{Esmeralda; 7 años}
Mierda, mierda, mierda. ¿Y ahora que hago? Maldita sea porque tengo que ser siempre tan patosa. Los pasos eran fuertes y enérgicos. El estaba viniendo. Cuanto más pasos oía más fuertes llegaban los gritos a sus oídos.
La pobre criatura acababa de romper un plato tras fregarlo como bien le indicó su tío. Pero tuvo la mala suerte de dejar caer uno por accidente. En su casa no tenían mucho dinero por lo que el hecho de que se rompiese cualquier cosa era suficiente como para hacer hervir la sangre de su tío.
Aún con la respiración entrecortada, las mejilas rojas de sudor y el pecho que no hacía mas que subir y bajar Drew no dejaba de mirar en todas direcciones buscando algún rincón en el que poder esconderse. ¡Ahí esta! En la cocina se encontraba un pequeno armario donde guardaban algunas especias y productos de limpieza.
Drew se puso de rodillas y abrió el armario inferior para adentrarse en el. Cerró la compuerta cuidadosamente con la intención de que su tío no pudiese oírla. Tras unos segundos de silencio los cuales se le hicieron eternos, la pequena empezó a escuchar las fuertes pisotadas adentrándose en la cocina. Por acto reflejo ella aguantó la respiración mientras cerraba los ojos con fuerza rezando por que el no la encontrase.
- ¡¿Dónde te escondes pequena mocosa?!
Drew empezo a temblar imaginándose lo peor. Desde que llego a esa casa no a hecho mas que llorar y llorar al haber tenido que separarase de sus padres y los numerosos abusos físicos por parte de su tío. La única persona que parecía tener un mínimo de civismo era su abuela a la cual visitaba siempre que podía. Ella le hacía olvidar todo, el abandono de sus padres, los bofetones de su tío y la podredumbre de las calles de North Philly.
Vivían rodeados de drogas, alcohol, violencia y otros muchos desafíos a los que Drew se enfrentaba día tras día. Pero su abuela conseguía sacarla de ese pequeno universo a uno totalmente distinto. Ellas se divertían al bailar juntas antiguas canciones de su abuela, la cual fue profesora de baile en sus tiempos mozos. También dibujaba mucho puesto que su abuelo que falleció dejo muchas obras suyas al ser pintor las cuales cautivaron a Drew. Ademas de aquello su abuela le regalo un pequeno ukele el cual ella tocaba cuando su tío no estaba en casa puesto que el ruido lo molestaba.
Y como hablar de eso sin contar que su tío era la persona mas problemática en su vida. Era un depresivo el cual se había rendido en la vida tras la muerte de su esposa y se dedicaba a fumar porros de marihuana tumbado en el sofá siempre con una botella de alcohol distinta. La única diversión que tenía su tío era tener encuentros sexuales con cualquier mujer que se cruzase en un bar, tomar cualquier tipo de droga o simplemente pegar a su sobrina.
Drew se tapo los oídos, no quería escuchar mas aquellos pasos que la causaban tanta ansiedad. Se quedo así por unos instantes y abrió los ojos al notar que ya no había nadie en la cocina. Echó un largo suspiro antes de abrir la pequeña compuerta, pero ese fue el peor error que pudo haber cometido. La tenue luz de la cocina fue tapada por el gran tamaño de su tío el cual se encontraba enfrente suyo con una mirada de pocos amigos.
Aterrorizada y en el intento de volver a encerrarse su tío jalo de su brazo con una fuerza inimaginable para tan solo una nina de siete años . El la miraba desafiante a los ojos mientras que ella tenía dibujada una mirada de suplica en el rostro. La pequeña podía percibir que en la mirada de su tío había un misero, diminuto signo de piedad al cual ella se aferraba. Pero sus sospechas fueron totalmente contradecidas al sentir la fuerte mano de su tio presionándose rápidamente sobre su mejilla y haciéndola caer.
{Esmeralda; 14 años}
Drew ya no podía mas. Era inaguantable para ella. Los acosos por parte de su tío acabaron hace ya dos anos puesto que Drew por fin había crecido bastante. Pero lo peor tan solo estaba empezando. Día tras día la pobre Drew sufría de bullying en su escuela. Las chicas se metían continuamente con ella pegándola o simplemente insultándola, pero para Drew era mas que eso. Cada insulto era somo una daga para ella y cada abuso físico parecía doler mucho más de lo que aparentaba. Además de aquello los chicos de la escuela alguna que otra vez intentaron abusar de ella de maneras poco agradables pero ella siempre conseguía escapar.
Lo único que la mantenía alejada eran sus clases de baile a las cuales acudía desde que tenía diez anos. Eran gratis puesto que aquella escuela de baile le pertenecía a la madre de su mejor amiga Kristen la cual era muy consciente de su situación económica. Apenas llevaba cuatro años y en ellos ella había practicado principalmente la danza contemporánea y la salsa. Pero sus intenciones iban mas alla de eso, ella quería convertirse en una gran profesora de baile como lo era su abuela y aprender todos los tipos de baile distintos, ella se estaba iniciando a más estilos como el tango o el vals.
Pero aquel día llegó y lo cambió todo. Hacía apenas una semana aquella persona que siempre estaba ahí para iluminarla, aquella persona que siempre estaba ahí para escuchar sus problemas y darle los mejores y mas sabios consejos que nadie podría darle falleció. Como ella lo deseo, quemaron su cuerpo y tiraron sus cenizas al mar. La vida sin su abuela iba a ser muy dura.
Un día volviendo de la escuela sus compañeras habían abusado demasiado de ella. La habían roto la camiseta dejándola muy expuesta y la habían pegado dejándola heridas graves. Volvió lo más rápido que pudo a casa y cerro la puerta como si alguien fuese a entrar para llevársela de nuevo y hacerla pasar por todo ese infierno una vez mas. Drew no tuvo la suerte de ir al mismo colegio de Kristen la cual vivía en las afueras de North Philly.
Drew subió a su habitación y tiró su mochila al suelo con rabia. Se quedo pensativa unos instantes, siempre había querido hacerlo pero nunca tuvo las agallas. Solo de pensar en ello le daban escalofríos, pero ya no tenía nada que perder. Su tío era un inútil, en el colegio se metían con ella y para colmo su abuela había muerto.
Drew bajó las escaleras con pasos lentos e inseguros. Estaba muerta de miedo pero no veía otra opción. Recordó que su tío le había indicado que en la parte superiro de la estantería del salón guardaba un arma la cual tenía ahí por si cualquier accidente pudiese ocurrir, este barrio era realmente peligroso. Ella se puso de puntillas ante la estantería, palpo la superficie hasta hallar el objeto en cuestion. Ella cogió el arma, se trataba de una pequena revolver la cual contenía tan solo tres balas pero con una le era mas que suficiente.
Se tumbo en el sofá pensativa y levantó el arma la cual era iluminada por la poca luz que daba la ventana. Drew trago sonoramente y se sento de piernas cruzadas sobre el suelo. Se llevo el arma al lado derecho de su cabeza y cerro los ojos intentando relajarse pero sus latidos del corazon iban a mil por hora.
Drew estaba tan concentrada que no se dio cuenta de que su tío había entrado en la sala.
- ¡¿Drew que estás haciendo?!
Abrió los ojos con asombro y se topo con la mirada preocupada de su tío, el intento acercársele para arrebatarle el arma pero ella se negó.
- ¡No te acerques! ¡Ya lo he decidido! ¡Estoy harta, quiero desaparecer para siempre! ¡No intentes impedirmelo porque no lo lograras! - las lágrimas ya empezaban a derramarse de los ojos de Drew la cual temblaba haciendo rozar el arma contra su cabeza una y otra vez.
- Por favor Drew, piensa en lo que estas haciendo, es una locura, no dejes que esos sentimientos malos te empujen a hacer algo de lo que puedas arrpentirte.
- ¡Estaré muerta! ¡Qué mas dará! ¡Ya a nadie le importo, mi existencia no tiene sentido!
- Por favor Drew te lo suplico baja el arma - Lucas se arrodilló a modo de suplica con los ojos cristalizados. - Te juro por mi vida que eres lo mas importante que me queda y no podría vivir sabiendo que te deje hacer esto, por favor haré cualquier cosa que me pidas pero baja el arma.
- ¡Eso no cambiara el hecho de que se metan conmigo en la escuela!
- Entiendo, te prometo que te cambiare de escuela pero te lo pido por última vez, baja el arma.
Indecisa y aun con las lágrimas en los ojos y la respiración agitada Drew bajo el arma y la tiro lejos de ella. Rápidamente su tío se acerco y la encerró en sus brazos. Le dio un abrazo el cual nunca le había dado antes. Estaba lleno de amor, como si no quisiese dejarla ir nunca. Era cierto que su tío no era la mejor persona pero Drew le hizo cambiar. Alguna que otra vez veían películas juntos o se divertían jugando a un viejo y rancio Monopolly. Para ella el había sido su única figura paterna puesto que se rindió ante la idea de volver a ver a sus padres.
Así abrazados parecía que nada podía sucederle. Se sentía bien por fin y sentía que tal vez su vida iba a cambiar de ahora en adelante.
ESTÁS LEYENDO
Prometo ser fuerte
أدب المراهقينEsmeralda Miller es una chica la cual no conoce el significado de la palabra suerte o incluso felicidad. Tras un terrible error cometido por su padre ella es sometida con tan solo la edad de siete años a vivir en North Philly con su tío el cual no...