Cerré los ojos y traté de concentrarme en cada embestía que daba, la chica debajo de mí gemía, mientras yo aún no llegaba a mi orgasmo. Comencé a moverme mucho más fuerte, salía y entraba, así en una rutina diaria.
— Mmm... Justin —ella gimió más fuerte. — ¡Ahhh! —dijo cerrando aún más fuerte los ojos.
Comencé a moverme como realmente lo hacía, como siempre lo hacía, ya no sería el cariñoso como al comienzo lo fui con ella. Me costó una puta semana para que se acostara conmigo. Joder, debería de darle su merecido.
— Mírame pequeña perra —susurré, ella abrió los ojos mientras podía, y comencé a penetrarla mucho más fuerte, sabía que no le dolerían, yo doy más placer que dolor, sabía eso.
— Mmm —dijo mientras mostraba una pequeña sonrisa. Sí, lo estaba disfrutando. Entonces sentí como comenzó a temblar — ¡Voy a venirme! —gritó mientras yo la penetraba mucho más fuerte y rápido, sentí como sus paredes vaginales se contrarían contra mi polla y la apretaba fuertemente, gemí alto al sentir que yo también llegaba mi orgasmo.
— ¿A dónde vas? —dijo ella mirándome tímidamente. Era hora de escapar. Hace apróximadamente diez minutos que mi respiración había vuelto a la normalidad, para ya salir de ahí. La miré seriamente.
— A mí casa, ¿a dónde más? —ya, ahí estaba. El mismo sin sentimientos que ella acaba de conocer. Ashley arrugó su rubio ceño.
— ¿Por qué me hablas así? —dijo aún más tímida y creo que también, intimidad que antes. Sonreí arrogante mientras me ponía mi remera blanca de mangas largas.
— Porque así se le habla a una pequeña perrita como tú, pequeña y tímida perrita —susurré inclinándome hacia ella y le acaricié la mejilla. — Hasta nunca.
Dije y salí de ahí rápidamente. Abrí la puerta de su departamento y me fui de ahí. Siempre era igual. Bajé corriendo las escaleras y me subí a mi moto, miré su piso y sonreí. Nunca me cansaría de ésto. Sabía que estaba mal. Pensaba mientras me metía por la carretera para volver a mi departamento.
Sabía que dajar a las mujeres así les rompería el corazón, pero, ¿quién las mandó a meterse conmigo?, ¿eh?, ellas siempre han sabido de mí y de lo peligroso que podría ser, bueno, sólo en la cama y en sus corazones.
Pero ellas son las rebeldes, sonreí con arrogancia. Ella se meten donde no deberían. Ellas son las culpables.
Muchas se han hecho la dura y me ha tocado miles de veces esperar cinco, seis semanas, para acostarme con ellas, y ellas siempre pensaban que mientras más tiempo pasaba con ellas, mejor sería y que me quedaría con ellas toda la vida, ¿verdad?
Pues era todo lo contrario. Me daba rabia no follarmelas de inmediato, pero era paciente. Ya en el momento de estar en la cama.
La paciencia se acababa y llegaba alguien a quienes ellas aún no conocían. Las nuevas, por supuesto.
Ashley se unirían al grupo de facebook de mujeres que tenían por nombre ''No acercarse a breaks pussies''. Era una idiotez, pero, realmente tenían ese grupo, según la creadora... Melissa Berson, para que las mujeres no salgan lastimadas.
Melissa Berson, sí, la recuerdo, iba en contra de mis reglas, pero la recuerdo.
Pero si ella fue la primera chica que rompió mi corazón, ahora, ¿quién era la/el cínico?.
Aparqué en el estacionamiento de mi departamento y llegué arriba. Dejé todas mis cosas ahí y me senté en el mueble para luego prender mi mac y ver si ______ había recibido mi regalo.
Esperé, y esperé. Era ya tarde allá, ¿por qué aún no estaba conectada?, arrugué el ceño.
Sí, le había llegado mí regalo. Se notaba feliz, mi regalo le hizo feliz, ¿a quién no?, una fanática de los libros y libros románticos.
Cosas que no van conmigo.
Ella me mandó a dormir, y era justo eso lo que iba hacer, pero tocaron el molesto timbre, joder, ¿qué hora eran?, las once, ah, podían hacerlo. Caminé hacía la puerta y encontré a un hombre, con un cuaderno, un sobre y un lápiz.
— ¿Justin Bieber? —dijo aquel joven. Asentí, él me pasó el sobre.
— Es para usted, viene de Londres, UK —arrugué el ceño y lo miré sorprendido. ¿Jack me habrá mandado algo?, no, imposible.
______. La idea me hizo sonreír.
— Firme aquí —firmé. — Muchas gracias.
— De nada y gracias —dije cerrándole la puerta.
Miré el pequeño sobre, ¿qué vendrá aquí?, sonreí entusiasmado, hace menos de diez minutos ella me mandó a dormir y ahora me llega un regalo de una pequeña y hermosa chica.
Abrí el paquete y mis ojos fueron más que como platos.
Una cadena, era una cadena de oro, una más a mi colección de Londres. Me sentí enérgico, me sentí muy bien al recibir ese regalo por parte de ella. De inmediato me la puse alrededor del cuello. ¡Joder!, me quedaba muy bien.
Tengo que agradecérselo. Pero en la caja había otra cosa. Una carta.
''Que tengas una linda navidad y año nuevo Justin.
Espero que te guste tu regalo, lo mandé con mucho cariño (:
Otra cadena más a tu colección.
Gracias por hacerme feliz estos ocho meses que nos conocemos.
Espero algún día agradecértelo en persona.
Con cariño.
________''
Sonreí, ella era tan dulce.
Demasiado dulce.
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Omegle ➳ j.b
FanfictionOmegle es una página para hablar con el mundo de lo desconocido, donde todos a veces desean tener un juego sexual, o donde realmente quieres conocer a personas que sienten o piensan igual que tú. Sólo fue entre por diversión, y... al final terminé m...