Besos en la espalda me despiertan por la mañana.
Tu respiración sube hasta mi cuello y automáticamente pierdo la mía.
Tus brazos rodean mis hombros brindando ese calor tan familiar que llena mi alma de la alegría que creería pérdida.
Recibo un beso en la mejilla y siento que te pones cómodo a mi lado cayendo en los brazos de Morfeo en un instante.
No tarda demasiado en que yo haga lo mismo con una sonrisa en mis labios, si supieras lo mucho que yo te quiero a ti.
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Tu Escrito Roto
Short StoryUna señora mayor que un día conocí me dijo que escribiendo vivias aun más, gracias a ella hoy te escribo a ti.