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Para Jihoon, esa noche le fue imposible conciliar el sueño, había pasado tanto tiempo sin estar con alguien y no porque no tuviera la oportunidad sino que más bien por decisión propia y personal. Tomó su cámara y buscó su foto favorita, la de SeungCheol en las duchas, le encantaba esa foto, así que por necesidad se tocó pensando en que mañana también podría probar los besos del pelinegro, morder sus abultados labios y quizás tocar su trasero

Finalmente la salida a entrenar a fuera se había cancelado por  salud del entrenador así que el club no practicó, ni Jihoon y SeungCheol se vieron

La vida de Jihoon no se iba a dramatizar por no tener un día de práctica, es más, no le importaba estar de flojo todo el día. Al fin y al cabo la jornada escolar había terminado y podía descansar del duro esfuerzo que hacía levantándose temprano todos los días

El fin de semana llegó muy rápido pero a Jihoon no le agradaba del todo pues no tendría la excusa del entrenamiento ni del equipo para ver al chico que le gustaba, quería verlo aunque sea unos minutos

No sabia dónde vivía ni tenía su número de teléfono, pensó que debió habérselo pedido teniendo tantas oportunidades cuando estaban solos. Su excusa era que en esos momentos, su atención estaba en otra cosa en específico

Aquel día se levantó tarde, aún andaba en pijama buscando algo para comer, su madre no estaba y no había nada preparado en la casa. Iba en su quinta visita al refrigerador, esta vez por jugo, cuando escuchó tocar la puerta. Se acercó para abrir y su corazón volvió a la vida con sólo tener esa sonrisa frente a él

–¿Quieres entrenar un rato?– preguntó Seungcheol sonriendo, mostrando sus siempre tiernos hoyuelos

Jihoon no pudo negarse como tampoco pudo con las naranjas que SeungCheol le ofreció

Una vez llegaron corriendo a la cancha y una vez dentro, SeungCheol tomó de sus mejillas y lo acercó a su rostro dándole un dulce beso que poco a poco se fue profundizando, Jihoon comenzó a jugar con sus narices haciendo pequeños mimos, era increíble la sensación agradable que sentía

—Me gustas, Jihoon —Le dijo SeungCheol en medio del beso

—También me gustas, Cheol —El pequeño coló sus manos bajo la polera del pelinegro y este puso sus manos en su cintura pegándose aún más

–¡Wow!– lo detuvo SeungCheol cuando Jihoon intento bajar sus manos hacia su bien formado trasero —¿No crees que es muy temprano para hacer eso?

—¿Hacer qué? —Fingió inocencia. Jihoon se alejó, tomando el balón que el mayor había dejado caer al entrar a la cancha —¿No venimos a entrenar acaso?

SeungCheol le hizo caso y comenzó a calentar

—¿Recuerdas cuando dijiste que los bajitos no servían para el basquetbol? —SeungCheol se burló imitándolo como lo hizo aquel día. Aprovechó la distracción  de Jihoon para robarle el balón —Eso se llama finta y los bajitos como le dices tú, son muy audaces en ello, es cosa de aprovechar tus cualidades

Jihoon se había dado cuenta que la persona que le gustaba era un maniático del deporte y que su cabeza estaba llena de basquetbol, reglas que no entendía ni quería seguir y más basquetbol —¿En qué momento pensará llegar a la "acción"?, pensó para sí mismo

SeungCheol intentó explicarle trucos, reglas básicas, trabajo en equipo y otras cosas más pero para el pequeño le era todo difícil de entender

—Estoy realmente cansado —Jihoon jadeaba tendido en el suelo, SeungCheol no aguantó y se tendió a su lado inclinándose sobre él para besarlo con necesidad

—Lo siento —Se disculpó con la respiración entre cortada. Jihoon tenía los ojos semi abiertos por la excitación del ambiente —Eres tan lindo

Volvieron a sumergirse en un apasionado beso, entonces SeungCheol bajó su boca hacia su cuello para modelo y besarlo con desesperación a medida que pasaban los segundos

—Cheol ¿Quieres ir a mi casa?

Pantalones (JICHEOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora