Him & I
Diariamente me preguntaba si ella pensaba en mí como yo lo hacía, me preguntaba si ella pensaba en mi antes de irse a acostar, si le pedía a Dios que me mantuviera con salud y a salvo; o si en las mañanas al despertar era lo primero en lo que pensaba, si pedía a Dios estar junto a mí y volver a estar todos los días juntos, si agradecía por un día más y poder regresar a mi lado o si rogaba para que fuera un buen día para poder hablar. Yo pensaba así de ella, estaba en mis pensamientos antes de ir a dormir, pedía a Dios por su salud, por su bienestar incluso si estaba lejos de mí, pedía que si día fuera bien y al despertar estaba en mi mente, le agradecía a Dios y pedía por nosotros, por lo que fuimos, por lo que somos y por lo que seremos.
Pasamos una semana más sin vernos, el juicio llegaba de nuevo y sería la palabra final. Llegué algunos minutos antes, tal vez porque estaba emocionado por saber lo que pasaría, me tomé el tiempo de contestar correo de la empresa para hacer pasar más rápido el tiempo.
Day entró por la puerta de doble hoja, con ella iba Billy, el abogado que llevaba el caso. Ella tenía un vestido blanco, se veía hermosa. Me miró a través de toda la sala, movió sus labios para hablar conmigo como últimamente hacíamos.
—Te quiero.
—Yo también.
Sonrió haciendo sus ojos más pequeños. Quería tenerla siempre. Los minutos pasaban y cada vez se acercaba más la hora acordada con el juez y Holly no llegaba, antes que ella llegó el juez, con una cara seria, Billy se sentó a mi lado.
—¿Qué pasa con Holly? —preguntó antes de que el juez se sentara.
—No lo sé.
Tropezando por la puerta, entró Holly con su abogado que le metía la lengua hasta la garganta. Seguramente estaban en el baño, vaya uno a saber lo que hacían. El juez la miró hasta que se sentara, negó varias veces.
—Estamos aquí por el caso 3118 de tutela de la menor Dayana Johnson, siendo la madre biológica Holly Lee y el padre adoptivo, Justin Bieber. —comenzó hablando— Antes de dar el resultado del caso, quisiera que ahora aquí presentes los tres, hablen. Señora Lee.
—Quiero a mi hija, la quiero. Quiero empezar de nuevo a su lado y enseñarle todo sobre la vida —expresó Holly.
—Señor Bieber —indicó el juez.
—Es mi hija, tal vez no de sangre pero la quiero, es mi vida ahora y desde siempre. Sé que puedo darle lo mejor.
—Dayana —la miró el juez y todos lo hicieron—, si tuvieras que ir con uno nada más ¿con quién irías? ¿Por qué?
—Con mi papi Justin —dijo sin mirar a otro lado que no fuera el juez—. Con él porque me ha enseñado todo, me ha prestado atención y a cuidado de mí desde que nací. Con él porque es lo que tengo y amo. Porque al final somos él y yo.
El silencio se prolongó por la sala y mis ojos comenzaron a picar, me amaba, yo la amaba, nos amábamos como si fuera legal lo que hacíamos.
—Como juez y por los hechos comprobados y el caso expuesto, Dayana Johnson legalmente se quedará con Justin Bieber, su padre.
Lo único que escuché después fue un grito de Day para mirarla llorando con una sonrisa gigante. Yo también quería llorar y estaba por hacerlo pero el juez volvió a hablar.
—Teniendo así, la señora Holly Lee, todos los viernes a la menor. Las leyes lo establecen. Doy por cerrado el caso.
Olvidé lo que hicieron después y lo que Holly reclamaba con el juez. Day corrió hasta mis brazos haciendo que diera un paso atrás para no caernos, nos evitamos las ganas de subirla en mi cintura y besarle la cara. Estaba húmeda, sus mejillas rojas y sus ojos brillosos.