Domingo por la noche, llevé a mi hermanastra Melanie y nos dirigimos a Old Sacramento. Desde que había descubierto que ella había estado viendo a mi ex, las cosas habían sido un poco incómodas entre nosotros. En su defensa, ella no tenía idea de que había estado saliendo con Paul, había quedado sorprendida cuando se lo presenté como mi prometido y no sabía cómo decirme que la sabandija nos había estado engañando a los dos.
Probablemente hubiera sido mejor si no lo hubiera confesado en mi despedida de soltero. Sin embargo.
Sólo digo.Cuando Mel y yo llegamos a Old Sac, todavía teníamos unos pocos minutos antes de reunirnos con nuestros padres (mi mamá, su papá) para la cena en The boathouse, así que nos metimos a una tienda cercana para buscar recuerdos que estaban vendiendo.
Levanté una caja de pañuelos cubierta de conchas marinas de un estante antigua, tratando de decidir si me gustaba. —¿Linda o cursi?
—De cualquier manera, será difícil de sacudir. —Mel señaló el espacio entre las conchas. —Mira todas esas grietas.Esa era Mel... siempre práctica.
Incluso ahora que no llevaba maquillaje, tenía agarrado su rubio cabello en una coleta y sin ningún esfuerzo lucía preciosa. Yo, por otra parte, había pasado una hora aplicándome productos en el cabello para mis salvajes pequeños risos y otra quitándome la pequeña barba de dos días. A diferencia de Mel, nada fue fácil para mí. Suspiré.Puse la caja de pañuelos de alto mantenimiento otra vez en el estante, luego examine un jarrón azul con acabados marinos. —Necesito tener una cita. ¿Conoces a cualquier soltero con quien pueda soportar estar por una hora?
Mel se volvió hacia mí, su pelo rubio rebotó por encima de su hombro. —¿Toda una hora? Dios, eso suena romántico.Arrugue mi nariz y le dije: —No estoy buscando romance. Estoy siendo obligado a tener citas. Niall y Harry me han estado acosando durante semanas y ayer cedí. Necesito tener cinco citas en cinco días y luego me ayudarán a pintar el interior de mi casa.
—¿Harry Styles? —Mel echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. —¿Se supone que un consejero familiar debe presionar de esa manera?
—¿Verdad? —Girando el jarrón, comprobé el precio y me estremecí. —¿Me están tomando el pelo? Está hecho de vidrio, no de oro.
—Me encanta. —Ella hizo un gesto de aprobación. —Se vería muy bien en ese estante oscuro en tu sala de estar.
—Negué con la cabeza. —Finalmente he llevado mis ahorros a un nivel cómodo. No puedo gastar tanto dinero en un florero... aunque haya sido soplado a mano en Italia y lo tenga para siempre... ¡agh! Sácame de aquí antes de que rompa mi tarjeta de crédito.Mel se rió y me llevó hacia la puerta, pero se detuvo en una estantería llena de velas de colores. —¿Adivina qué? —Ella levantó una vela hacia su nariz. —Tengo una entrevista de trabajo esta semana.
Olí la vela que sostenía hacia mí. —¿Para un puesto de profesora?
Ella asintió con la cabeza. —Es mi tercera entrevista este verano, así que deséame suerte que ésta escuela no vaya a querer a alguien con más experiencia también. Existo gracias a los frijoles y el arroz en este momento.Las horas de Mel como instructora de aeróbicos, habían sido cortadas recientemente cuando el gimnasio había tomado una nueva dirección, así que sabía que su presupuesto era ajustado.
Siempre buscando el lado bueno, decidió finalmente utilizar su carrera principal de Educación en primaria y enseñar. —Estaré cruzando los dedos por ti, cariño.
—Gracias. —Mel entrelazó su brazo con el mío, la campana sonó detrás de nosotros mientras salíamos por la puerta. —Así que, necesitas una cita.
Me detuve en el borde de la acera. —La segunda, de hecho. Ya programé la primera.
—¿En serio? —Mel verificó los coches antes de cruzar la calle de adoquines, su cola de caballo rebotaba por encima de su hombro. —¿Con quién?— Mi agente de bienes raíces. — Toqueteando las orillas de mi sedoso cabello, no pude evitar pensar en cuánto tiempo me ahorraba cada mañana si agarraba mi cabello de lamanera que Mel lo hacía. Pero mi madre me había enseñado a arreglarme siempre lo mejor posible y casual no llegaba al corte del libro de mamá.— Necesito cuatro citas más para el trato, sin embargo. Mamá trató de ponerme una trampa hace unas semanas, así que voy a ver si todavía está disponible. Su madre es Alisha Burnside del grupo de golf Spritzer de señoras de mamá.
Mel se detuvo ante la doble puerta devidrio de la entrada de TheBoathouse.— Tú sabes que el grupo de damas es sólo su excusa para mirarse respetablemientras que beben antes del medio día. Me reí, coincidiendo con ella en un cien por ciento. — Aun así, el hijo de Alisha podría ser decente para pasar por un cóctel. Ella sostuvo un dedo al aire. — Al parecer, Janet no te dijo que ella ya había tratado de tenderme una trampa con Brian Burnside. Mis cejas se arrugaron juntas. —¿Mamá hizo eso? Mel asintió. — Créeme, ahí no hay potencial. Es como si ella no me escuchara. —No necesito un potencial, sólo una segunda cita. Sus ojos se abrieron. — Estás perdiendo el punto del por qué tus amigos crearon este trato para citas. ¿No quieres encontrar a alguien maravilloso? ¿Como Matt? Sí, el novio de Mel tenía ochentatonos impresionantes. Pero tipos como Matt eran una rara especie. Y no es que necesitara un hombre en mi vida para ser feliz. Por otra parte, mi remodelación seguía llamándome y entodo lo que podía pensar era en dos palabras: trabajo gratis. Llegué a la puerta. — Lo que yo deseo es concentrarme en mi casa, mi santuario. Iré a través de éstas citas para que no me detengan de mi real objetivo. Mel se inclinó hacia mí mientras pasaba como briza por la entrada, susurrando, — Brian Burnside está también sin empleo. Mis cejas se juntaron. — ¿En serio? Mamá dijo que él es un arquitecto. No es que importara .Al ver a mi madre dentro, me dirigí hacia ella con sólo una cosa en mente: una cita para la noche del martes. Después de Brian, sólo tendría tres citas más para estar en casa libre.
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•|Licencia para citas|•
Romance[Adaptación] Libro por Susan Hatler• Después de descubrir las trampas que su prometido le hizo, Liam se centra en dos cosas: la remodelación de su casa y evitar a los hombres a toda costa. Pero sus amigos insisten en que tome el control y tenga c...