Dumbass ♡ yoonkook

[ 01 ]

El nublado y frío clima había obligado a Yoongi a colocarse esa ridícula bufanda gigante.

Vaho salía de sus labios cada vez que exhalaba, las puntas de sus dedos entumecidas, sus pálidas mejillas teñidas ligeramente de rosa junto con la punta de su nariz, y lo odia, odia cómo le hace lucir el fastidioso frío. Pero no puede hacer algo al respecto, ponerse a maldecir al clima no resolvería nada, lo sabía; así que mejor se apresuraba, ya iba con diez minutos de retraso y aún le faltaba cerca de quince para llegar a casa de Hoseok, quien por cierto le estaba recordando en ese preciso momento lo tarde que era y lo mucho que va a disfrutar sacarle cada uno de sus órganos para venderlos en el mercado negro ni bien hiciese acto de presencia, las constantes vibraciones de su teléfono se lo dijeron. Él vio ligeramente algunos mensajes pero no se dignó en contestar, no era necesario.

Busan era frío los últimos días de invierno, sin embargo no había nieve en ninguna parte, casi nunca había, en realidad, y a veces creía que seguía en Daegu pero su vida era una mierda y soñar con su ciudad natal solo lo deprimía más. Las personas caminaban con algo de rapidez, de aquí para allá, cubriendo su cabeza de la apenas perceptible llovizna y Yoongi no lo entendía porque solo era sábado al medio día, así que simplemente avanzó encogiéndose en sí mismo y yendo mucho más lento que toda esa gente apurada; realmente él no tenía nada verdaderamente importante que hacer, no como todas esas personas preocupadas a su alrededor. Se sentía extraño y muy diminuto. Aunque no era nuevo del todo, la sensación de no pertenecer allí era constante pero ya había aprendido a lidiar con todo aquello y por eso, solo siguió su vago rumbo.

Su estómago estaba vacío desde ayer en la noche y se preguntó si debería comprarse un sándwich o algo así para no morir de inanición.

Él simplemente compró un café expreso.

Caminó solo un poco más a prisa cuando vio la hora nuevamente, sintiéndose apenas aliviado ni bien cayó en que ya quedaba muy poco, las casas cada vez más lujosas eran la razón y sonrió en un intento casi fracasado de reprimir la mueca de hastío al verse tan fuera de lugar otra vez en tan poco tiempo —esto era común cada que iba a visitar a Hoseok, en realidad, que no habían sido muchas veces—. Hoseok se quejaba de su poco interés por su amistad pero a Yoongi no le importaba, porque realmente no gustaba de ese lugar.

Cuando se dio cuenta, ya estaba casi dos cuadras más adelante de donde debería y suspiró con cansancio, volviendo sobre sus pasos unos metros atrás.

Golpeó insistentemente la puerta y no le sorprendió encontrarse con un desalineado Hoseok casi echando humo por las orejas de lo enfadado que estaba.

—Hey.

—No digas una palabra —se adelantó, colocando un dedo frente a Yoongi—. Solo entra de una jodida vez.