6-Capítulo

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Un día, él me dijo: –Me dijo Amy que empezaste el libro–me dijo una noche.

Sí, es una historia un poco extraña, pero tiene la humanidad suficiente para ser creíble.

Cuando quieras, podemos ir hasta los aserrados para que veas cómo es el trabajo y cómo cuesta que la madera llegue a la ciudad.

Está muy lejos todo eso,¿verdad?

–Sí, cinco o seis kilómetros. Pero los aserraderos son muy grandes. ¿Sabes, Mappy? Algún día tal vez venda todo esto y vuelva a España.

–¿Pero tanto la añoras?

–No estoy seguro. Llevo 10 años sin haber visto aquello, no he podido ni siquiera ir en vacaciones, tenía pensado que al casarte con Denis pudiera yo disfrutar de tres meses por España. Ahora España es otra cosa, se vive mejor. Estoy pensando que un día tw voy a invitar a cenar en la ciudad, ¿aceptarías?

–Claro, Oliver, ¿por qué no?

–¿Qué te parece mañana?

–Está bien

–Vendré tempranoa las nueve podemos estar en un restaurante donde se come muy bien y, además, se puede bailar si uno quiere.

Me quedé un poco cortada. La conversación con Oliver me resultaba siempre agrabable, pero como si me produjera nerviosismo o desconcierto.
También pensaba que no había sentido la muerte de Denis. Tal no me hubiera casado con él. Me hallaba en Ottawa como podía estar en New York o Argentina.
Todo era cuestión de dejar la ciudad donde había nacido y donde estaba enterrada mi madre.

Con ciero nerviosismo esperé la noche del día siguiente. No ha dicho todavía que soy rubia, tengo el pell natural, ligeramente ondulado. A veces procuro alisarlo, porque no me gustan las ondas.
Tengo los ojos azules y soy delgada.
Amy siemme mira con admiración, pero Amy es como si fuera mi madre.
Yo la tengo por una segunda madre, pues siempre la vi junto a mí.
Mi madre era joven, muchas veces pienso que no tenía que haberse muerto. A mi padre apenas si lo conocí.

Una Boda En Dos Etapas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora