✻Chapter 22✻

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— Me alegra que hayas venido Minji —Habló Gahyeon parpadeando un par de veces, ya sus párpados empezaban a pesarle y de seguro bastaran unos segundos para que caiga rendida—. Siempre invito a Donghyuck, pero no es tan divertido. Un día terminé colocándole una mascarilla en el rostro —Comentó y solté una pequeña risa—. Se fue de casa con una piel muy suave.
Sonreí.

  Después de todo, Donghyuck acepta cualquier cosa viniendo de nosotras, él no se queja. Es lo bueno de él, no como Renjun, es tan malhumorado.

  Gahyeon soltó un bostezo y me acerqué para cubrirla con su manta. Sí, nuestra pijamada es en la biblioteca. La verdad, el sitio era lo que más me gustaba, era muy tranquilo, sólo podían oirse los grillos del exterior. Era un lugar de paz en su casa.

  Me acerqué hacia la puerta, Justo al lado de esta estaba el interruptor de la luz. Apagué las luces pero rápidamente la volví a encender. No se veía absolutamente nada y yo caminando a oscuras soy un desastre. Todos esos lindos adornos de vidrio y cerámica que estaban sobre la mesa del escritorio se harían trizas.

  Fui más inteligente y abrí sólo un poco la cortina para luego apagar la luz. Me acosté en el colchón -Sí, fue una pesadilla subir aquél colchón por las escaleras, incluso, en un momento rodó por las escaleras junto a Gahyeon-. Era lo bastante grande como para que ambas pudiéramos dormir juntas.

  Al ya estar dentro de las cobijas observé las luces de la ciudad, tuve una buena elección de sitio. Gahyeon quería colocarlo al frente del computador para ver sus dramas, pero yo queria estar cerca de la ventana.

  Coloqué mi mano sobre el vidrio y le sentí frío, era obvio, el invierno se acercaba, muy pronto esos árboles desnudos sin sus hojas que se podían observar estarán hasta el tope de nieve.

  No odiaba el invierno, amaba el delicioso chocolate que preparaba mamá pero soy tan intolerante al frío que permanezco con mil sábanas encima en mi cama, sueteres y calcetines. Nunca salía de casa y siempre me aburría en casa recorriendo cada rincón de ella con mis mantas encima.
  Prácticamente hago hibernación.

  Recuerdo aquél invierno en donde papá y yo veíamos películas juntos, ambos con mantas encima y comiendo una que otra sopa.

  Es tan injusto.

  Suspiré y aparté mi mano de la ventana.

  Mis pensamientos fueron interrumpidos por la vibración de mi teléfono en mi espalda. Había olvidado que lo tiré al colchón antes de tirarme en él.

  Me sorprendí al ver dos mensajes provenientes de ti, Jeno.

  Sonreí y me acomodé mejor en el colchón para poder utilizar mis dos manos.

"Minji, ¿Estás dormida?"
"Probablemente lo estés ".

  Suspiré y me coloqué boca arriba.

  Sí, tenía una tonta sonrisa en mi rostro.

"¿Qué tal?, aún no me he dormido".

  No esperé que tú contestaras tan rápido, incluso podría decirse que antes de que pudiera enviar el mensaje tu respuesta ya había llegado.

"¿Por qué no has dormido aún?,
son las once y media, Minji".

  Miré el reloj, sí, lo eran. No sabía por cuanto tiempo Gahyeon y yo habíamos visto uno que otro drama. El tiempo pasó volando y yo no soy de acostarme muy tarde, lo máximo que puedo permanecer despierta es hasta las diez.
  Tal vez este sea un nuevo record.

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