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~Mi nuevo hogar~

Me encontraba de vuelta en mi apartamento, la única diferencia, es que ahora al contrario que otros días estaba acompañada de cuatro hombres en traje que se supone me ayudarían a llevarme mis cosas a mi nuevo "hogar".

La verdad no sabía que llevarme, si pudiese me lo llevaría todo, bueno si pudiese preferiría no irme pero que remedio. Despues de media hora pensando detenidamente, moviéndome de un lado a otro y con los agentes entados sobre mi sofá esperando a que tomase una decisión, por fin supe lo que quería llevarme. Iba a llevarme todo mi material y trajes de baile, mi material de pintura, mi guitarra, ropa, y por supuesto mi adorable gato Romeo.

Antes de mudarme con mi familia tuve que comunicarles el hecho de que tenía un gato y la verdad mi padre no parecía muy contento con la idea, sin embargo mi madre y hermana estaban muy contentas de tener un pequeñín de compañía. Por supuesto Brendon me propuso el dejar a mi gato en algún refugio o algo por el estilo y tuve que dejarle bien claro, con toda la educación que pude, que jamas nadie ni nada hara que me separe de mi bola de pelo gorda, ni Brad Pitt.

Dicho pues, los cuatro agentes empezaron a ayudarme a embalar mis pertenencias en cada caja. Cada una de ellas llevaba un contenido preciso y escrito sobre esta.

- Poned estas dos cajas ahí que ya están llenas - uno de los agentes hizo un ademán con la mano hacia una esquina de la sala de estar. El se presento previamente, se llamaba Peter Collins. Al contrario que Owen y Noah, este era un poco más alto pero mas delgado aunque la masa muscular era algo presente en todos ellos. Tenía el pelo negro peinado hacia atras y era el único que llevaba una corbata, todos los demás llevaban una camisa blanca con el primer boton abierto, unos pantalones de traje negro y una chaqueta de traje negro abierta. Otro de los agentes que también me era nuevo dijo llamarse Liam Harrison, me conto que antes vivía en Alaska pero que se le quedo pequeño, era un "vividor". El tenía el pelo castaño claro y unos ojos almendrados. Parecía ser el más abierto de todos puesto que este último no dejo de hacer chistes malos, contar anécdotas sobre su vida y meterse con Wilder el cual estaba muy serio.

Hablando de Owen, el realmente era un sujeto que me intrigaba. Es decir, era verdad que su carácter era un tanto desagradable y hermético, pero parecía esconder algo en la mirada. Lo que me hizo sentir cierta empatía hacia el, pero rápidamente aparte esos pensamientos de mi cabeza.

Acabamos por fin de empaquetarlo todo y metimos todas las cajas en la camioneta. Ya abajo de mi apartamento me sequé el sudor de la frente con mi mano y eche un largo suspiro. Antes de salir decidí ducharme y vestirme, me puse algo comodo, un jersey marron y grande de rayas y unos shorts azules, hate mi pelo para que no me molestase, cogí la jaula de Romeo con el dentro por supuesto y me fui hacia la camioneta, hacia mi nuevo hogar.

(...)

Ya llegados en la mansión, mi madre y hermana me estaban esperando en la puerta de entrada. Salí del coche y me dirigí hacia la que ahora sería mi casa, salude a las dos con un abrazo y apareció mi padre por detrás, me pidió que me adentrase y asi hice. El me guió hasta la segunda planta y ya arriba giramos hacia la izquierda hasta llegar hacia una puerta. El se inclinó hacia esta última e hizo un gesto con la mano incitándome a entrar.

- Haga los honores - me dijo en un tono galán con una sonrisa. No pude evitar sonreír y abrir la puerta al instante.

Al adentrarme me quedé estupefacta, es decir, la habitación era enorme, mas que el salon de mi apartamento, solo pude pensar en el hecho de que Romeo sería muy feliz aquí. Rápidamente bajé las escaleras y nos dispusimos a colocarlo todo. Duramos un buen rato pero al fin todo acabo. La habitacion había quedado estupenda.

Era grande y rectangular con un baño a la derecha que era igual de inmenso. En la parte izquierda de la habitacion esta la cama y mi guitara justo al lado. Del lado derecho tenía algunos utensilios de pintura y mi caballete. Mas abajo tenia el armario en el que coloqué todo lo necesario y coloque la cama de romeo, en la cual no solía dormir porque prefería llenar mi cómoda y bonita cama de pelos de gato. Y por fin en frente de la sala habían dos enormes puertas acristaladas que daban al balcon, este último daba una vista preciosa al jardín que estaba lleno de arbustos y arboles, acompañado de una piscina gigantesta.

La verdad es que esto no estaba nada mal. Era obvio que esto era nuevo para mi y que no sabía si llegaría a acostumbrarme pero supongo que me adaptaría rápido, solo y cuando mi padre hiciese el favor de contarme toda la verdad y sobretodo, que dejase de estar expuesta al peligro de Calderone.

Owen me ayudo a subir una última caja de ropa que se nos había olvidado, subimos las escaleras y la depositamos sobre el suelo. Me pregunto si necesitaba mas ayuda y negué con la cabeza agradeciendo el esfuerzo que habían hecho. El se dispuso a irse cuando le comenté algo.

- Ves que vistas mas bonitas, jamás tuve unas así, realmente me hace feliz esto - comenté mientras miraba hacia el balcón y sonreía. Vi que el no decía nada y se quedó ahí parado, estudiándome.

Me giré hacia el y este me miró fijamente. Nuestras miradas estaban conectadas, el no se tomaba el tiempo de estudiarme ni de entender nada en absoluto, solo me miraba con aquella mirada vacía y fría. Empezó a incomodarme y preferí preguntar.

- ¿He dicho algo que no debía? - agaché los hombros y di un paso hacia alante. este pareció salir de un trance, negó con la cabeza y salió de la habitación antes de echarme una mirada frívola.

Esto último fue bastante extraño pero decidí no darle muchas vueltas. Cerré la puerta y me apollé sobre esta. Me deslicé hasta que toqué el suelo y extendí las piernas echando un largo suspiro, este día había sido agotador. Romeo rápidamente se acercó a mis piernas y empecé a acariaciarlo con ternura. Me dirigí entonces hacia mi cama, me tiré sobre ella y enseguida me dormí pensando en como sería esta nueva vida.

Prometo ser fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora