•Presentation•

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Hoy, al ser el primer día de clases, todos ustedes deberán presentar a su compañero de banco. Su nombre, gustos y finalmente lo que piensan de el. Sin excepciones. Tienen unos minutos para preparar bien lo que van a decir mientras hablo con el director. Guarden silencio.

Podía ser cierto que amaba las clases del señor Clarke, y no lo iba a negar sus clases eran las mejores de toda la escuela, y probablemente de todo el mundo. Pero en aquel momento, no le tiraba un sillazo a su querido profesor por simple respeto a la silla. Y por la diferencia de edades por su puesto. Pero más por la primera.

Presión. Muchas presión. ¿Y qué diablos es la presión? ¿Es aquel tedioso nudo en la garganta que te prohíbe hablar con claridad? ¿Era aquellas molestas náuseas que llegaban con solo articular una palabra? No lo sabía. Para ser francos, Mike jamás sabía lo que sentía con exactitud cada vez que se encontraba junto al castaño. Decir que era un auténtico torbellino de emociones sería poco. Aunque aún no entendía muy bien porque era algo tan exagerado.

Cuando Mike cumplió los quince años, finalmente termino de comprender realmente su sexualidad. Y aunque fue sorpresivo, y hasta llegó a pensar que era hasta enfermo, se dijo así mismo que le tenía que importar un comino la opinión de los demás. Era un tema de gustos y para ser francos tampoco era la gran cosa. A Mike le gustaban los chicos ¿Y eso que?

Ok, no, a Mike no le gustaban los chicos. Le gustaba un solo chico, el chico de sus sueños. Aquel chico que aparecía en su mente día y noche. Qué era dueño de todos sus sueños y de cada uno de los latidos de su corazón. Aquel chico de tez pálida, mejillas de porcelana que tantas ansias tenía por pellizcar. Aquel chico con finos labios rosados que tanto deseaba probar. Aquel chico que lo tenía en las nubes y que con solo escuchar su nombre le alegraba el día. Aquel chico que poseía el corazón de Mike y se había convertido en su mundo en menos de un instante. Aquel chico, se llamaba Will Byers. Su mejor amigo, y compañero de banco.

¿Les ha pasado que ven una persona e instantáneamente piensan algo de ella? ¿Qué en seguida piensan "Esa chica tiene dinero" o quién sabe que cosa? Bueno, a Mike le había pasado algo muy similar, casi.Pero fue tan espontáneo, tan puro. Fue un pensamiento que le salió del corazón cuando volvió a reencontrarse con Will en aquel hospital. Cuando vio la radiante sonrisa de su castaño y la felicidad que emanaba de el, lo primero que se le vino a la mente fue. "El será mi novio". Y Mike no estaba muy lejos de lograrlo.

Mike no era tonto, lo era pero no tanto. Mientras que Will, era inocente, muy inocente. Sus repentinos sonrojos, tartamudeos y demás no eran consecuencia del clima o alguna cosa que el menor inventaba. Mike había experimentado lo mismo que el cuando descubrio sus sentimientos, y sabía muy bien que el menor estaba en su misma situación. Tal vez eran ventajas de conocerlo desde jardín de niños. Solo tal vez.

—¿Y que se supone que diré de ti?

La dulce voz del castaño lo saco de su ensoñación, haciéndolo voltear hacia la derecha. Y allí se encontraba, tan adorable, tierno y hermoso como siempre. Tenía un muy leve sonrojo en su rostro y jugaba con sus manos en señal de nerviosismo. A lo que Mike atino a tomarla. Will obviamente tenía secuelas desde los acontecimientos en el upside down y con el monstruo sombra. Una de ellas, era la ansiedad que tenía si no poseía nada en sus manos. Por lo cual siempre se encontraba con un lápiz, papel o cualquier cosa en sus manos. Sin embargo, Mike sabía que su mano sería suficiente para calmarlo.

—No lo sé, di mi nombre y que soy el chico más guapo y listo del planeta y que todos incluído tu, están locos por mi - dijo con una sonrisa divertida en su rostro mientras jugaba con los dedos del de ojos verdes quien sólo río.

—Se supone que hay que decir la verdad tonto - mencionó entre risas mientras observaba al rizado.

—¿Y crees que lo que digo es mentira?. Me amas admitelo, amas a este tonto - el menor sólo negó entre risas. - ¿No me amas? - respondió fingiendo tristeza - ¿Así que no amas a tu tonto? Discutiremos eso luego, si sabes a lo que me refiero - dijo para guiñar un ojo y comenzar a reírse junto a Will, que estaba en un auténtico ataque de risa.

Hugging and Kissing {Byler & Foah}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora