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~Decisiones~

Resulta que al final accedí a irme con aquellos sujetos. Aún no resultaban de mi agrado pero veo que eso no era algo a lo que le dieran mucha importancia.

Ahora mismo me encontraba en mi habitación sentada sobre mi cama pensando mejor su propuesta. Sabía perfectamente que dijera lo que dijera esos dos brutos me llevarían hasta sedada si hacía falta. Pero de todos modos yo no tenía fuerza para dos tipos de aquel calibre. Tras un momento de reflexión relativamente corto supuse que la mejor idea sería cambiarme lo más rápido posible y dejar de rechistar. De todas formas ya me lo esperaba, algun día debía de pasar algo totalmente loco y sin sentido en mi vida, sino no sería divertido supongo...

Me levanté pues de un salto de mi cama y me dirigí hacia mi armario. No había gran variedad sinceramente, digamos que debía de hacer una lavadora hace como una semana y media y aún no la e hecho. Decidí ponerme mi vestido negro ajustado y mi chaqueta de cuero negra favorita. Me puse mis botas de cuero sintético y me miré al espejo para ver como se encontraba mi cabello. Respiré hondo antes de salir, puse la mano en el pomo frío aun planteándome si estaba haciendo lo correcto, ¿Qué diablos? Ya era demasiado tarde, mi tiempo de huida por la ventana ya había pasado.

Así que me armé del poco valor que me quedaba y salí. Los señores trajeados con gafas de sol negras a pesar de que fuesen las nueve de la noche se giraron hacia mi de manera rápida. Aun seguían sentados en el sofá. Los dos me miraron a los ojos por unos segundos en profundo silencio hasta que me aclaré la garganta. Se levantaron lentamente y se dirigieron hacia mi.

- Creo que ya va siendo hora de que nos vayamos.

El rubio habló y con mi mejor sonrisa le señalé la puerta con mi pulgar. Los dos se me adelantaron y salimos de la casa.

Llegamos pues afuera del edificio donde se encontraba un coche aparcado. Era negro y elegante. Parecía muy caro y lujoso ademas de tener las ventanas blindadas. Esto no olía nada bien pero preferí callarme. Se dirigieron hacia el coche, el castaño entro del lado del conductor y el rubio me abrió la puerta de atras incitándome a entrar. Yo aún estática miré hacia los dos lados de la calle esperando ver a alguien que pudiese salvarme de esta situación pero aparentemente nadie quería ser mi SuperMan.

Mierda, ahora si que me arrepentía de no haber ido a aquella estúpida noche de baile en "La Havanna". Hablando de Kristen, tenía muchas ganas de estar con ella en estos instantes. No sé si era porque estaba aterrada o por el simple hecho de que la echaba de menos. Tras un breve instante pensando en las malas decisiones que tomo volví a mirar a Noah y me dirigí con pasos lentos hacia el coche. Entré en el asiento de atrás, me coloqué el cinturón mientras Noah entraba en el asiento del copiloto. Pronto el motor empezo a rugir y nos pusimos en marcha.

(...)

- Ya hemos llegado.

El rubio se giró hacia mi con una sonrisa de lado indicándome que saliera. Yo estaba sumida en mis pensamientos, ni siquiera me tome el tiempo de admirar el paisaje, tan solo pensaba en lo que estaba haciendo y lo que podría pasarme si salía de este coche.

Desabroché mi cinturon aun con la duda y levanté la vista para darme cuenta de que los dos sujetos ya habían salido del coche. Estaba a punto de abrir la puerta cuando Owen la abrió por mi. Este me miró serio esperando que saliese y no lo dudé un segundo, la verdad sí imponía mucho.

Levanté la vista para darme cuenta de que delante mío había una casa inmensa. Abrí los ojos con asombro y empecé a mirar a mi alrededor, este barrio parecía muy caro, era hermoso. Calles rectas con asfaltos y aceras limpias, bellos arbustos y arboles verdes acompañaban la vista junto a las enormes casas que parecían perderse en el horizonte.

Prometo ser fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora