Capítulo veintiuno

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Narra Eva

  Me levanté a las 7:30 de la mañana. 8:30 tendría que estar en el trabajo. Me vestí y fui hasta la cocina. Allí me preparé un café con leche mientras esperaba que llegara Paula para aue venga a cuidar a Feli ya que con Pato no habíamos hablado. Me senté y tuve que volver a pararme porque habían tocado el timbre. Llevaba mi café en mis manos. Abro y era Paula.

  - Buen día, Pau -dije saludándola.
  - Hola, Eva. ¿Todo bien?
  - Cómo se puede, jaja.
  - ¿Pasó algo?
  - No nada -reí. - Feli sigue durmiendo, no lo quería despertar.
  - Bien.
  - Bueno, termino mi café y me voy -terminé a las apuradas, lavé lo que usé, fui hasta la habitación de Feli y le dejé un beso en su frente. Agarré mi cartera y finalmente me fui.

  Luego de 15, 20 minutos de viaje, llegué al trabajo. Saludé como siempre a Carla y fui hasta mi oficina. Allí me dediqué a terminar unos trabajos que me habían quedado pendientes. En un momento tocan la puerta.

  - Pase -dije atenta mirando la pantalla de la computadora.
  - Eva, -miré y era Carla. - hay un chico que dice conocerte y quiere pasar para hablar.
  - ¿Quién es?
  - No me dijo su nombre.
  - Hacelo pasar, Car -dije y se retiró. A los pocos segundos, se abrió nuevamente la puerta. Miré y era Tomás. Un escalosfrío recorrió todo mi cuerpo al volver a verlo.
  - Hola, Eva -dijo sonriendo.
  - ¿Qué haces acá?
  - Tengo que contarte algo.
  - No pierdas más tiempo y decime qué pasa -estaba muy incómoda. Se sentó y comenzó a hablar.
  - Anoche fui a Shut Up y vi a Patricio y toda su bandita. ¿Era Patricio, no?
  - Sí, y me dijo que iban a ir a festejar que se yo con los chicos por el Sinfónico de ayer. ¿Qué pasa con eso?
  - Que lo vi... besándose con otra mina -dijo y por dentro todo mi mundo se desmoronó.
  - ¿Qué carajo estás diciendo? No te creo nada, Tomás -dije tratando de disimular.
  - Lo que escuchaste. Justo después apareció Dai, tu amiga creo y casi se agarra de los pelos con la mina.
  - Te voy a pedir que te vayas por favor -estaba al borde de las lágrimas. Trataba de aguantar.
  - Yo solo quiero verte feliz y bien.
  - Andate por favor te estoy pidiendo -dije con las manos en mi cara. Sentí la puerta abrirse y volver a cerrarse. Sin más me largué a llorar desconsoladamente. No podía ser cierto. Todo esto lo está diciendo a propósito para arruinarnos. No puede ser. Llamé a Carla y al rato apareció.
  - ¿Qué pasó? -dijo cerrando la puerta de golpe. - ¿Por qué llorás? -preguntó y le empecé a contar lo que había pasado.
  - No puedo seguir así, tengo que hablar con él -dije una vez finalizado el relato.
  - Es lo mejor que podes hacer. Necesitas saber la verdad, Eva. Ahora, tomá un poco de agua -dijo yendo hacia el dispenser de agua que se encontraba a una esquina de la oficina. - Toma -me lo dio y obedecí. Una vez un poco más calmada, fui hasta el baño y me lavé la cara. Al volver, Carla me estaba esperando.
  - Si es verdad va a justificarse diciendo que fue "sólo un beso" -dije haciendo comillas en dicha frase. - Puede que sea solo un beso, pero yo no saldría por ahí y me besaría con el primer pibe que se me cruce.
  - Bueno, pero Eva... Tomás te besó a vos -dije y recordé ese feo momento.
  - Vos lo dijiste, me besó a mi, yo no a él. Pato lo hace por caliente y gato que
es. Y eso a mi me duele... y mucho. Porque yo lo amo.
  - Te súper entiendo, Eva...
  - Lo voy a llamar.
  - ¿Segura?
  - Completamente -dije, agarré mi celular y marqué el número.

*Llamada telefónica*

  - Hola, amor -caradura, pensé.
  - Hola. Necesitamos hablar -respondí fría.
  - ¿Pasó algo?
  - ¿Tiene que pasar algo para que hablemos?
  - No, sólo decía...
  - Te espero hoy en la tarde por casa.
  - Ok -dijo y corté.

*Fin de llamada telefónica*

  Narra Pato

  - Se enteró, boludo, se enteró. Cagué ahora -le dije a Guido.
  - Seguramente. Ahora, el tema es, ¿quién le dijo?
  - No sé, no sé. Lo que sí sé es que se terminó todo.
  - Pato, perdón que te lo diga pero vos te chapaste a la mina esa -odiaba tener que darle la razón en esos casos pero era verdad.
  - Me voy a casa -dije levantándome.
  - Eu, pero, ¿y el ensayo?
  - Ensayen sin mí... yo... me voy -crucé la puerta y me fui al auto. Allí arranqué y fui hasta mi casa.

  Una vez que llegué me fui a dormir. No podía ni pensar.
  Me levanté a las doce menos cinco. Fui hasta la cocina y me preparé algo para comer. Almorcé en silencio. Lavé lo que usé y me fui a bañar. Me tomé todo el tiempo. Al salir, aproximadamente media hora después, me sequé y así como estaba, me fui a dormir nuevamente.
  A las cuatro y media me levanto gracias a que mi celular comenzó a sonar. Atendí como pude y llevé el aparato a mis oídos.

*Llamada telefónica*

  - ¿Hola? -dije mientras masajeaba mis ojos.
  - Hola, ¿papá? -dijeron del otro lado. Era Feli, reconocería su voz al instante.
  - Hey, campeón, ¿qué pasó? -pregunté tratando de no sonar que estaba dormido.
  - Quería chalar con vos, papi -dijo y sonreí. - ¿Me venís a vel hoy, papi?
  - Si puedo sí, hijo.
  - Meno, pa...
  - ¿Y mamá? -pregunté con un nudo en la garganta.
  - Mamá etá a laro mío, papi.
  - ¿Me pasás con ella, campeón? -volví a preguntar.
  - Meno.
  - Patricio... ¿qué querías? -respondió fría. - Anda a jugar a la habitación Feli, que yo ahora voy -dijo y se escuchó un 'Sí' de Feli cómo festejando.
  - Te quería decir que en un raro voy para allá... y te quería pedir que Feli no esté ahí... para que no escuche más que nada.
  - Por eso quedate tranquilo... ahora lo viene a buscar Dai y Guido.
  - Bien... -dije y largué un suspiro de alivio. No pude ni saludar que cortó.

*Fin de llamada telefónica*

  Me quedé un rato en la cama, mirando el techo... luego de un rato, me levanté y comencé a vestirme. Veinte minutos después salí de mi casa rumbo a la de Eva. Me sentía nervioso y muy... la traicioné, los traicioné, porque me cagué en mi familia... no tiene perdón.

Toda Una Vida Esperándote (Pato Sardelli) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora