblioteca.
  Estabas con Siyeon. No me molestaba, para nada, era bueno que pasaras tiempo con tu novia, que tuvieran comunicación y sin ningúna interrupción mía. Me agradaba.

— ¿Por qué has estado toda una semana en la biblioteca? —Escuché una voz a mi lado, tu voz.
  Ya habían acabado las clases, era viernes por fin y todo aquél martidio había acabado.

— Necesitaba estudiar —Expliqué—. Tuve muchos exámenes y talleres.
  Sonreíste y me tomaste de los hombros, justo como lo hacías con Siyeon.

  Me aparté un poco ganándome una mirada tuya.
  Me encantaba tu cercanía pero no quería ganarme el odio de Siyeon, aunque no sabía si ya me lo había ganado.

— Yo también, pero estudié en casa.

  Últimamente Jeno me ha acompañado a casa, hace mucho que no me voy sola.

  Cada paso se siente tan largo.
  ¿Por qué estoy pensando en esto?

— Yo también estudié en casa pero los libros esenciales están aquí.

  Este día era terriblemente caluroso para estar en Mayo, no lo soportaba. Tampoco soportaba el leve dolor de cabeza que poseía.
  Sólo quería llegar a casa.

— Gahyeon propuso que todos salieramos mañana, ¿Quieres? —Paré en seco.

  ¿Todos?
  Oh, cierto, había olvidado el grupo de chicos.

— Tal vez, no estoy segura —Respondí continuando de caminar—. ¿Tú irás? —Pregunté.

  Claro, aquélla pregunta era la más importante.

  Te hiciste el pensativo observando el cielo. Me diste un buen ángulo e imagen de ti.
  Mis ojos pasearon desde tu cabello, pasando por tu mandíbula hasta tu cuello y allí me detuve observando nuevamente el camino.

— Tal vez, no estoy seguro.

  Recordé lo bien que no las pasamos ese día. Batallé para que Mim caminara junto a nosotros y a la final lo hizo, fue un milagro.
  Me encantaba la forma en la que tu cabello se movía de un lado a otro por el viento, al igual que me encantaba tu sonrisa. Esa sonrisa que me dedicabas a mí y sólo a mí.

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