Origen

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Cuenta la leyenda que cuando el cielo y la tierra eran uno, las Fuerzas Puras nutrían el Árbol de la Vida

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Cuenta la leyenda que cuando el cielo y la tierra eran uno, las Fuerzas Puras nutrían el Árbol de la Vida. Pero un día, mientras la Fuerza Roja estaba de vigía, su visión fue corrompida y creó el mal que cubrió el corazón del Árbol de la Vida y lo secó lentamente.

Para protegerlo, hasta encontrar la cura para la Fuerza corrupta, las Fuerzas Puras dividieron al Árbol por la mitad y ocultaron cada parte. Esto produjo que el tiempo se invirtiera y el espacio se torciese: nacieron dos soles que se espejaron en dos mundos iguales pero diferentes. Las Fuerzas se dividieron en dos y viajaron separadas a cada uno.

El día en que la tierra se volviera una ante un cielo único, las Fuerzas se saludarían de nuevo.

El día en que la Fuerza Roja se purificara y se reunieran todas en una raíz perfecta, un nuevo mundo se abriría.

  

Las Fuerzas Puras que llevaron consigo a la Roja, hallaron que la única posibilidad de purificar a su hermana era quitarle el ojo infectado y deshacerse de él. Pero el Ojo era indestructible, entonces lo enterraron bajo las profundidades de la tierra.

Un eclipse oscureció ambos mundos y se hicieron uno. Las dos partes del Árbol se reunieron y las Fuerzas se fusionaron en su raíz para luego ser distribuidas de otra manera. Nueva vida nació de las raíces y los sucesores de las Fuerzas Puras constituyeron cinco familias humanoides que se diferenciaron del resto de hombres y mujeres por sus habilidades particulares y la capacidad de controlar sus instintos animales sin esfuerzo.

La familia principal fue la encargada de cuidar, sostener y proteger el Árbol de la Vida. A la segunda familia se le encomendó el control de la fluidez de energías en el mundo y, junto a la tercer familia, conservadora de especies, la protección de los descendientes de la familia principal. La cuarta familia fue nombrada guardiana de los elementos, y junto a la quinta, guardiana del tiempo, tenían el propósito de prestar sus servicios a las otras tres, y así las cinco establecer un orden en el mundo.

Su primer tarea conjunta fue clasificar a su propia especie. Como estaba regida por un instinto animal, donde sus cuerpos funcionaban de acuerdo a un rol carnal determinado y la secreción de hormonas funcionales al rol opuesto, comenzaron por denominar "dominantia" a los machos, por su instinto natural de dominación, y "sometihi" a las hembras, por el instinto de entrega. Luego se clasificaron en clases: "puras" serían las cinco familias sucesoras de las Fuerzas, aquellas que nacían con habilidades especiales y un control fuerte sobre sus instintos, y "regulares" los demás hombres y mujeres, sin habilidades e instintos fuera de control.

Como segunda tarea, las cinco familias nombraron la tierra: Exo; y entonces se dispusieron a crear las leyes que harían el orden. Para conseguirlo debían mantener bajo control los instintos de los regulares. Luego de estudiarlos aprendieron que cada ser tenía distintas capacidades de autocontrol y que había formas de balancear sus instintos para que convivieran en paz.

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