— ¿Quién está a cargo de bajar la cuerda de nuevo? — Dije, pensando que sería bueno saludar a la persona que, (esperemos) evitaría que cayera en picada hacia mi muerte. — Tony y yo estaremos cuidando de ti, — dijo el tipo de deportes extremos que se llamaba Dave. — Vamos a controlar tu velocidad desde esa plataforma de allá.
Me quedé mirando el gigante carrete de metal de la cuerda que él había señalado, la cual tenía una manivela a un lado. — ¿No seré yo el que controle mi propia velocidad?— No en este caso. — Dave metió la mano en su bolsillo, sacó una tarjeta, luego me la tendió. — Pero si quisieras darle otra oportunidad en otro momento diferente, entonces podemos ayudarte con eso.
— Gracias. — Acepté la tarjeta, pero no tenía bolsas exactamente en mi arnés (ellos sostenían mi abrigo para resguardarlos). Cuando vi a Dave mirar por encima del hombro a su compañero de trabajo, eché un vistazo alrededor para asegurarme de que nadie estuviera mirando y luego deslicé la tarjeta en el elástico de mi bóxer justo cuando Dave se dio la vuelta. Mis mejillas se sonrojaron. — Eh, ¿cómo nos estarán bajando?
— Vamos a sujetar la cuerda de la abrazadera en el gancho de metal aquí.
— Tocó la pieza de metal en mi arnés situado justo debajo de mi tórax. — Estaré hablando contigo a través de tu auricular y Tony se encargará de bajarlos a un ritmo lento pero constante.
Asentí con la cabeza. — Lento y constante. Me gusta el sonido de eso.— No es gran cosa. — Brian se acercó y se puso a mi lado con las piernas muy abiertas. — No sientan como si tuvieran que ir despacio con nosotros.
— Habla por ti mismo. — Le di a mi cita una molesta mirada. Cinco pisos y la cita número dos habría terminado.
Olvidando la cena, estaba tan lista a terminar con él.
— No te preocupes. No eres la primera persona que baja ahora. Hemos tenido más de cien participantes. — Dave hizo un gesto hacia el borde de la terraza. — Sigue adelante y párate en la plataforma.
Me preguntaba si Zayn habría hecho rapel bajando el edificio.
Probablemente no, dado a que costaba mil dólares participar y no podía imaginar cómo con un sueldo de barman podría darse esa clase de lujo. Además, podría haber estado trabajando todos los días. Aunque yo no sabía cuándo comenzaba o terminaba su turno, para el caso. Mis ojos se movieron hacia donde él estaba hablando con algunos de los empleados del hotel.
Ellos lo observaban con atención así que él debía ser el jefe de bármanes de ésta noche o, al menos, estar a cargo del evento.
Brian y yo entramos a la plataforma y él puso su brazo alrededor de mí.Supongo que esto era técnicamente una cita, pero no me sentía atraído ni remotamente a él y sentir su brazo, me hizo temblar. Entonces pensé en el consejo de Harry de darle una oportunidad. Después de todo, estaba a punto de saltar de una plataforma perfectamente buena. Supuse que podía darle a mi cita, una oportunidad más.
— Qué demoni... — La voz de Brian se fue apagando mientras él miraba por debajo de nosotros, luego de repente se quedó sin aliento. — Esto es una locura.— ¿Estás bien? — Mis ojos se abrieron mientras lo miraba agarrarse de la barandilla y luego caer sobre sus rodillas.
Debajo de sus blancos nudillos, con los ojos muy abiertos por el terror dijo. — ¿Podemos bajarnos de la plataforma? Nosotros no te... tenemos que bajar con so... sólo una cuerda, ¿verdad?
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•|Licencia para citas|•
Romance[Adaptación] Libro por Susan Hatler• Después de descubrir las trampas que su prometido le hizo, Liam se centra en dos cosas: la remodelación de su casa y evitar a los hombres a toda costa. Pero sus amigos insisten en que tome el control y tenga c...