Amor Carmesi (parte 2)

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Albafica x Lugonis

Un par de meses habían pasado desde su encuentro, Lugonis había puesto distancia entre ambos, se sentía muy culpable por haber arrebatado la inocencia de su hijo de ese modo, el menor por su parte buscaba el modo de acercarse, cualquier pretexto era bueno para abrazarlo o acariciarlo, pero el mayor se negaba, aun sentía culpa. salio de casa y fue a una cantina, con la esperanza de emborracharse, cosa que era imposible, pero lo hizo para alejarse un poco, sentado en la taberna bebiendo cerveza de pronto sintió una palmada en la espalda, volteo a la derecha y vio a los gemelos en el  sitio*

-Sage... Hakurei... Hola ¿qué los trae por aquí? -

Los gemelos rieron, pues la pregunta debía ser al revez, el solitario era el piscis, no ellos

- Lugo mas bien, ¿tu que haces aquí? nosotros venimos dos veces a la semana -

- si es verdad, solo se me ocurrió que era buena idea -

- ¿qué tal esta tu muchacho Lugonis?-

El solo oír la pregunta hizo que todo volviera tan vivido como esa noche, sentía su respiración y su suave piel rosando la suya, salio de su pensamiento cuando el gemelo menor se río

- Creciendo, cada día esta mas guapo - dijo después de unos momentos de silencio.

-te pierdes hombre, eso de ser solitario no es bueno, también deberías de enseñarle al chico a salir, y tu darte la oportunidad de querer a alguien, digo no creo que quieras ser puro y casto hasta tu muerte  -

El pelirrojo sonrió, sabia que eso ya no era cierto, pero tampoco les diria que lo había hecho con el menor, —si tal vez ya encontrare a alguien — los gemelos se vieron y sonrieron, — tal vez alguien mas grande o joven, ya sabes el amar no entiende barreras, y pues tu hijo debería de salir que te parece con mi muchacho —

Sage tenia a su cuidado a Manígoldo, y ese si era un pillo, una idea cruzo por su cabeza, Albafica con ese muchacho, pero se negó la idea aunque sus palabras dijeron otra cosa.

—Claro lo dejare salir, seguro querrá jugar con tu muchacho Sage—

El albino sonrió, esos dos chicos se podrían llevar bien, se pusieron a platicar un rato de las misiones y luego el pelirrojo se retiro, no tardo en volver a casa, el menor estaba en la sala dormido, se quedo ahí esperando a su padre, Lugonis se acerco y lo cargo entre sus brazos, para llevarlo a la habitación, lo puso con cuidado en su cama.

— papá volviste —

Dijo adormilado mientras se acomodaba entre las sabanas, Lugo lo vio con una sonrisa, se acerco y le dio un beso en la frente, el menor se volteo y el sintió alivio. Sentía que al fin sus impulsos se habían calmado, se cambio y se recostó en sofa de a lado, antes de lo sucedido compartían cama, pero después se había quedado en el sillón.
Estaba pensando en que Fica saliera con alguien mas pero la idea lo perturbaba, no quería se negaba, se dio cuenta que estaba celoso de esa idea.

Cerro sus ojos y unos momentos, para despejarse,  después empezó a sentir, que unas manitas lo recorrían y unos labios lo besaban, se volteo para alejarlo, pero se monto sobre el y metió sus manos en su intimidad, se sintió acalorado y abrió los ojos, Albafica estaba en la cama dormido, había sido un sueño, respiro y se volvió a dormir, había tenido varios sueños así, durante ese tiempo, sabia bien que era su deseo reprimido.

Volvió a cerrar los ojos y después de un rato sentía como la húmeda boca del menor lo estaba lengüetando, se puso de frente y llevo sus manos a la cabeza del menor, acariciando su sedoso cabello, sonreía el joven quien lo hacia torpemente, pero se sentía bien, —anda ya deja eso, mejor cabalga — lo levantó y desvistió rápido, retirando la túnica, el menor se veía sorprendido pero acepto, Lugo metía sus dedos abriendo su entrada y ayudando a colocarlo sobre sus caderas, y finalmente la intimidad del celeste lo envolvió en su estrecha carne, un gemido ahogado salió de entre sus labios, en cuanto la invasión fue completa el mayor movió la cadera para que empezara la cabalgata, Fica puso sus manos en el abdomen del pelirrojo para tener mejor equilibrio y comenzó a mover las caderas de atrás hacia adelante, dando gemidos y respirando entrecortadamente, su cuerpo empezó a transpirar y esa fina capa de sudor adornaba su piel cual manta de diamantes, a la luz de la luna que se colaba por entre las cortinas, su rostro de placer era bellísimo, las estrechas paredes del menor lo estaban deleitando, vio su erección algo necesitada, llevo sus manos y comenzó a masturbar, su tersa piel se tensaba por ese contacto, veía como sus movimientos se habían hecho mas violentos, los jadeos de ambos ahora llenaban la habitación, del pene del menor comenzó a salir el liquido preseminal por la estimulación, su cuerpo se contraía, poco a poco, el menor llegó al orgasmo, después de unos momentos, Lugo lo sujeto y puso bajo el.

— papá ...—

Dijo en un suspiro mientras el mayor empezó las embestidas en su cuerpo, mientras sus labios lo recorrían por todo el cuello, las caderas tomaron un ritmo mas frenético pues disfrutaban abrir esas cálidas paredes.

— Te amo Alba te amo mucho... —

Sus frenéticas estocadas lo habían llevado al máximo placer, llenando el interior del joven, después de un momento,  salio de su interior y se puso a un lado, lo abrazo y se quedo oliendo su aroma, cerro sus ojos y deseo que todo hubiera sido un sueño, pero sabia que no lo era, rogaría a su diosa que lo perdonara, por haber tomado la decisión de amar a alguien mucho menor que el y haber tomado su inocencia.
No pego el ojo hasta la mañana, solo se quedó viendo ese bello rostro descansar, sonreía despacio y lo abrazaba con mas fuerza.

Cuando se levantó Fica ya no estaba entre sus brazos se espanto un momento y luego lo vio entrar con una bandeja con café, fruta y pan, el menor llevaba una inusual sonrisa en su rostro, se sentó a lado, puso la charola en la mesita y le extendió el café.

—buenos...— dijeron los dos al unisono y soltaron una carcajada, sonrió despacio y puso su mano en su cabeza despeinando sus cabellos, para el mismo había aceptado el amor que le tenia al celeste era mas que de padre y sabia que su tiempo estaba contado, amaría a ese chico, lo procuraría, lo haría feliz y  estaría a su lado.

Hay veces que el amor no entiende de edades, ni de genero, pero si tienes la oportunidad solo dejate llevar, era el pensamiento que, los gemelos le habían sugerido y el lo acepto. Amaría a su hijo hasta el día de su muerte.

O/////O

Bueno aquí les dejo la parte dos para las quienes lo pidieron.
Bueno ahora voy a escribir otro capítulo

Jaguar de hojas: Cambio y fuera!

Parejas DisparejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora