Capítulo 5

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—Justin.



Suspiré. Esperé cansado hasta que la jornada terminara. Odiaba trabajar aquí. Respiré profundamente y esperé a los putos segundos que pasarán rápidos.



— ¡Eh, Justin! —rodé los ojos.

— ¿Qué quieres papá? —respiré cansado. Hoy en la mañana había ido a la universidad y después me pasé a la empresa de mi papá para trabajar.

— No vengo a pedirte nada —él sonrió mostrando su perfecta dentadura. 



Mi papá era... bueno, yo lo amaba, él siempre sería mi padre y aunque a veces pareciera que no nos llevarámos bien; lo hacemos y muy bien, pero hay veces en las que no, y ahí comienza el tormento de mamá. Por lo menos ya no vivo en la misma casa de mis padres y eso es mucho más tranquilizadora, tanto para ellos como para mí.



— En realidad venía a decirte que te fueras —dijo y volví a rodar los ojos.

— Salgo en cinco minutos papá —era ilógico. Bufé. Él rió.

— Sí, lo sé. Sólo que venía a decirte que te tomarás estos días para descansar, ya sabes, se acerca la navidad, y bueno, quiero que estés relajado, sólo quiero que te preocupes de la universidad. Hablé con tu mamá y ella me convenció —dijo y sonreí muy grande, casi como cuando lo hago con ______.

— ¡Gracias pá! —dije tomando mis cosas. 

— Bueno, eso y, acuérdate que no tendrás vacaciones después de navidad, hasta el verano, verano de adolescentes, esa es tu recompenza. ¿Ya sabes a dónde quieres ir está vez?

— Londes —dije sin pensarlo. Él me miró sin entender.

— Siempre vamos a Londres —frunció el ceño.

— Bueno, está vez, me gustaría estar más tiempo allá, además ahí está Jack, ya sabes —me encogí de hombros. Jack era uno de mis mejores amigos en todo el mundo. 

— Bien, si así lo prefieres —él sonrió, pero se podía ver la confusión en su rostro.



No es mí repetir los viajes en el mismo año.



— ° —



— ¡No puedo creer que tu papá haya hecho eso! —dijo _____ aún con la sorpresa en su rostro. Reí, hablando sinceramente, yo tampoco. Mi papá es muy estricto.

— Ni yo, pero, al parecer le gusta el trabajo que estoy haciendo —me encogí de hombros. Hablar con ella, era como hablar con alguien en quien puedes confiarle cada uno de tus logros, problemas, tristezas y en fin; Todo. Ella sonrió más. 

— Entonces tendremos más tiempo para hablar —dijo ella, al parecer, radiando de alegría. Volví a reír. Ella era tan hermosa cuando sonreía así y se veía tan contenta. Luego observé cuando se sonrojó. — ¿Lo pensé en voz alta verdad? —dijo ella totalmente roja. Reí. 

— Sí, sí que lo hiciste —guiñé un ojo.

— ¡Tonto!



Había llegado hace más de tres horas a mi departamento, me había conectado de inmediato y la vi en línea, no dudé en hablarle. Ella era tan pequeña, pequeña e inocente. Inocente y hermosa. Nuestra diferencia de edad era grande. Tal vez no tanta. Pero seis años, igual era una diferencia.



Ella tenía una bufanda alrededor de su cuello, su cabello caía en sus hombros y más allá de ellos, su nariz estaba roja por el frío, aunque ella dijera que tenía calefacción, no entendía cómo aún así seguía teniendo frío. Tenía un polerón negro, y tal vez unos cien chalecos debajo de éste. Ella era muy friolenta. 



— Tal vez si estuviera a tu lado y te abrazara, dejarías de temblar como lo estás haciendo ahora —dije yo con una sonrisa. Ella volvió a sonrojarse mucho más de lo que ya estabas —reí —te vez tan dulce con ese sonrojo —ella rió nerviosamente. 



Sabía que tal vez, lo que estaba haciendo estaba mal. Mirarle, sonreírle, decirle esas palabras, que, a cualquiera, tal vez pondría nerviosa y se ilusionaría. No quiero que ella lo haga. Es muy hermosa como para estar y esperar a un chico como yo.



Ya bastante daño le hice a una chica. No quiero volver a repetir la historia. 



Tal vez, por eso era mi miedo, mi miedo de perder a _____ como lo hice con Kristen, una chica que al principio era mi mejor amiga; amigos de la infancia. 



No digo que vaya a tener algo con _____, ella es demasiado inocente y dulce, pero también sé lo sensible qué es. Pero tal vez, sólo un poco, debería de parar mi juego. Mi juego del coqueteo con ella.



Tal vez ella se estaba creando una imagen de mí, de un chico tierno y que la hace sentir especial. Pero tierno es lo menos que soy. Un poco con ella, sí. Pero es mi parte de ser ''galán''. Parte que ella no conoce.



No quiero lastimarla.
— ¡Eh, bro! —dijo Ryan saludándome mientras me pasaba un poco de cerveza. 

— ¿Cómo estás? —le dije mientras nos introducíamos más en el club. 

— ¡Mejor que nunca! —dijo él. Tal vez lo decía porque seguro se folló a Lucy, pobre chica.



Era el club que íbamos todos los viernes, sábados y unos pocos de los domingos. Con Ryan éramos amigos desde la infancia, junto con Chaz y Nolan. Entramos y ahí estaba. La había visto el domingo pasado. Me quedé con las ganas por supuesto, dijeron que era muy difícil acostarte con ella, tal vez para ellos, pero no para Justin Bieber, alias el breaks pussies, un nombre muy sucio, por supuesto. 



Pero ya me hice conocido así. Aquí todos me conocían, todos. Y como no, las mujeres, también, tal vez, una más que la otra, o una más que la otra, de la otra. 



Yo era un jodido coqueto



Un jodido sexy



Un jodido rompe coños



Un jodido rompecorazones. 



Un jodido idiota.



Me han llamado peores, o me han llamado mejores.



Pero ______ no tenía que enterarse de esto. 



Es mejor para ella.



No quiero romper su inocencia. 



Pensé mientras me acercaba a mi próxima presa. Eran siempre las mismas chicas, no putas, no perras. Sólo pequeñas chicas que irradiaban timidez.



Eran mis favoritas.



Al terminar la noche, siempre me decían ''capullo'', ''que te jodan'' o miles de maldiciones así. A veces no las tomaba en cuenta, pero cuando la relación iba mucho más allá de una noche, sí. Porque, me encariñaba. Pero eran mis reglas, y yo las seguía al pie de la letra.



Conquista con palabras de cariño, eso las ilusionan.



Sólo una noche.



Si no resulta, ten una cita con ella.



Te la follas y sales de su vida.



No la recuerdes.



Eran cuatro simples reglas, simple por cómo se leen, pero difíciles de cumplirlas.



Muchas veces rompí corazones, eso es algo de mí, y nadie lo cambiará. Aunque hubo una que lo intentó y salió rota también.

Omegle ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora