~Dos hombres con traje~
Drew Henderson, presente; 18 años.
- Si sigues así estoy segura de que algun día llegaras a ser como ella - la señora Hemingwell me regaló una radiante y calurosa sonrisa como siempre hacía.
- Gracias tía, eso significa mucho para mi - me limité a sonreir humildemente mientras acababa de ccolocarme mis botas negras para irme. La llamaba tía puesto que la señora Hemingwell era la madre de mi mejor amiga Kristen la cual siempre me trato como si fuese su propia hija, la tenía muchísimo cariño.
La señora Hemingwell me entregó una última sonrisa antes de salir de los vestuarios. Acababamos de hacer dos horas de danza contemporanea. Empecé las clases a los 14 años, mi sueño era poder llegar a ser una profesora de baile como lo era mi abuela. No podías evitar sonreír cada vez que la veías bailar. Todas aquellas fotos y vídeos eran tan inspiradores para mi, la agilidad, gracia y belleza con la que se movía mi abuela era digna de ser admirada. Ella siempre fue una modelo a seguir para mi, ya sea por su bondad, cariño o fuerza espiritual. En conclusión ella era increíble, fue como la madre que nunca tuve.
Acabé de vestirme. Por fin llevaba puestas las botas negras de tacón junto a mis vaqueros negros y mi top ajustado de color igualmente negro. Pensé en harberme traído mi chaqueta de cuero pero empezaba a hacer calor así que renuncie a aquella idea. Me coloqué mi bolsa antes de salir de los vestuarios recién duchada y me dirigí hacia la salida.
Mis botas de tacon resonaban sobre la madera al pasar provocando un leve eco en las paredes. Me gustaba aquel sonido, me hacía sentir mas fuerte, como si pudiese contra todo. Ya lo sé, como el sonar de un zapato podía provocarme aquello, la verdad ni yo lo sabía, pero el caso es que lo conseguía.
El mango de la puerta de la salida estaba a pocos centimetros de mi mano cuando sentí aquellos brazos rodearme el cuello al mismo tiempo que se abalanzaban sobre mi. Al instante ella me cogió de los hombros para girarme y mirarme directa a los ojos. Aquellos ojos azules estaban una vez mas estudiándome detenidamente.
- ¿De veras te estabas yendo sin mi? ¿Y qué pasa con la fiesta en "La Havanna"?
- Creo que ya he tenido bastante baile por hoy, lo único que me apetece ahora es volver a casa y ver un buen capítulo de mentes criminales junto a Romeo.
"La Havanna" se trataba de un club nocturno al que ibamos a menudo mis amigos y yo. Aquel lugar era fantástico, iban personas de todo tipo, distintas naciones, distintos tipos de baile y otras muchas mas cosas increíbles. A mi amiga Kristen y a mi nos encantaba vestirnos y maquillarnos de maneras extravagantes, con pelucas y vestidos de todos los tipos y colores y menear las caderas hasta que la luz del sol nos indicase que ya era hora de volver a casa.
Lo malo es que hoy estaba demasiado cansada para aquello. El no dejar de pegar saltos y hacer acrobacias en mi clase de baile contemporaneo no me animó a seguir bailando. Lo único que quería ahora era comer un montón de galletas junto a mi gato Romeo mientras fingía ser una policía de elite al igual que mi amor platónico Spencer Reid.
- Pero si la noche acaba de empezar, ¿de veras la vas a desperdiciar junto a tu gato gordo come barritas de chocolate? - creo que eso merece una buena explicación. Como suele hacerlo siempre Kristen ella vino a visitarme y tuvo el poco sentido comun de dejar una barrita de chocolate abierta sobre la mesa. Por dios quien hace eso a sabiendas de que hay un gato gordo acechando por los alrededores.
Bueno como os lo podréis imaginar el resultado fue un precioso gato gris lamiendo un envoltorio sobre la mesa de la cocina y a mi amiga echando humo por las orejas mientras intentaba atrapar a Romeo por toda la casa. Fue una escena muy cómica, mi amiga tratando de cogerlo con los brazos a cada momento mientras que este no dejaba de saltar y correr en todas direcciones.
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Prometo ser fuerte
Fiksi RemajaEsmeralda Miller es una chica la cual no conoce el significado de la palabra suerte o incluso felicidad. Tras un terrible error cometido por su padre ella es sometida con tan solo la edad de siete años a vivir en North Philly con su tío el cual no...