12.- ¿Me recuerdas?

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Es un buen chico Jungkook. Deja de jugar ― Yoongi había optado por ser paciente y escuchar las razones de Jungkook, pero también tenía claro que no permitiría que su amigo jugase con Tae ― No tuve mala intención y lo sabesNo estoy diciendo eso y lo sabes también, pero a él le gustas y no está jugando¡Vamos! Todos jugamos en algún momento¿A qué te refieres?Dices que le gusto, lo sé. Él también me gusta, pero ya está. No voy a plantearme algo serio solo porque nos gustamos ― Yoongi suspiró profundo ― Entonces aléjateEso he hecho y creo que él también, porque no he tenido contacto algunoEl que no hayas tenido contacto de su parte es porque Tae es respetuoso y te ha dejado tiempo para que organices tus ideas, no porque no tenga interés en ti, para mala suerte de élHe organizado mis ideas y no puedo seguir con esto¿Por qué no se lo has dicho? ― Jungkook tragó saliva nuevamente. No aceptaría el hecho de que verle nuevamente provocaría en él sentimientos encontrados, tal vez su loco corazón empezaría a latir nuevamente de la misma forma que latió el viernes anterior cuando le abrazó y besó con locura. La verdad es que tenía miedo de Tae, miedo de lo que provocaba en él ― ¿Crees que no ha quedado claro con mi silencio? ― Yoongi ya no soportó más ― Deja de comportarte como un capullo y dile que pasas de él. Déjaselo claro, que no quede lugar a dudas. Solo así le dejas libertad para seguir con su vida, para buscar otras oportunidades¿Otras oportunidades? Bogum por ejemploPero... ¿Te estás escuchando? ― Jungkook se sintió avergonzado de pronto. Bebió de su copa ― A ti qué más te da. Solo dile que lo dejas... pero, hazlo Jungkook, no sigas tras él ― Jungkook guardó silencio y Yoongi sintió que la comida se le estaba atravesando. Miró a su amigo y no pudo evitar pensar que era la primera vez que podía decir de él que se comportaba como un reverendo idiota. Ni siquiera con sus novias de quita y pon, había tenido una actitud como la que tenía ahora con Tae ¿Le estaba castigando? ¿Acaso Jungkook castigaba a Tae por la atracción que sentía hacia él? ― Oye... Dejando a Tae de lado. La experiencia que has tenido, el sentirte atraído hacía una persona de tu mismo género ¿Cómo llevas eso? ― Jungkook miró a Yoongi incrédulo ― ¿Cómo voy a llevarlo? Sucedió y ya está No volverá a ocurrir ― La mirada profunda de su amigo sobre él, le hizo bajar la mirada a su plato. Yoongi le conocía, sabía que estaba avergonzado y sabía exactamente de qué se avergonzaba, pero no lo aceptaría delante de él no, no lo haría. Ese era el gran problema de Jungkook, tenía demasiados prejuicios, demasiadas ideas preconcebidas, demasiados rollos sociales. Salir del armario después de haber sido considerado el soltero más codiciado del país, después de ser visto con decenas de mujeres, después de haber rechazado una y otra vez a hombres guapísimos que se le acercaban y haber ondeado la bandera de la heterosexualidad muy alto cada vez que podía... no Jungkook no aceptaría públicamente que gustaba de un chico y visto así Yoongi prefería que se alejará cuanto antes de Tae, porque lo menos que deseaba para el mejor amigo de su novio era alguien que si se acercaba a él, lo mantendría en la sombra por siempre. Yoongi movió su cabeza asintiendo ― Llama a Tae Jungkook. No me defraudes, confió en ti

Horas después, en su casa. Jungkook dejaba pasar las horas intentando encontrar la forma de hablar con Tae ¿Qué le diré? Que soy un puto cobarde que no tiene huevos para tener un novio tan maravilloso como él. Supo que solo alejarse de Tae no serviría. Tendría que enfrentarlo y sabía que no podría hacerlo personalmente. Aquella noche tomó su móvil y le llamó.

Tae tocaba con su grupo en tanto su móvil sonaba en su chaqueta. La había dejado al cuidado de Jimin y este al escuchar el sonido buscó el aparato para ver quién llamaba. Vio el nombre de Jungkook en la pantalla y cortó la llamada. Yoongi había hablado con él, le había contado todo ― ¿Quién llamaba? ― Preguntó Yoongi a su novio ― Jungkook ― Yoongi se apresuró a tomar su propio móvil para enviarle un mensaje a Jungkook "Tae está tocando con su grupo. No es buen momento para llamar".

En tanto Jungkook escuchó cortar la llamada y se quedó congelado. No se había esperado eso. Su cuerpo delató una emoción que él llevaba intentando destruir toda esa semana. No estaba seguro de nada, tenía miedo de todo y en ese preciso instante un miedo terrible de que Tae desapareciera de su vida. Sonó el teléfono. Leyó el mensaje. Suspiró profundo. Se había sentido envalentonado durante la semana y ahora que debía decirle, que fuese lo que sea que hubo entre ellos ya se había acabado, se sentía morir, se sentía cobarde, se sentía una mierda.

No fue hasta casi una hora después que Tae acercándose a la barra revisó el teléfono que le entregaba Jimin. Miró a su amigo y supo inmediatamente de qué se trataba. Tae no era tonto, aunque muchas veces hubiese preferido serlo, como en esta. Había visto el rostro de Yoongi y sus evasivas para hablar con él, o responder cuando preguntó por Jungkook. También vio el rostro demudado de Jimin luego de hablar con Yoongi a solas. Miró largamente el nombre que reflejaba la última llamada en la pantalla. Decidió guardar el móvil en su bolsillo nuevamente, no sin antes ponerlo en modo silencioso.

Bebió un par de cervezas en la barra intentando poner su atención en lo que sucedía a su alrededor. Había aprendido en los años que llevaba de carrera que las cosas había que ponerlas en perspectiva. Había que mirar las emociones desde fuera y dejarlas ir. Volvía al punto de partida con Jeon Jungkook, solo que esta vez habiendo probado sus labios, sus caricias, su calor. Tampoco era malo haberlo hecho. Eran recuerdos gratos que dejaría vagar en su mente y que no intentaría olvidar a la fuerza. Simplemente les dejaría existir hasta que otros recuerdos ocuparan su lugar. Tampoco esperaba que Jungkook le pidiese perdón. Una vez era suficiente para Tae. No habría más "Te perdono".

Estaba con esos pensamientos en su mente cuando una voz casi en su oído le sacó de ellos ― Hola, ¿Qué tal estás? ― Dio vuelta el rostro apenas y se encontró con Choi Minho que le miraba sonriente ― ¿Me recuerdas? ―.

Estaba con esos pensamientos en su mente cuando una voz casi en su oído le sacó de ellos ― Hola, ¿Qué tal estás? ―  Dio vuelta el rostro apenas y se encontró con Choi Minho que le miraba sonriente ― ¿Me recuerdas? ―

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Actualizo pronto solo porque soy malvada

Lo siento, pero nadie dijo que sería fácil, al final es un juego de dos

Perdón por los errores, algún día corregiré

No olviden dejar comentarios, sugerencias (Debería hacer sufrir al kuko?)

Y dejen estrellita jjj

Besitos y si alcanzo, mañana más !!   

Juego de dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora