El día siguiente, domingo, Kenia y yo nos reunimos en su casa para conversar sobre el tema. Mi amada me contó como al día siguiente de la muerte de Tomas, la licenciada Martha llegó con una patrulla de policía y varias ambulancias para desenterrar los restos de Diana. Pero al hacerlo se habían tropezado con los cuerpos de los otros diez niños que habían desaparecido y habían sido asesinados por el pederasta de Lorenzo. Era por eso que Tomas dentro de su sarcófago nos había advertido que ya no teníamos protección. También nos había dicho que esa era la respuesta, eso significaba que teníamos que sacar el cuerpo de Lorenzo de su letargo y enviarlo al cementerio, esa sería su prisión.
Después de la larga formación del lunes, nos apresuramos por encontrar a la maestra y pedirle que nos indicara el lugar exacto en donde estaba enterrado Lorenzo, pero nos informaron que se encontraba en una reunión que terminaba a las nueve. Así que nos tocó ir a clases a esperar. En el aula pasó algo que no nos sorprendió, pero que sí asustó a nuestros compañeros de clase: La lámpara que se encontraba encima de nosotros se encendió en llamas, y si no fuera porque nos empujaron justo a tiempo, el incandescente fuego nos hubiera incinerado; los cortocircuitos se propagaron en cadena y al final hasta el aire acondicionado explotó. Hasta eso ya todos estábamos en el exterior, y corrimos al centro de la cancha, alejados de todo peligro.
Nuestros compañeros formaron un tumulto. El maestro de Química intentaba mantener el orden, pero su apariencia tonta no se lo permitía, era un auténtico nerd de gafas gruesas, cabello grasoso y dientes sobresalidos. El aula seguía siendo una cadena de cortocircuitos y explosiones, que se fueron propagando por todo el bloque, cada curso salía temeroso de incendiarse, con su respectivo maestro intentando llevar la calma a sus alumnos. Todo un bloque de diez aulas quedóconvertido en una bomba de humo negro. Aquel incidente era algo más que un cortocircuito, Kenia y yo lo sabíamos, el fantasma que nos quería muertos era el culpable, pero eso quería decir que tenía el poder de matar a quien quisiera, todos estaban en peligro, tal y como había advertido Tomas, era nuestra responsabilidad terminar con eso de una vez por todas.
Aprovechamos la confusión y el relajo de los estudiantes, y que los profesores conversaban sobre lo ocurrido para separarnos y correr hacia la sala de maestros. Esperábamos que nadie controlara a entrada, y al llegar no sentimos felices, estaba despejado. No nos preocupamos por las consecuencias de entrar allí cuando no deberíamos, porque terminar con todo eso, era más importante. Abrimos la puerta y entramos, haciendo caso omiso a las miradas y reclamos de quienes se encontraban en la junta, nos dirigimos directamente a la licenciada Martha, que sentada en la última fila de bancas, en la esquina derecha, guardaba sus gafas en el estuche y las metía en su maletín:
-Niños, no pueden entrar, debieron esperar que salga
-Pero licenciada, es importante...
-Es Lorenzo...
-¿Qué?-, la maestra se levantó y nos empujó;-Salgamos niños, afuera, vamos
En el exterior, después de que tomara aire y le explicara al conductor de la conferencia que regresaba enseguida; nos pidió una explicación, se la dimos y le hicimos entender nuestra teoría:
-Es posible que tengan razón, no hay poder más grande que la de Dios, pero antes tengo que realizar una llamada...-; sacó su teléfono celular y marcó un número;-...Aló, buenos días padre, disculpe que lo llamé de repente pero necesito de su presencia...cuanto antes mejor...Sí, tenemos que bendecir una tumba...Sí, la misma, la de la confesión...¿Recuerda aún el lugar?...perfecto...Muchas gracias por su comprensión-; sin guardar su celular nos explicó;-...No creo que sacar sus huesos de aquí sea buena idea sin estar protegidos...-; volvió a marcar un número;-...Hola, David, necesito tus servicios funerarios,...no hagas tantas preguntas...yo te pago después...es una emergencia...lo antes posible...
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LA OUIJA DE PAPEL
Science FictionUn simple juego infantil se convertirá en una pesadilla para los protagonistas de esta historia