Venciendo la Soledad

Capítulo 1 "El enigma secreto"

Desde mucho tiempo Eric se encontraba raro, un adolescente de 16 años flaquito, un poco callado e introvertido. Bastante curioso, tímido e incluso miedoso. 
En aquel Agosto de 2013, su vida se basaba en jugar a la play solitariamente, mientras que en el colegio empezaba a caer en decadencia, demasiadas asignaturas nuevas en ese año y desmotivación para estudiar, ¿Qué le estaría sucediendo?
Un tal Domingo Eric decide salir con su familia, a dar un paseo sobre la costanera, ver el río y tomar algo de fresco. Ya que era el día de la madre, y su familia no solía salir muy seguido, excepto en estás ocasiones como días especiales.
Al caminar bordeando el río Eric con su familia empezó a notar una sensación extraña en su cuerpo, como si fuese una especie de vacío. Esto, provocó que Eric interrumpiera la salida y tuvieron que volver a casa.
Nunca antes había sentido esa sensación desagradable, algo similar a una baja de presión pero que indudablemente no se trataba de eso.
Al volver, Eric atina a encerrarse en su cuarto y prender la Play, como si no pasara nada, aunque cuando comenzó a jugar, seguía sintiéndose raro, estupefacto, como si de golpe le hubiera ocurrido un estallido en su mente mientras salía.
Pasaban las horas y sus nervios seguían aumentando. Esa noche había resultado escalofriante, cambiante, como si su alma se empezara a desprender de él. 
Apenas pudo pegar un ojo aquella noche, durmió durante las últimas horas.
Eric se encontraba en receso escolar, por lo tanto le quedaban algunos días de vacaciones antes de volver al colegio.
Al despertarse encontraba la situación igual que al día anterior, aunque el asunto empeoró aún más durante el día. Empezó a soñar despierto, a tener pesadillas, y la rareza iba aumentando cada vez más en él. Se sentía débil y con miedo.
Iba acercándose la noche, Eric se encontraba mirando un  partido de Fútbol de su equipo, el cual era muy apasionado, club River Plate de Argentina, en donde siempre le interesó ver los partidos y no había un solo maldito partido que no mirara.
Aunque esta vez fue distinto, los nervios que tenía presentes eran tan grandes que no le permitían ver el partido con tranquilidad. Intentaba estar bien pero no podía. Pasaron un par de minutos y Eric se largó a llorar desconsoladamente, diciéndole a su mamá que se notaba raro, que no quería estar así, que no daba más.
Su madre lo miraba y no entendía bien que era lo que le estaba sucediendo, simplemente lo abrazó y trató de calmarlo.
Eric caminaba alrededor de la casa con pura ansiedad y temor, junto a la sensación, esa que ni él sabía explicar porque sólo decía que era una especie de rareza, de vacío, y de otros reflejos.
Hasta que llegó su padre del trabajo, Eric lo saludo tibiamente con cara de tristeza y decepción.
Era tarde ya, Eric y su familia ya habían cenado, el padre empezó a cenar solo, como todos los días después de llegar de su trabajo, pero era tanta la desesperación y ansiedad, temor de Eric que parecía que se estaba muriendo. Su padre ni siquiera había terminado de comer que le pidió, rogándole como si estuviese pidiendo una limosna, que lo llevara la clínica a ver qué era lo que estaba ocurriendo. Su papá, le preguntaba reiteradamente "¿Qué te pasa?", Eric sólo quería irse ya a la Clínica, como si estuviese sangrando o estuviese por parir un hijo.
Su padre aceptó y fueron a buscar el auto al garaje rápidamente para partir.

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