VIII.

2.8K 358 58
                                    

—¿Vas a explicarme o te sigo presionando para que lo hagas? —preguntó, desafiante.

Taeyong bajó la cabeza, buscando las palabras correctas para dar una justificación válida a la acusación que Ten acababa de hacerle.

—No es nadie importante —comentó, girándose para mirar de frente al menor—, y no es mi amigo.

—¿Qué te hizo? ¿Qué quería decir todo eso que te dijo?

—Ten, no estaba colocándole atención.

Claro, era obvio.

El mayor sonrió levemente, acercándose con indiferencia.

—No te preocupes. Te debo una invitación —le tomó ambas manos, y lo acercó hasta que estuviese a sólo centímetros de su cara—. ¿Qué quieres hacer?

18:43 pm.

Estaba en la esquina en la que habían acordado encontrarse, esperando impaciente a ver el auto gris de Taeyong acercarse. Se suponía que debería haber estado en el ensayo desde hacía un par de minutos atrás, pero estaba cansado, le dolía el cuerpo y además sólo tenía ganas de divertirse un poco con el mayor.

Tenía muchas ideas en mente, pero no podía quitarse un único pensamiento de la cabeza.

¿Quién era Johnny?

Finalmente el auto gris llegó, y pudo subirse sin problemas con la certeza de que nadie estaría viéndolo. Taeyong parecía serio, y no habló hasta que necesitó saber a dónde irían, y qué harían.

Se decidió por dirigirlo a un lugar que ambos conocían bastante bien. No era mucho, porque sólo se trataba de una pequeña plaza en una esquina de la ciudad a la que nadie iba, pero a la que ellos solían ir con sus familias cuando eran más jóvenes.

Ten siempre había sentido especial atracción por el lugar, específicamente porque le recordaba a muchas cosas. Disfrutaba de ir solo o con compañía, le daba igual, sólo quería estar ahí siempre. Taeyong parecía desconcertado, probablemente porque esperaba que la petición del menor fuese algo más extravagante como solía ser, pero no lo era. Miró todo con atención, como si repasara todas las cosas que habían vivido ahí juntos desde que eran pequeños.

—Creí haberte dicho que no quería que me recordaras cosas así —comentó con frialdad, sentándose sobre el césped—. Se ve más... apagado. Pensé que querrías ir a comer o algo así, más típico de ti.

—Es tarde, y quería estar tranquilo porque estoy cansado —se sentó junto a él, mirándolo directamente—. Me dolía el cuerpo y hoy me hicieron hacer un montón de abdominales y flexiones de brazos en la escuela.

El mayor rió como si tratase de contener todas las burlas que quería hacerle a Ten, alarmando al menor de inmediato.

—¡¿De qué te ríes?! No me parece chistoso ni en lo más mínimo, señor gerente —se acomodó, y lo miró fijamente, desafiándolo—. Ahora que estamos aquí, podrías decirme quién es Johnny.

—Vas a seguir con eso —blanqueó los ojos con desprecio, y volvió a mirar al menor—. No es nadie importante. Ni siquiera debería importarte quién es.

—¿Y cómo pretendes que no me importe? Te trató muy raro hoy, y encima te pones más serio de lo normal cada vez que lo nombro. ¿Qué te cuesta decirme?

¿Por qué de repente ardía en rabia?

—Si tan interesado estabas, ¿por qué no paraste y le preguntaste? —lo miró desafiante—. Pero claro, tenías que seguir. No es estúpido, probablemente se dio cuenta y por eso se fue tan rápido.

Don't Stop. [TaeTen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora