Una espada y un dragon

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LibraxCapricornio

Mañana cálida, el español se había levantado cual todos los días para salir a entrenar, el sueco ya estaba en la entrada y pasarían por el italiano que seguro estaba durmiendo aun, y en efecto al llegar al cáncer el italo estaba tirado en el sofá, se veía que una botella de ron era la responsable, la rosa como de costumbre le lanzó un balde de agua.

—  ¡arriba haragán !

— ¡ chingada madre Dita !

El español solo se carcajeó, el italo se levantó y cambio la ropa diciendo mentadas de madre y todo lo demás, y todos salieron a correr, y después al entrenamiento en el coliseo, donde estaba de visita el joven estudiante de Dokho.

— mira Shura, ahí esta el dragón naciente —

El español movió su cabeza en desaprobación por el comentario, deberíamos de ir a entrenar con el tenemos cuentas pendientes.

— tío, ya supera lo de tu mano —

— tu cambiaste con el, desde que le entregaste la espada, se me hace que también le quieres dar la otra  —

Solto la carcajada el solo, Dita solo rodó los ojos y el español parecía que ni se inmutaba

— solo le doy el respeto que se merece, tu deberías de hacer lo mismo —

Llevo la mano a su nariz y luego salio a donde el joven asiático.

—  ¡ey chico!

El libra volteo a ver quien demonios gritaba y vio al italo acercarse

— Death Mask...

— oye ... Tienes ¿donde quedarte?

— si... El maestro Dokho me dijo que residiera en libra.

El español llegó detrás del italiano, y también saludo

— Shura...

— Me alegra ver un rostro nuevo ¿estas listo para ocupar el lugar de Dokho?

— aun debo entrenar pero si estoy aquí para eso

El italiano volteo y vio a su amigo, por los dioses del Olimpo el sonrió, los dejo platicando y corrió a donde la rosa que lanzaba las rosas hacia las dianas.

— Afrodita!!! 

El grito distrajo al sueco quien molestos camino hacia las dianas para ver que había fallado.

— y ahora ¿qué?  ¡Hiciste que fallara por dos milímetros mi blanco!

— de todos modos se va a morir dos milímetros no hacen la diferencia, pero el dragón bebe de ahí si ¡Mira!

El sueco volvió la vista, en efecto vio algo muy inusual en su colega. Estaba sonriendo, como cuando hablaba con ellos, pero ahora lo hacia con alguien con quien no convivía mucho.

— Deberíamos de decirle a Aioros

Los dos empezaron a reír y luego de un rato el par de azabaches llegaron.

— Shiryu se unirá al entrenamiento matutino

—claro Shura, nosotros no tenemos ningún problema verdad Death

El joven siguió el entrenamiento, con el español y cuando término salieron

— ¡oye niño! —

El asiático volteo la mirada para ver al italiano acercarse

— en la noche en la casa de Shura va haber una reunión y me pidió que fueras, seguro te gustara —

Parejas DisparejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora