Jennifer se rio y apartó el helado.
–Lo digo en serio. En la universidad, no he conocido a nadie que pudiera haber hecho lo que hiciste tú.
–Eres joven. No deberías estar buscando a un hombre capaz de
echarse el mundo a la espalda. Créeme, tienes mucho tiempo para
darte cuenta de lo dura que es la vida.
–¡No soy tan joven! Tengo veintiún años. Tú eres solo un poco
mayor que yo.Taehyung rio y pidió la cuenta al camarero.
–No le has hecho justicia al postre –comentó él, cambiando de
tema–. Siempre me ha gustado que tuvieras tan buen apetito para los
dulces. Las chicas con las que suelo salir ni se atreven a probar el postre.
–Por eso son delgadas y yo, no –repuso ella, esperando un cumplido.
Sin embargo, Taehyung tenía la atención puesta en el camarero con
la cuenta.
Según la velada llegaba a su fin, Jennifer estaba cada vez más nerviosa. Por suerte, el vino que había bebido le ayudaba a relajarse.
Al levantarse, se tambaleó un poco.–Dime que no has bebido demasiado –murmuró él con gesto de
preocupación, sosteniéndola del brazo–. Agárrate a mí.
–¡No voy a caerme! –protestó ella–. Hace falta más que unos vasos de vino para eso –añadió, disfrutando del calor de su contacto.De forma sutil, Jennifer se pegó un poco más a él cuando salieron a la calle, Taehyung le rodeó la cintura con el brazo.
Estar con él así era la gloria…
Sin embargo, él rompió el silencio y empezó a preguntarle por su
nuevo trabajo en París y por si tenía dónde quedarse. Se ofreció, también a buscarle un apartamento pues su compañía tenía unos cuantos en la capital francesa.
Jennifer no quería que hiciera de hermano mayor con ella. Por
eso le dijo que no necesitaba que nadie la cuidara.–¿Desde cuándo eres tan independiente? –preguntó él con una sonrisa llegando al coche, le abrió la puerta–. Recuerdo
cuando tenías quince años y me pediste que te ayudara a preparar un examen de matemáticas.
–Debí de ser una molestia –opinó ella con sinceridad.
–Más bien, una distracción muy agradable.
–¿Qué quieres decir?
–Yo estaba agobiado de trabajo llevando la compañía de mi padre. Ayudarte y escuchar tus comentarios del colegio era como un respiro para mí.
–¿Y tus novias?
–No me servían de distracción. No me daban más que quebraderos de cabeza –contestó él e hizo una pausa–. Además, te sirvió pues, si no recuerdo mal, sacaste un 10 en matemáticas.
Jennifer no dijo nada.En un momento, llegaron a su casa. Era la oportunidad que ella estaba esperando para demostrarle que ya no era una niña que necesitaba ayuda con los deberes. Era una casa pequeña, junto a la mansión de los Kim. En un principio, había sido pensada para albergar al mayordomo de la mansión. Pero, poco antes de que los Kim se hubieran mudado allí, había salido a la venta y el padre de Jennifer la había comprado.
Entonces, su madre había muerto, cuando ella había sido solo una niña, y Kim Hyeri había actuado de figura materna para ella.
–Mi padre no está –comentó Jennifer, miró para él y se aclaró la garganta– ¿Quieres… entrar para… tomar algo? Tengo vino y creo que mi padre guarda una botella de whisky en el armario.
Por suerte aceptó su oferta, aunque dijo que prefería una
taza de café.
Dentro, Jennifer encendió la lámpara de pie del salón y se puso a preparar café con manos temblorosas.
Intentó recuperar la seguridad en sí misma que había sentido al
mirarse al espejo en el restaurante, cuando se sentía en la cima.
Tan sumida estaba en sus pensamientos, que estuvo a punto de dejar caer las dos tazas. Despacio, se acercó a Taehyung que estaba
apoyado en el marco de la puerta de la cocina.«Ahora o nunca», se dijo Jennifer con determinación. Llevaba demasiado tiempo pensando en él. Lo cierto era que nunca había conseguido romper el hechizo que la envolvía en lo que tenía que ver con Kim Taehyung.
–Me gustó… lo que me hiciste antes… –balbuceó ella, nerviosa.
–¿La tarta y el helado? –preguntó él, riendo–. Sé muy bien que tienes debilidad por los dulces.
–No. Me refería a después de eso.
–Lo siento. No te entiendo.
–Cuando me rodeaste con el brazo para ir al coche –dijo ella
y posó la mano sobre el pecho de él–. Taehyung…
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Sin tu mirada ( Taehyung ) BTS
FanfictionHabían crecido juntos, él en una mansión y ella en la casa del mayordomo. Pero nunca se había fijado en Jennifer, la chica corriente que vivía a su lado. Hasta que su vida en París transformó a Jennifer en una mujer elegante con tentadoras curvas...