Cap.3

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Taehyung se volvió y le ofreció una taza de café. Se sentó con las
piernas estiradas sobre otra silla.

–Con un hombre que conocí.
–¡Un hombre!
–Patric Alexander. Alguien que conocí en una fiesta...
–Bueno –dijo él un poco conmocionado.

Jennifer siempre había sido bonita, pero ella misma lo había ignorado. Esa era otra cosa que había cambiado. París le había hecho ser consciente de lo atractiva que era adivinó Taehyung.

–¿Francés? –indago él apretando los labios.
–Medio francés. Su madre es inglesa –contestó ella, se bebió el
café de un trago y se puso en pie un poco tensa– Ahora creo que es
hora de que te vayas a tu casa. Tengo que deshacer la maleta y preparar una lista de cosas por hacer. Me he dado cuenta de que ya has enrollado la alfombra del salón. Gracias.
–¿Y cómo es que conoces a ese Patric?
–Vive en París - Jennifer frunció el ceño al ver que él no se movía de la silla.
–Su nombre no me suena. Estoy seguro de que tu padre no me lo ha mencionado...
–¿Por qué iba a hacerlo?
–¿Porque soy su amigo...? ¿Cuánto tiempo llevas saliendo con
ese tal Patric?
–No quiero hablar de esto contigo.
–¿Te hace sentir incómoda?
–¡Estoy cansada y quiero irme a dormir!
–Me parece bien –dijo él al fin y con suma lentitud se puso en
pie– No quiero que pienses que meto las narices donde no me importa y tampoco quiero que te sientas incómoda...
Entonces comenzó a caminar hacia ella. Con cada paso
Jennifer se sentía más tensa.
–No estoy incómoda.
–Por si acaso –señaló él y se detuvo a solo unos pocos
centímetros–. Me pregunto si me has estado evitando todos estos años porque no querías que conociera a ese hombre tuyo.
–No te he estado evitando –repuso ella–He respondido a todos
tus correos...
–Y cada vez que yo iba a París, tú estabas muy ocupada. Y solo
venías a Inglaterra cuando yo no estaba aquí...
–Mala suerte –dijo ella aunque no pudo evitar sonrojarse–. Patric y yo ya no estamos saliendo –confesó al fin, cuando el silencio se hizo insoportable–. Seguimos siendo
buenos amigos. De hecho es mi mejor confidente...

Cuando ella lo miró Taehyung supo al instante que estaba diciendo la verdad.
La chica que siempre había acudido a él se había convertido en una mujer madura y tenía a otro hombre al que acudir.

–¿Y qué me dices de ti? –preguntó ella, armándose de valor–.
¿Hay alguien en tu vida en este momento?

Taehyung ladeó la cabeza considerando la pregunta.

–No. Hasta hace poco, salí con una actriz...
–¿Rubia? –inquirió ella sin poder resistirse.
Él asintió frunciendo el ceño.
–¿De baja estatura? ¿Amante de los tacones muy altos y los vestidos muy ajustados?
–¿Te ha hablado mi madre de ella? Tengo la impresión de que no le gustaba mucho Amy...
–No, tu madre no me ha mencionado a nadie. De hecho tu madre y yo apenas hemos hablado de ti. Lo he adivinado porque esa es la clase de chicas con la que siempre sales. Rubias, de pelo largo,
poca estatura, altos tacones y vestidos provocativos –indicó ella y
respiró hondo sintiendo de nuevo la inseguridad que había experimentado hacía años cuando se había comparado con ellas
sintiéndose inferior.

Taehyung se sonrojó.

–Nada ha cambiado.
–¿De veras? Yo no diría eso.
–Sigues saliendo con rubias despampanantes, Hyeri sigue
desesperada por eso. Tus relaciones apenas duran unos segundos.
–Pero yo ya no te gusto...

Aquel comentario dicho con suavidad, quedó flotando en el aire como una pregunta. Jennifer dio un paso atrás como si la hubiera abofeteado.
¿En qué había estado pensando? se reprendió a sí misma.
Había estado tan sorprendida de encontrarlo en su casa que había
olvidado el poderoso influjo que Taehyung siempre había tenido sobre ella. Había conseguido hasta el momento evitar los temas
personales, sin embargo...

