•|Licencia para citas|•

Capítulo 10 parte 2

Después de hacer esperar al conductor durante media hora, finalmente me subí a la limusina que Javvad había enviado para que me llevara al hotel Geoffries para la cita número cinco. Sí, esta era la primera vez que había estado tarde en mi vida, pero no podía dejar de pensar en Zayn. 

Finalmente, me convencí a mí mismo que tenía que ser racional, mantener la cabeza en alto y llegar a mi meta. Cinco citas en cinco días y esta era la última. Mi estómago se revolvía como si estuviera cometiendo un gran error. ¿Por qué Zayn se había presentado en el restaurante para conocer a mi padre? No podía entenderlo. Obviamente Alice le había dicho que me había visto allí. Pero ¿por qué ella haría eso? Tanto Jennifer como mi papá pensaban que Zayn me gustaba pero le había pedido una cita y él dijo no. Me abrí ahí mismo y él me había rechazado. Luego me pateó hacia su amigo como si yo quisiera el tipo de hombre que mi madre quería, lo cual no era cierto. Quería a Zayn, pero él no me quería.

Las campanas de viento sonaron y metí la mano en mi bolso de noche de satín negro del pantalón  para buscar mi celular. Revisé la pantalla que mostraba una llamada entrante de Ellen. —¿Hola? — ¿Está todo bien? — Su voz chilló como si estuviera preocupada. — ¿Estás en camino al Baile Black & White?
Por desgracia. — Sí. ¿Por qué? — Oh... por nada. Sólo quería asegurarme. ¿No se supone que estarías allí a las ocho?
Me quedé mirando mi teléfono luego lo puse de nuevo a mi oído. — ¿Desde cuándo monitoreas mis citas? — Pfft. No lo hago. — Sacó una pequeña risa, como si la sugerencia fuera ridícula. — En realidad estoy llamando para darte las gracias por tu consejo.
Parpadeé. — ¿Qué consejo? — Sobre el sexo del bebé tonta. Espera. Escuché la charla en el fondo y a una voz familiar. — ¿Dónde estás? ¿Ese es Niall?
—Lo siento por eso. — Su voz salió apresurada. — Sí, ese es Niall. Estamos fuera y él dice "hola". — Regresa el "hola". — Me asomé por la ventana trasera hacia las luces de la ciudad mientras llegábamos al centro de Sac. — ¿Así que hablaste con Henry acerca de averiguar el sexo del bebé? ¿Y?
— Le dije a Henry cómo me sentía y me dijo que no tenía idea de que significara tanto para mí y que, por supuesto podíamos averiguar el sexo del bebé. — Ella se echó a reír. — ¿Puedes creer eso? Escuchar la alegría en la voz de mi amiga me hizo sonreír. — Estoy feliz por ti Ellen. — Gracias. — Ella bajó la voz. — Tan loca que pasé todo ese tiempo pensando que él sabía cómo me sentía. Algunos hombres pueden ser tan despistados. Me tengo que ir. ¡Que tengas una grandiosa cita!
— Adiós. — Puse mi teléfono en mi bolso mientras las palabras de Ellen hacían eco en mi cabeza. Los hombres pueden ser tan despistados. ¿Era posible que mi papá y Jennifer estuvieran en lo cierto y que Zayn no tenía idea de que estaba enamorado de él?

Un momento... ¿enamorado? De ninguna manera. Quiero decir, claro, tenía fuertes sentimientos hacia él y, sí, me derretía cada vez que me tocaba... ¿pero amor? Oh, no.
Levanté el teléfono para hablarle al conductor. — ¿Puede detenerse junto a la acera justo aquí por favor? Tan pronto como nos detuvimos, salí de la limusina y paseé delante de algún club de baile. La fuerte música vibraba a través de la pared, haciendo que mis oídos palpitaran. O tal vez mis oídos palpitaban porque me acababa de dar cuenta que estaba enamorado de Zayn y tuve la primera esperanza fugaz de que pudiera ser correspondido.

El chofer de la limusina entró en mi camino. — ¿Joven? ¿Está todo bien?
— ¡No!— Por una vez en mi vida no pretendería que todo estaba bien. — Estoy enamorado de alguien, pero voy a una cita con otro hombre. El pequeño y fornido conductor frunció sus tupidas cejas. — ¿Por qué no simplemente sale con el chico del que está enamorado?
Me quedé viendo a este completo extraño quien tenía toda la razón. — Porque se lo pregunté y él dijo no a pesar de bajar a rapel de un edificio conmigo, se abrió sobre su familia y me besó como si nunca quisiera parar. Él levantó la mano. — ¿Por qué dijo no entonces?