Ni siquiera tenía ganas de salir con Johnny, pero si podía hacer enojar a Taeyong con eso, su misión estaría cumplida.
Estaba enojado, y ese era su mayor consuelo al momento de pensar en salir con alguien que le había causado tantos problemas desde el principio. Sería cuidadoso al momento de decir cualquier cosa, porque lo último que quería era que alguien se enterara de su relación con Lee Taeyong, el gerente de la gran empresa de la que su papá era dueño.
Se había cambiado de ropa rápidamente, dejando de lado su uniforme para poder encontrarse con Johnny en el lugar que habían acordado. El mayor parecía ser bastante puntual, porque había estado esperando a Ten desde hacía un par de minutos.
Su sonrisa le daba un aspecto radiante, y su presentación claramente demostraba seriedad.
Era todo un galán.
Se acercó sonriente, inclinándose frente a él para saludar con toda la simpatía que podía tener. Estuvieron hablando por un rato hasta que decidieron ir rápidamente hasta un parque que Ten había mencionado, supuestamente explicando que era uno de sus lugares preferidos para estar.
Llegaron y se sentaron en el césped sin tener mayor problema. Hablaban de cualquier cosa, y se entretenían independiente de si el tema de conversación era relevante o no. Contestaba a cada pregunta con una sonrisa, siempre procurando no decir más de la cuenta.
—Es obvio que conoces mejor esta ciudad que yo —comentó Johnny, observando detenidamente todo el parque a su alrededor—. Yo recién volví hace un par de meses atrás.
—¿Estuviste estudiando en otra ciudad?
—Sí, había vuelto a Chicago y ahora estoy aquí otra vez. Agradezco que pude encontrar un puesto en la empresa de tu papá.
—Todavía me pregunto qué tiene de maravilloso trabajar ahí. Siempre están todos súper estresados, y encima todo su trabajo se ve aburrido.
—Pero probablemente lo ves así porque siempre estás con Taeyong, y él vive estresado. Hasta yo dudo de que le guste su trabajo.
—¿De qué hablas? Él siempre disfruta su trabajo, además de que estuvo estudiando mucho para tener un cargo así —sonrió casi para sus interiores, ignorando por completo al mayor junto a él—. Aún así no entiendo qué le ve de entretenido a lo que hace.
—Es un apasionado, es obvio que tiene una obsesión con el trabajo, o algo así.
—¿De dónde lo conocías?
—Estuvimos en la misma escuela por un par de años, antes de que nos graduaramos. ¿Nunca te ha contado?
—No...
—Es lógico, porque ustedes son amigos desde siempre, pero como eres menor de seguro nunca te contaba sus problemas ni nada por el estilo.
—¿Tuvieron problemas?
—No sabría decirte, pero fuimos amigos hasta que nos distanciamos —el mayor se encogió de hombros, girando su cabeza para mirar de frente a Ten—. Ustedes parecen ser muy cercanos.
—Ah, sí, lo somos —bajó la cabeza para soltar una breve risa, casi involuntaria—. Es mi amigo desde que tengo memoria.
—¿Y siempre fue así de esquivo contigo?
—No... ha cambiado un poco. Supongo que por la vejez.
Conversaron y rieron por un largo rato, como si pretendieran ser dos amigos que se conocían desde toda la vida.
De repente se preguntaba por qué alguien tan agradable como Johnny le desagradaría tanto a Taeyong.
Él parecía un buen amigo. Era atento, y recordaba hasta los detalles más mínimos de lo que había sido su amistad con Taeyong hacía un par de años atrás. Se sentía extraño, pero de igual forma se sentía cómodo.
Jueves 17:10 pm.
Había llegado hacía un par de minutos a la oficina para encontrarse con Taeyong y así poder contarle lo poco que había hecho con Johnny el día anterior, y detenerse en cada conversación para describirla cuidadosamente.
Él parecía más tranquilo, pero igualmente disgustado. ¿Y qué mejor remedio que provocar a Taeyong hasta que la frustración se le pasara?
—No sé de qué te preocupas, Johnny no tendría por qué saber de nosotros, además de que nunca hemos hecho nada frente a nadie —Ten sonrió, acercándose levemente al mayor—. Excepto por la vez cuando yo estaba bajo el escritorio y-
—Está bien, cállate —bajó la cabeza algo avergonzado, para luego mirar al menor directamente a los ojos—. ¿Qué pretendías?
Soltó una pequeña risa malvada, posicionándose frente al mayor que permanecía sentado tras el escritorio para apoyar sus brazos sobre los hombros del mismo, sin dejar de mirarlo.
—¿Qué crees tú que pretendía?
—No hagas eso, aquí no.
—Entonces detenme —ambos sonrieron ante la rebeldía del menor, mirándose fijamente como si tratasen de buscar una respuesta a lo que estaban haciendo.
Ten sonrió con malicia, apartándose para luego sentarse sobre el escritorio y abrir las piernas, señalándole a Taeyong que se levantara de la silla y se posicionara frente a él.
El mayor miró la puerta una última vez, se levantó de la silla y se acercó hasta que estuvo justo en medio de ambas piernas del menor. Lo tomó del torso, y lo acercó violentamente hasta que estuvo lo suficientemente cerca como para comenzar a besarlo.
Había pasado un tiempo desde la última vez que habían hecho algo así en la oficina, por lo que sentían que habían perdido completamente la costumbre, y que nuevamente corrían el riesgo de ser vistos.
¿Pero acaso eso les importaba en ese momento?
Nuevamente buscó apoyo en los hombros de Taeyong para seguir besándolo, mientras se movía y soltaba pequeños quejidos únicamente con el fin de provocarlo.
Las manos del mayor estaban heladas, por lo que aprovechaba de pasarlas por el abdomen de Ten disfrutando de las reacciones nerviosas que el cambio de temperatura le causaba en el cuerpo.
La regla número uno era no hacer ruido, por lo que su única opción era aferrarse al cuello del mayor para besarlo, o morderlo cuando fuera necesario.
Nuevamente las cosas se les salían de control, hasta que un golpeteo bastante conocido en la puerta los interrumpió.
Johnny.
Se miraron con temor, en un principio sin saber qué hacer. Ambos se arreglaban la ropa pretendiendo hacer como que no habían estado haciendo nada, hasta que los segundos de Johnny tras la puerta comenzaron a parecer eternos.
—Ve al baño, y no hagas ruido —ordenó, apartándose del menor para arreglar su corbata y sentarse frente al escritorio para actuar normal.
Tomó todas sus cosas y las llevó hasta al baño, procurando no hacer ningún ruido, ni siquiera al cerrar la puerta. Una vez adentro, Taeyong hizo pasar a Johnny como si se tratase de una situación de total confianza.
—Taeyong —sintió la voz del más alto, en un tono respetuoso pero poco simpático comparado con lo que había conocido de él—. ¿Qué tal?
—No he revisado las propuestas aún, por si es eso lo que venías a buscar.
—Ah, no... la verdad es que venía a hablar contigo de algo que quizá te interese.
—Está bien, ¿sobre qué?
—Verás, Taeyong —soltó una pequeña carcajada—. Acabo de conseguir todo lo que requiero para manipularte.
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Don't Stop. [TaeTen]
FanfictionPasan los años, y naturalmente todos cambian. Los jóvenes se vuelven adultos profesionales, y los niños se convierten en jóvenes estudiosos, pero ¿eso logra romper las amistades que vienen desde la familia? ¿Acaso el deseo logra sobrepasar la amis...