Espectro de Hielo

447 20 14
                                    

Hyoga x Aiacos

Mi vida en el tartaro se había vuelto aburrida, el vivir la eternidad me estaba volviendo loco, ahora que la guerra Santa había terminado y mi señor había sido sellado, con su último poder hizo que nosotros sus sirvientes mas fieles volviéramos a la vida, con el único propósito de cuidar como siempre su alma. Mis dos hermanos se entretenían entre ellos mismos, dejando solo un terrible aburrimiento para mi, salia al mundo humano para alejarme de todo. No tenia un ejército al cual doblegar y no tenia a nadie a quien manipular o amaestrar como mi fiel perro, por eso la tierra era el lugar mas indicado para divertirme, las pobres almas que habitaban esos inútiles cuerpos se volvían mi diversión.

Una noche llegue cerca de Tokyo, estaba buscando a quien amaestrar para que se doblegara a mi gusto, estaba en un café bar cuando extrañamente lo vi entrar, llamo mi atención un rubio, el azul de sus ojos y ese cosmos, sin duda era un santo de Athena, mi mente perversa comenzó a funcionar, me acerque a el y le ofrecí una bebida, el joven me vio con recelo, pero acepto. Me presente como Éaco de Egina, un humano que ejercía el derecho y era juez en mi tierra natal.

Mi primera idea era sencilla enamorarlo para después someterlo, la gente siempre hacia tonterías por un sentimiento que los mortales llaman "amor", me fui acercando poco a poco al joven, al principio casi no hablaba conmigo, con el pasar de los días se fue hablandando, solía hablar de sus amigos, hasta se atrevió a confesarme sus sentimientos por el joven castaño que fue el recipiente de mi amo, pero al parecer el joven Andrómeda estaba mas enamorado de su idea de salvar a las personas, que del joven cisne, ese día se puso a llorar a mi lado, cada que hacia algo así me daba tanta risa, pero por fuera mi cara era de comprensión, con mas meses de frecuentarlo, me di cuenta de todo el sufrimiento que el muchacho había pasado, desde la pérdida de su madre quien era su gran amor, de su sentimiento de culpa por que la única familia que conocía el mismo destruyo, su mejor amigo y su maestro a quienes el mismo asesino, pero aun con toda esta tristeza, podía seguir, deje de verle como un juguete para distraerme y comencé a llevarme mejor con el, mis ganas de someterlo se habían esfumado y ahora solo quería estar a su lado para verlo reír.

Un día despues de pasear por toda la ciudad llegamos a mi casa de veraneo como la llamaba yo, la cual era un departamento, nos adentramos en mi habitación, coloque su cuerpo sobre la cama y comencé a acariciar esa piel blanca, su cuerpo temblaba con cada caricia que le proporcionaba, nuestras bocas se peleaban en un batir de lenguas, despues de unos momentos lo había dejado desnudó, su cuerpo era tan bello, pero sus ojos eran lo que hacían que perdieran la cordura, acaricie cada espacio de esa blanca piel, mi boca dejo la suya y comenzó a bajar hasta llegar a su intimidad, en donde jugué con mi boca degustado ese miembro, mis oídos se deleitaban con los sonoros jadeos que su voz emitía. Cuando mis movimientos se hicieron mas bruscos pude degustar el néctar de su cuerpo, su sonrojo fue evidente cuando libere su pene y trague, dedique una sonrisa, me posicione entre sus piernas abriendo despacio con las mías sus extremidades inferiores, metí mis dedos usando mi saliva como lubricante y escuche sus jadeos de dolor por la intromisión -relajate cariño- dije, el asintió y después me acomode, lleve mis manos a mi propio pene y lo acaricie levemente un par de veces, coloque la punta en la entrada del joven y penetre despacio, su interior, era tan húmedo y cálido, su gemido me éxito tanto, así como esa expresión, de dolor mezclado con deseo, mi faena comenzó estaba mas que excitado, era la primera vez que probaba un cuerpo tan joven, mis embestidas hacían la perfecta fricción en ese cálido cuerpo, nuestros cuerpos empezaron a tener el mismo ritmo, ese frenético frenesí en donde ambos disfrutamos del éxtasis total, haciendo mezcla de todo, de nuestro aliento, respiración, deseo y placer, la culminación de nuestro acto llegó, cuando sentí su semilla invadir mi abdomen y el suyo, yo embestí un par de veces mas y me corrí en su interior, dejando mi cuerpo caer sobre el suyo, me puse a lado suyo para dejarle respirar, nos veíamos fijamente, lleve mis manos a su rostro y acaricie lentamente. -eres la criatura mas bella de este mundo- su cara se puso mas roja aun, yo dedique una sonrisa, por primera vez alguien había derretido el hielo que había en mi frío corazón y al parecer no era el único, pues el joven cisne me veía con dulzura.

Pero soy un espectro y las cosas no podían ser siempre miel sobre hojuelas.
Un día estaba esperandolo, llego de sorpresa con uno de sus hermanos.
-Éaco, hola perdón por tardar-
Voltee mi rostro y ahí estaba él, no podía evitar sentir desprecio Ikki el Fenix, quien me reconoció de inmediato. Sus ojos fueron de sorpresa y sus palabras dejaron salir mi verdadero nombre, -¡Aiacos de Garuda!- el rubio inmediato se alarmó, yo me hice el desentendido -perdone mi nombre Éaco, creo que me confunde con alguien mas. Pero algo que admiró del fénix es su falta de confianza en el mundo y las personas, no se trago ni por error las palabras que dije. Nos dejo a solas al cisne y a mi, no sin antes advertir que yo no era lo que el pensaba.

La semilla de la discordia había sido sembrada, el no me volvió a mirar con confianza, salimos ese día lo lleve a comer y luego al cine, saliendo del cine pude notar como la duda se había hecho enorme en su interior, sin mas me acerque a el y robe un beso de esos labios que al contrario de su poder eran cálidos, el beso fue cálido y pausado, de sus ojos cayeron un par de lágrimas, las cuales seque dando mas besos. Seque cada gota, ninguna de las palabras que le dije le bastaron, entonces decidí volver al inframundo, no sin antes sincerarme con él.
-si soy uno de los tres jueces del inframundo, y tu Hyoga de cisne has logrado lo que pocas almas han podido, lograste enamorar a este juez- jamás podre olvidar sus ojos, eran de sorpresa, le di un ultimo beso, y me aleje del sitio, me aleje de él, volví a construir una muralla en mi corazón, porque después de todo el amor es para la efímera humanidad y yo para bien o para mal, viviré la eternidad.

Bueno yo cumpliendo el reto de una pareja crack.
Espero sea de su agrado
Sonikera213

Parejas DisparejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora