Cabra del inframundo

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Cid x Hades

Aburrido en sus aposentos le pidió a Minos que le trajera almas para pasar el rato, vería a quien torturar, el juez tan obediente como siempre se levanto y fue a traer a los distintos niveles del infierno a las almas de varios individuos, y que mejor cuando vio el alma de uno de los caballeros dorados.
Llevó sus almas y Hades reconstruyó sus cuerpos, el Dios rápidamente fijo su mirada en el español, alto, fuerte, formal, el caballero abrió los ojos y supo que no estaba en Atenas. Intento ponerse en guardia, pero sus lacayos lo detuvieron, haciéndolo hincarse frente a el.

— Bienvenido a mis dominios caballero de capricornio —

Pronuncio el dios en su tono frío y déspota.

— No digo lo mismo dios del inframundo —

El dios sonrió, le gustaban los retos, y oír sus palabras lo hizo sentir ese deseo, se levantó de su trono y camino hacia el joven español, mientras daba ordenes.

— Minos llevate a todos los demás me quedare con el—

El juez soltó a Cid y este se levanto, por inercia, para arremeter  contra el dios quien lo sostuvo entre sus brazos, apegandolo a el, el azabache reaccionó y trató de soltarse, cuando oyó las palabras del dios.

— salgan todos de la habitación que hoy tengo ganas de jugar con el caballero —

Forcejeando como pudo intento salir del abrazo que el dios le daba pero no pudo soltarse de esos brazos, cuando no hubo nadie en la habitación el dios lo tiro contra el suelo, el español desde el piso lo veía desafiante.

— ni creas diosucho de mierda que te vas a divertir conmigo, porque donde intentes pasarte de listo, os juro que te arrepientes —

El dios lo veía con frialdad pero las palabras le habían gustado, como si le hubiese contado un chiste, en su frío rostro apareció una sonrisa muy ligera.

— un mortal con espíritu de lucha es lo que me hace falta, aquí todos se hincan a mis pies, pero tu aun me vez con esos ojos desafiantes— se acerco vertiginosamente  al de ojos azabache y tomo su mentón haciendolo ver su rostro, el español sintió esa invasión de su privacidad y lanzo un puñetazo pero Hades lo detuvo con su mano y sin esfuerzo.

— esto va a ser mas divertido de lo que pensé mortal —

El Cid lo vio con ojos desafiantes, y le dio un cabezazo, el encuentro se volvió una batalla campal, cualquier movimiento el caballero lo respondía desafiante y aun sabiendo que tenia las de perder, su espíritu guerrero lo hacia mantenerse de pie, asunto que el dios disfrutaba, El Cid siempre acababa perdiendo, pero no perdía el deseo de pelear.

Pasaron varios días desde que Minos le llevó el alma del mortal indomable como el le decía Hades y todos los días por mas de tres meses humanos, le llevaron a El Cid, para poder jugar con el, la mayor parte de las veces solo se peleaban, haciéndose de palabras, sus jueces lo veian desde los balcones tenían curiosidad de saber porque pedía el alma y cuerpo del español todos los días solo para pelear con el.

El español por su parte no daba el brazo a torcer, siempre se mostraba gallardo ante el dios, pero algo en su interior lo hacia disfrutar cada encuentro, es día Hades le dio su espada sagrada, y tomo otra, para comenzar un encuentro.

— Mortal me dijeron que sabes manejar las espadas, quiero ver tus habilidades—

—¡ son mi especialidad! —

Cual duelo ambos se posicionaron en cada lado del salón y comenzó el choque de espadas, los tres jueces veían como siempre desde el balcón. Mientras abajo la lucha encarnizada, se daba sin problema, ambos disfrutaban de la pelea, y en un hábil movimiento,  El Cid hizo un corte sobre la mejilla del Hades, al ser su espada logró cortar su rostro sin problema, pero no se detuvo iba a lanzar otro tajo, cuando arriba Minos alarmado, sujeto al Cid con los hilos de la marioneta destrozando al capricornio sin pensarlo dos veces.

Hades estaba entretenido viendo su divina sangre cuando oyó el crujir de los huesos frente a el seguido de un alarido de dolor, algo en su frío corazón lo hizo reaccionar, corriendo a su lado, corto los hilos de Minos y tomo al caballero entre sus brazos para llevarlo a sus aposentos, colocándolo sobre su lecho, el primer mortal que llevaba a su cama.
Los tres jueces se quedaron callados, al ver la reacción de su amo. 

Unas horas mas tarde el caballero despertó en una habitación en extremo lujosa, su cuerpo ya no dolía volteo al sentir el cosmos del Dios a su lado, tenía esa expresión fría y calculadora de siempre.

— ¿Hades? —

— veo que te sientes mejor mortal —

— sentí un dolor descomunal, ¿qué demonios paso? —

—Sufriste un castigo indebido por parte de uno de mis jueces, quien al verme lastimado te ataco sin miramiento, pero ya estas bien, le pedí a las monjas negras del nosocomio te ayudaran y lo han hecho —

— ¿en donde estoy? —

— en mi habitación, consideraté afortunado —

Se sorprendió al oír esa palabras, el dios se acercó, y sentó a lado de la cama, acercando su rostro para ver de cerca al español y por primera vez en todos el tiempo que estuvo frente al dios un sonrojo apareció en su rostro.

— yo...—

Se quedo callado cuando los labios del dios tocaron los suyos, tardando en reaccionar, El Cid se separo abruptamente y le dio un golpe en la cara haciendo que le volteara, el rostro, pero Hades lo sujeto con fuerza y seguido le dio otro beso, el español consintió esta vez el beso sin problema, estaba totalmente embelesado por el tacto del dios, no entendía ni que diablos le pasaba, tal vez fue el calor del momento, pero pronto ambos estaban sin ropa alguna, sobre esas sabanas rojas, en donde, sus pieles empezaron a reconocerse, el contacto entre ambos era muy pasional, la caricias eran fuera de serie, no sabia que era así tener a un mortal nada dócil entre sus brazos, su cuerpo era tosco, sus manos ásperas, tenía unas cicatrices en el torso que beso despacio para después hacer un recorrido por todo su cuerpo desde el cuello hasta su virilidad.

— ¡mgh! —

sintió las manos del dios entrar en su intimidad, cruzo sus ojos con los contrarios esos penetrantes ojos azulinos del dios, ambos se enredaron en un beso ardiente, ambos desahogaron la pasión, en una tormenta de besos y abrazos, el capricornio sintió al dios hundirse en su cálido interior, gimiendo con fuerza, paseaban ambos sus manos por la piel contraria, al dios le gustaba la calidez que el cuerpo del caballero desprendía, por otro lado el capricornio, jamas pensó que la helada piel del dios fuera a tener tal calor contenido, ambos bañados en sudor, estaban entregando su cuerpo con pasión y desenfreno, la cabra saltaba sobre el miembro de Hades con mucho brío, mientras el dios nalgueaba el ritmo que deseaba, unos momentos después, el vientre del azabache se contrajo con ganas, adornado ambos abdómenes con semen, pero el dios no estaba nada satisfecho, se levanto para dejarlo bajo el y después  lo volteo boca abajo, separó sus piernas usando las suyas y sus manos separando sus glúteos para internarse dentro del caballero con rapidez.

— ahh  asi...—

Los gemidos de ambos azabaches se escucharon por todo el castillo, hasta la mañana siguiente.
Cuando la fatiga había llegado al español, el dios lo dejo descansar a sus anchas sobre su cama mientras el bajaba a ver a sus jueces, para informar que había encontrado una pareja nueva, con quien entretenerse y a quien debían respetar.

Tu pedido Narjialarsen esperando te guste

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Bueno aquí les dejo el capitulo nuevo

Jaguar de hojas: Cambio y Fuera .

Parejas DisparejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora