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~Cuatro guardaespaldas y una chica~

Mis ojos se abrieron con pesadez, eché un vistazo a mis pies para percatarme de que Romeo dormía plácidamente. De mal humor apagué mi alarma. A penas eran las siete de la mañana pero ya tenía que empezar a prepararme.

La cosa era que el dinero que me dejo mi tío Lucas no era infinito, por mucho que fuese yo tenía que empezar a trabajar para poder vivir además de ahorrar para construir mi propia escuela de baile. Asi que me levanté pesadamente y me dirigí hacia la inmensa cocina. Justo al salir me cruce con uno de los agentes, me parece que era Peter, y como la mujer fuerte que soy me pegué un susto de muerte y el se disculpó. Le miré confusa.

- ¿Siempre tenéis que estar por la casa? ¿Esta escrito en vuestro contrato de "agentes"? - me paré en frente suyo y apollé mis manos sobre mis dos caderas.

Con su dedo índice empujó suavemente sus gafas hacia el puente de su nariz y me contestó. - Me parece que el señor Miller ya se lo ha explicado previamente, no está segura en estos instantes y necesita protección, así que nuestro trabajo sera de protegerla hasta que el problema quede resuelto y por lo tanto estaremos el agente Fisher, Harrison, Wilder y yo, Collins resguardándola en todo instante - asintió y siguió ahí de pie delante de mi habitación.

Sonreí cínicamente y me mordí el labio antes de hablar, - ¿eso significa que estaréis pegados a mi en cada instante? ¿Cuando vaya a trabajar? ¿A bailar? ¿A ver a mis amigos? Cuando voy al baño ya que estáis - abrí los ojos con especulación y alcé el tono.

- Señorita Miller, entienda que esto es nuestro trabajo y que tampoco es de nuestro agrado tener que invadir su privacidad pero tiene que entender que es por su bien, haremos todo lo posible para no incomodarla pero tendra que acostumbrarse a este pequeno percance temporal -.

Eché un largo suspiro y sonreí pesadamente, era cierto que no era de su culpa y tampoco podía enfadarme por ello así que tendría que acostumbrarme, además Collins parecía ser una persona de lo más educada por lo que veía, al contrario que Harrison que parecía estar en éxtasis en todo momento. Me dirigí entonces hacia la cocina a servirme el desayuno y no pude evitar pensar el hecho de que en la casa aún habían mas agentes esparcidos, por el momento sabía que Collins era el que se encontraba al lado de mi habitación. Seguí andando hasta la cocina sin cruzarme con ningún agente y decidí abrir la nevera para servirme un vaso de agua. Saqué un vaso del armario superior y enseguida me serví agua para hidratarme.

- ¿Qué pronto te despiertas no? - no pude evitar atragantarme con el agua y volver a pegarme un susto. Esta vez se trataba de Harrison, el agente al que le encantaba contar anécdotas divertidas sobre su vida. - Siento haberte asustado - se rió y se llevo la mano derecha a la nuca, - buenos días - como podía tener un sujeto tanta energía a las siete de la mañana, le miré con rencor mientars colocaba el vaso sobre la encimera.

- ¿Osea que tu eres el que se encarga de vigilarme... en la cocina? - pregunté confusa entrecerrando los ojos.

- Veo que Lolita ya te lo a explicado - enarqué una ceja demandando mas respuestas, - veras, yo no me encargo de "vigilarte en la cocina" - hizo comillas con los dedos y no pude evitar reír, - estamos los cuatro esparcidos por la casa, sí, eso es verdad, pero nadie tiene un sitio fijo menos Owen, podemos movernos tanto Fisher como Collins como yo, lo único es que tenemos que estar al pendiente de ti, así que no te asombres si una de estas mañanas ves a esta belleza justo al salir de tu habitación -.

Este sujeto parecía de lo mas extraño pero la verdad es que me hacía sentir cómoda así que sonreí y el pareció alegrarse, pero algo seguía sin estar claro, - ¿entonces cual es el trabajo de Wilder? -.

- Oh, se que será difícil pero tendrás que acostumbrarte a el - arrugué la frente ante su declaración, - el es... Tu chofer, de alguna manera, cada vez que salgas el te llevara a donde tu quieras por lo que el te vigilara cuando hagas lo que tengas que hacer afuera de esta casa, por supuesto cuando tengas que ir a eventos especiales estaremos obligados a ir todos - asintió y sonrió.

Me quedé mirándole con la preocupación bien presente en mi rostro, me miró confuso y maldecí. Se quedó sorprendido y aún así tuvo la decencia de preguntarme porque reaccionaba así. - ¿Porque de todos tenía que ser el? Al que le di con una maldita sartén en la cabeza - me llevé la mano a la frente y seguí maldiciendo, ademas de ello el parecía ser una persona de lo menos agradable, levanté la vista al percatarme de que el sujeto se estaba carcajeando. - ¡Harrison no busques problemas conmigo! - le amenacé apuntándole con mi dedo índice y el siguió riendo, veo que hasta mi gato era mas inponente que yo.

- Siento que halláis pasado por ese pequeño percance pero no te preocupes, seguro que no te guarda rencor asi que desayuna de una vez y ve - me echó una última mirada divertida antes de irse y entonces decidí desayunar.

(...)

Al poco de acabar lavé todo aquello que había ensuciado y me dirigí de vuelta hacia mi habitación. Volví a saluadr a Collins y el asintió con la cabeza, no me había dado cuenta de que ya eran las 7:20 y que debía de darme prisa. Entré rapidamente en la ducha mientras ponía un playlist de mi musica favorita, la primera en sonar fue I Will Survive de Gloria Gaynor, me encantaba esa canción, me ponía de buen humor. Al acabar decidí vestirme rápidamente, trabajaba en una cafetería no muy lejos de donde vivía la cual era bastante famosa por servir una tarta de manzanas exquisita, lo bueno de donde trabajaba era que no teníamos uniforme, pero teníamos que vestirnos decentemente.

Decidí ponerme unos shorts azules, una camisa blanca olgada por dentro de los shorts, añadí un poco de mascara de pestanas a mi rostro, deje mis rizos cortos sueltos y me coloque mis zapatillas antes de coger mi bolsa y salir. Me despedí rápidamente de Romeo el cual seguía durmiendo y salí de la habitación corriendo. Le hice un gesto de despedia a Collins, después a Harrison hasta llegar a la puerta de entrada donde se encontraba Fisher.

- ¿Ya te vas a trabajar? - se encontraba de brazos curzados apoyado sobre el marco de la puerta. Asentí rápidamente y el pudo percatarse de que tenía bastante prisa por lo que nos despedimos con una sonrisa y un "buena suerte" de su parte antes de salir.

Normalmente me habría ido andando pero estaba obligada a sufrir mi tormento puesto que Wilder me estaba esperando serio apoyado sobre un coche negro de ventanas blindadas. Me acerqué lenta y cautelosamente antes de saludarle con mi mejor sonrisa. El tan solo asintió serio y me abrió la puerta trasera del coche incitándome a entrar. Le miré indiferente puesto que no quería rebajarme a su nivel y entre al coche. Rápidamente entró el también y enseguida nos pusimos en marcha.

Prometo ser fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora