- Narra Aitana -
Dolor, eso es lo que sentía.
Apenas puedo moverme, sabía que era duro volver a mi cuerpo, aunque no sabía que tanto, porque hasta respirar duele.
Mis pequeños pulmones están inundados del humo, por eso necesito esta máscara para poder respirar con facilidad y seguir viviendo. Soy muy frágil físicamente y mis pulmones están muy dañados según el médico.
No me arrepiento de haber despertado, tengo que hacerle frente a mis problemas y miedos, hay millones de personas que han pasado por cosas peores y han seguido adelante. También tengo unos amigos increíbles. ¿porque rendirme?
Escucho como la puerta se abre, es Cepeda, no vino a visitarme desde que desperté.
Su mirada profunda se clava en la mía, y siento mi barriga revolotear.
– ¿Como estas? —me pregunta—
– Estoy bien. ¿Y tu? —Le pregunto sonriendole débilmente.—
En realidad no estoy bien, cada día siento más dolor. Respirar, parece la cosa más fácil del mundo, pero a mi me está costando mucho y cada vez que lo hago, un dolor profundo inunda mi cuerpo. También es devastador, no poder levantarse de esta cama, estoy débil, pero necesito levantarme, correr, gritar, cosas muy fáciles, que sin embargo, no puedo hacer.
No se cuando me darán el alta, quiero irme de aquí, odio los hospitales y estar en esta habitación encerrada las 24 h del día, me agobia muchísimo, necesito aire limpio.
– Yo estoy bien, aunque a ti no se te ve con buena cara... —me dice, mirándome fijamente. —
¿Porque su mirada me pone tan nerviosa?
— No se todo ha pasado muy rápido, no puedo asumir de que Vicente este fuera, con el objetivo de quitarme la vida. Hay un loco detrás mía, intentado acabar conmigo y aunque la policía esté detrás de él, no me siento segura. No puedo dormir tranquila, sabiendo que esta fuera. —me sincero.—
Noto como a Luis le duelen mis palabras y yo me arrepiento de habérselo dicho. El tampoco asume que su hermano sea un loco con problemas psicológicos, el también lo está pasando mal, aunque no lo admita. Después de todo es su hermano, su misma sangre.
— Lo siento mucho lo que está pasando Aitana, de verdad. —me dice acercándose a mi lentamente.—
— No te disculpes, tu no has hecho nada. —Le digo sonriendole.—
Sigue acercándose poco a poco, y cuando estamos frente a frente, me rodea suavemente con sus brazos, como si tuviera miedo de hacerme daño y me abraza, mi corazón palpita muy rápido y estoy muy nerviosa. Estar entre sus brazos, se siente tan bien, que me da miedo. Se separa de mi lentamente y otra vez esa sensación de vacío.
Le miro a los ojos, el también lo está haciendo, tiene unos ojos tan bonitos pero tan misteriosos.... Derrepente una fugaz idea pasa por mi cabeza, y mi mirada baja hasta sus labios, ¿como se sentirá sentir sus labios, sobre los míos? Rápidamente, quito ese pensamiento de mi cabeza, ¿porque he pensado en eso? Hace minutos que su cuerpo se separo del mío, pero mi corazón sigue palpitando fuertemente y me sonrojo por mis repentinos pensamientos.
— ¿Aitana? —dice confundido mirándome.—
— Mmm. ¿Que? —Le preguntó absorta en mis pensamientos.—
— Te estaba llamando, parecías que estabas en otro sitio y no aquí. —me dijo riéndose.—
Yo también me río y no puedo evitar sonrojarme, la gente me lo dice mucho y me pasa también mucho. Cuando pienso, entro en otro mundo y es difícil que me saquen de la burbuja que he creado.
— Eres tan mona cuando te sonrojas. —me dice Cepeda riéndose.—
—¡Cepeda! —digo sonrojadome aún más. — ¡No te rías de mi!
Pero el parece reírse más y yo al final acabo contagiandome de su risa, quizás debería grabar su risa y ponerla de tono de llamada. ¿Pero que estoy pensando? Estar encerrada en estas cuatro paredes, esta afectando mi celebró.
— ¿Porque tienes una Cicatriz en forma de C ? —me pregunta dejando de reír, ahora parece confundido.—
Yo también dejo de reír y miro hacia donde señala y me toco la cicatriz en forma de C que tengo, le miro nerviosa, el esta confundido esperando una respuesta y yo....yo no se que decirle.
— Oh, no tiene importancia. —Le digo intentando no parecer nerviosa.—
El asiente no muy convencido, y yo me bajo la camiseta tapando la cicatriz que hay en mi barriga.
Una cicatriz con una historia atrás, que si tiene importancia ¿pero para que preocuparle más?
No sería capaz de decirle que esa cicatriz, me la hizo nada más y nada menos que Vicente...
— Fin de la narración de Aitana —
Amaia paseaba por los pasillos, se sentía rara estar paseando por los pasillos sin Aitana, ella todavía estaba ingresada en el hospital recuperándose.
Suspira al ver unos chicos mirar la taquilla de Aitana horrorizados, desde la fiesta de mierda, los chicos miran la taquilla de Aitana, como si fuera un fantasma ahora. Algunos ni se atreven a pasar delante de la taquilla. Que estúpidos, pensó Amaia.
Entró a su clase de Lengua y encontró un sitio libre al lado de Alfred, ella sonrió y se sentó al lado de él, el chico le agradaba mucho.
— Holis. —Le saludo Alfred de forma cariñosa, ella sonrió. —
— Hola. —Le saludo ella.—
Al otro lado de encontró a Roi tumbando en su mesa durmiendo, el pobre después de lo de Aitana apenas dormía... Ana estaba a su lado acariciandole el pelo, escena que le pareció demasiado mona.
Después vio como entraba Miriam como una diva "que pasada de chica." pensó Amaia. Al lado suya aparecio Agoney y Nerea, el chico se había echo muy amigo de ellas dos, aunque odviamente el seguía siendo su mejor amigo. Además, ella últimamente había pasado mucho tiempo con Alfred.
Ambos eran conocidos en bachiller como "raros." Ambos por su manera tan especial de ser, a ellos le daban igual, raro es bueno y ellos se entienden muy bien.
Amaia vio como Alfred estaba componiendo una canción.
— ¿Componiendo? —Le preguntó Amaia.—
— Si. —Le contestó el chico. — Ya casi la tengo terminada.
— ¿Me cantas un trocito? —Le pidió Amaia—
— Mmm claro..—Le contestó Alfred nervioso.— "Ven ponte cerca de la puerta, que quiero susurrar contigo todas mis rarezas." —le canto susurrandole.—
Amaia se quedo embelesada, por aquella bonita frase que le acababa de cantar. Alfred era tan... ¿Como decirlo?
Único. El era único.
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Siempre seras tu.
FanfictionEstaba hundida, me rompiste pero es un privilegio haber sido rota por ti, porque después de todo siempre seras tu, siempre seras tu el único que me haga salir de todos mis esquemas.