–Eso fue hace mucho tiempo y como te he dicho no tiene sentido escarbar  en el pasado.
–Bueno... –murmuró él y comenzó a caminar hacia el perchero donde había dejado su abrigo–Ya me voy. Pero volveré mañana y no
me digas que no hace falta. Enrollaré las otras alfombras y las guardaré en un sitio seco hasta que alguien de la compañía de seguros pueda echarles un vistazo. Aunque hasta que no pare de nevar no creo que nadie pueda acercarse por aquí.
–Estoy segura de que eso puede esperar. No voy a quedarme
mucho tiempo. Pienso irme... mañana por la noche o a primera hora
del día siguiente...
Él no dijo nada. Se tomó su tiempo en ponerse la bufanda y
abrió la puerta de par en par.
–Buena suerte con tus planes –le deseó él, mientras la nieve caía sin compasión sobre los campos– Creo que existe la posibilidad de que los dos nos veamos atrapados aquí...

Solos. Jennifer trató de no dejarse impresionar por esa
perspectiva. Sabía que Taehyung no iba a quedarse en su casa mientras
sospechara que ella necesitaba ayuda. Lo cierto era que la nieve
parecía decidida a quedarse y aquellos parajes no tenían muy buen acceso a las carreteras. Estaban en medio de ninguna parte y no sería
la primera vez que una fuerte nevada los dejaba incomunicados.
Pero tal vez, fuera para bien. No podía seguir escondiéndose de él para siempre. Antes o después ella iba a volver a Inglaterra. Su padre era cada vez más mayor y ella tenía buenas perspectivas de encontrar trabajo en su país natal. Cuando regresara volvería a ver a Taehyung de vez en cuando. Quizá ese fuera su destino.

–Igual tienes razón –respondió ella, fingiendo indiferencia– En
ese caso es una suerte que estés aquí. Adoro a Patric te lo aseguro,
pero un artista no sería de mucha ayuda en una situación práctica
como esta...

ARTISTA? ¿Jennifer había salido con un artista? apenas podía creerlo. Ella nunca había mostrado especial interés por el arte, ¿cómo era posible que hubiera tenido una aventura con un artista? ¿Y con quién más habría salido? Desconcertado, admitió que su antigua amiga no encajaba dentro de la imagen que se había hecho de ella.
Era comprensible, la gente cambiaba. Aunque según Jennifer, él había cambiado muy poco, pues seguía saliendo con la misma clase de rubias...

Cuando se levantó antes del amanecer a la mañana siguiente y
miró por la ventana Taehyung supo que ninguno de los dos iba a salir de
allí en un futuro próximo. La nieve caía todavía con más fuerza. Su
coche había quedado enterrado bajo una densa capa de copos blancos.
Por suerte la electricidad seguía funcionando y había Internet.
Revisó su correo electrónico y pidió a su secretaria que cancelara todas las reuniones que tenía durante los dos días siguientes. Luego buscó el nombre de Patric Alexander en Internet, casi esperando no encontrar nada, pues había muchos más artistas desconocidos que famosos.
Sin embargo lo encontró, se llevó el portátil a la cocina y se preparó una taza de café. Patric tenía ya una consistente lista de admiradores y clientes y parecía un pintor de éxito. Había una imagen suya rodeado de mujeres delante de uno de sus cuadros. Era un hombre guapo, había que reconocerlo.
Taehyung cerró el portátil de golpe, se terminó el café y se fue a casa de Jennifer. Eran apenas las ocho y media de la mañana y estaba tan oscuro que había tenido que llevar la linterna. Aunque llevaba varias capas de ropa el frío le calaba hasta los huesos. Cada vez de peor humor esperó a que ella abriera.

–¿Qué estás haciendo aquí tan pronto? –preguntó ella, sin
dejarle entrar abriendo solo una rendija.
–Hace demasiado frío para que hablemos en la puerta. Abre y
déjame pasar.
–Cuando dijiste que vendrías a verme, no mencionaste que sería casi al amanecer.
–Hay mucho que hacer. ¿Para qué vamos a seguir durmiendo?
Adentro Taehyung se quitó el abrigo y la bufanda. Ella llevaba unos
vaqueros gastados que le sentaban a la perfección.  

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Sin tu mirada ( Taehyung ) BTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora