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Objetivamente se había dejado el alma en alguna parte cuando se dio cuenta que iba algo así como que muy tarde al instituto y la única persona que iba igual de tarde que él era Hoseok, entonces había terminado en su coche, con unos minutos de retraso y el corazón en la boca. Él no era un loco al volante, usualmente, así que verlo saltarse casi todos los pare y pasarse un semáforo definitivamente le sobresaltó un poco.

Jeongguk había descubierto un par de cosas interesantes esa mañana.

Hoseok podía ser un bruto cuando le apetecía.

Y Yoongi hacía dinero mayormente de trabajos ilegales.

También estaba el hecho de que Jennie le había mostrado por primera vez en vivo y en directo cómo es que era un vibrador, pero ni siquiera eso opacó la información otorgada por su primo.

Hoseok le había dicho nerviosamente que ya que se estaba volviendo muy amigo de Yoongi, fuera discreto con las cosas que viera. Jeongguk odiaba que todo le dijeran a medias, que le dejaran a él el trabajo de la interpretación pudiendo ahorrarse las estupideces y hablarle claro, pero ya se había acostumbrado y con lo que había vivido últimamente no le fue difícil llegar a una conclusión rápida y que pese a que no le gustó, aceptó resignadamente cuando algunas conversaciones con el dueño de sus supiros nocturnos se pasearon por su cabeza. Pero se hizo el tonto, claro está, diciéndole que no entendía a lo que se refería si Yoongi era un hyung genial y fue cuando su mayor le pidió que si pensaba ir a su departamento a hacerle alguna visita, que mejor avisara antes para evitarse sorpresas. El chico pensó que Hoseok era un poco hipócrita pero lo dejó pasar, sabiendo lo miedoso que llegaba a ser era obvio que lo había dicho por si lo encontraba a él mismo con Yoongi haciendo una cosa o dos. Pero Jeongguk era tan inconsciente en este punto que incluso sabiendo lo subjetivamente malo de ciertas mañas de Yoongi no era capaz de analizarlas como era debido, enfadado mayormente pero cegado por la forma en la que Yoongi conseguía que olvidara su nombre en ciertas ocasiones, como si sus manos no solo manosearan su sensible cuerpo, sino también manipularan parte de su sentido común. ¿Qué tan mal estaba de la cabeza si con cada día que compartía con Yoongi parecía dejar de lado sus propios principios por un poquito de su atención? Eso se lo cuestionaba a menudo, porque eran pareja y habían días en que Yoongi le hacía sentirse bonito y adorado y otros en los que quería más que su boca experta en su polla y sus manos sobre él, porque comenzaba a ser insuficiente.

Un silbato casi ensoredece a todos en la cancha, haciendo que cubrieran sus orejas.

—¡Joven Jeon, deje el jodido teléfono!

Jeongguk le dio una mala mirada antes de hacer un puchero lastimero.

—¡Es súper importante que lo revise, profe! —chilló, deteniéndose.

Sus compañeros que iban detrás durante el trote chocaron contra él, parando la marcha ligera también, un poco confundidos.

—¿Qué es eso tan importante, santo cielo?

—Acaban de mandarme un meme.

Ante el gesto de muerte del hombre, rio infantilmente y continuó con la carrera, alejándose rápidamente de alguna retada, los chicos riendo ligeramente ante la broma de mal gusto, alabando disimuladamente ese pequeño atrevimiento.

Ya todo el mundo estaba colocándose el calentador y la chamarra, arreglando sus cosas para marcharse a casa porque la jornada había terminado, Jeongguk y Yugyeom no eran la excepción, ordenando todo pacíficamente. No tenían prisa, después de todo iban a quedarse un poco más tarde porque tenían que recoger los implementos deportivos que utilizaron para esa clase. En realidad, Jeongguk tenía que hacerlo, pero el castaño se dispuso a ayudarle al ver la cara de molestia en la aniñada cara del pelinegro cuando se le asignó la tarea. Ni siquiera era mucho, solo unos cuántos conos, pero Jeongguk parecía no estar de humor para nada ese día.

Dumbass ♡ yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora