8:15 El timbre suena. Me dirijo hacia la taquilla número 27, la mía. Como los humanos nacieron para tener mala suerte, la taquilla 28 es la del "PERFECTO" Sebastian. Estaba a mi lado y yo no pensaba hablarle pero los idiotas rompen el silencio.
- Alex... ¿Sabes que hora es? - Me pregunto.
- En primer lugar: Alex, solo pueden llamarme mis amigos. En segundo lugar: Una persona debería saber a que hora empiezan sus clases. Y por ultimo: 8:17, imbécil.
Fue cuestión de segundos, de 3 malditos segundos que cerrara su taquilla de golpe y me acorralara contra la mia.
- ¿No te cansas de tardarme tan mal? -Me pregunto con su cara a unos centímetros de la mía. Fue inevitable no sonrojarse. No conteste. - Llevas 2 meses así, joder. Desde que te dije lo que siento por ti... estas insoportable.
Coloque mis manos sobre sus hombros y lo empuje. - ¡LA ÚNICA COSA INSOPORTABLE QUE HAY AQUÍ, ERES TU! . - Le grite frunciendo el ceño. - No te me vuelvas a acercar, me das asco. - Termine de decir.
Se marcho sin decir nada, solo vi su espalda alejándose de mi, quería decirle que todo es mentira, que se quedara a mi lado, pero no lo hice. Tenia lo ojos llenos de lágrimas, pero pensé en Claudia y sus sentimientos, agache la cabeza durante cinco segundos y mantuve la calma.
- ¿Que estúpidos? ¿ No tenéis clase ? - Grite a unos frikis que se habían quedado inmóviles tras ver la escena.
Salieron corriendo.
Sebastian, era fácil fingir que lo odiaba, tanto que hasta yo misma empecé a creerlo. Siempre, siempre me había caído bien. No me gustaba, simplemente me caía bien. Pero hace 5 meses Claudia se enamoró de el. Y hace 2 meses el me dijo que me quería, obviamente yo lo rechace.
Cuando rechazas a alguien el futuro te da 2 opciones, según cual elijas este cambia. Primero esta la opción de tratarlo tan bien como siempre, error: Solo le darás mas esperanzas. Y la segunda es aun peor, pero es la que yo elegí: Distanciarte de esa persona hasta el punto de no hablarle mas, ignorarla o simplemente tratarla mal, error: Solo conseguirás que te odie.
Lo que mas me sorprendía de mi misma era que hablaba de Sebastian como si diese asco y fuese horrendo, cuando en realidad es súper amable y guapísimo. Tenia el cabello negro, liso y suave. Unos ojos del mismo color y unas facciones increíbles. En resumen: Podría ser modelo.
El día se me paso bastante rápido, ni siquiera preste atención a las clases de química o dibujo, mis favoritas. En cuanto me di cuenta de que el día pasaba rápido, sonó el ultimo timbre del día.
Me despedí de Claudia y me dirigí a casa. Estaba agotada por la clase de gimnasia, de la cual por cierto me había olvidado. Así que, me pare en un parque que estaba cerca de casa para descansar. Había bastante gente. Niños pequeños con sus padres o abuelos. Gente que simplemente los miraba o paseaba por ahí, parejas. Me senté en un banco y deje la mochila de PUMA a mi lado. Levante mi cabeza casualmente y entonces lo vi. Estaba en un banco enfrente de mi. Íbamos vestidos casi igual. El, un chico de pelo castaño claro y liso al que le calculaba unos 17 años. Mi atención paso de su ropa a su rostro, era guapísimo, sus ojos eran marrones claros, preciosos. Pero al fijarme en sus ojos pude darme cuenta de que estaba llorando.
Lo mire durante unos 2 minutos y pude darme cuenta de que estaba escribiendo algo a lápiz. Pensé que si lo miraba mucho mas, iba a darse cuenta así que saque de mi mochila el libro de Ciudades de papel de John Green. El tiempo que no lo pasaba leyendo, lo pasaba viendo anime, dibujando o paseando, esos eran mis hobbies. No avance muchas paginas porque recibí un suave golpe en el pie. Desvié mi mirada del libro al suelo y vi su lápiz. Lo cogí y levante la vista hacia el. Me miro y pensé que era la chica mas afortunada del mundo, pero se giro. Me di cuenta de que no lo hacia por desprecio ya que pude ver como de limpiaba las mejillas de lágrimas. Mire un momento el lápiz que era de la marca staedtler. Enseguida escuche unos pasos firmes acercándose a mi. Levante la mirada y el estaba frente a mi, un poco sonrojado así que le copie sin darme cuenta.
- Perdona... Creo que tienes algo mio. - Me dijo con una agradable sonrisa, parecía que nunca había llorado. Odiaba la palabra "perdona", creo que de tanto oírla decir a Sebastian, o tal vez desde antes, pero cuando el lo dijo, empecé a amarla. Tenia una voz muy masculina, pero a la vez suave y delicada... a si, también dulce. Desvié 1 segundo la mirada y juro por Dios que me pareció ver un cupido lanzándome una flecha.
- ¡Si! Perdona... toma.- Le dije estirando mi mano izquierda hacia el. Jaja jamas pensé que usaría la palabra "perdona" en un primer encuentro.
- Gracias. - Me dijo y se dirigió al banco. Guardo la hoja en una carpeta negra y se fue. Por un momento pensé que lo había espantado.
No pasaron ni 5 minutos desde que se había ido, pero guarde el libro en la mochila y me fui a casa.
Mi madre estaba durmiendo, así que no la desperté y fui a mi cuarto. Cerré la ventana, siempre mi madre la abre cuando llega del trabajo para que se ventile. Me saque mi pijama favorito del armario. Tiene un fondo azul y esta llenos de nubes, me recordaba al libro de Bajo la misma estrella por eso lo compre. Me saque el móvil de la mochila y con todo me dirijo al baño. Deje el pijama sobre el váter y espere a que se llenara la bañera.
Después me metí en la bañera y me dedique a recordar al chico de esa tarde. Y preguntarme porque estaría llorando... habían mil razones posibles... recordaba sus ojos de un suave color topacio, brillantes, marrones, perfectos.
Cuando termine de bañarme me di cuenta de que no tenia nada de sueño, eran las 22:13 . Salí a la terraza a ver que tal tiempo hacia y al ver una luna llena perfecta, me vestí a continuación cogí el móvil y las llaves de casa y me fui a pasear.
Seguía pensando en el chico...me daba asco a mi misma pensar en un amor a primera vista. Pasee por la playa y volví a casa a las 23:03 y me acosté. Toda la semana siguiente se me hizo eterna porque me resfrié. Tenia fiebre y me dolía la garganta. No pude ir al instituto. Y la mayor parte del dia la pasaba durmiendo. Sabia que si miraba mi móvil, tendría unas 20 llamadas. Posiblemente 19 de Claudia y 1 de mi madre.Miro el reloj, eran las 3:32 de la tarde. Acababan de salir del instituto. Cierro los ojos e intento dormirme. Suena el interfono, es estiro y vuelve a sonar. Me levanto de la cama y me pongo las zapatillas de andar por casa, vuelve a sonar. Hago una mueca y corro hacia el.
- ¿ Quien es ? -. Pregunto intentando mostrar mi irritación.
- Owww lo siento ¿Estabas durmiendo? -. Me pregunta Claudia.
- No...bueno,casi.No importa, sube. - Digo y pulso el botón del interfonono no sin antes escuchar una pequeña carcajada de mi mejor amiga... me di cuenta de que posiblemente era por mi inútil forma de hablar estando resfriada. Abro la puerta.
- Hola -. Me dice abrazándome suavemente,gracias a dios. Me encantaban los abrazos, besos...todo lo cursi. Pero mi amiga no solía abrazarme, solía estrangularme.
Nos dirigimos a mi cuarto, un poco desordenado. Y nos tumbamos en la cama.
- Te llama un montoooon de veces. y no me contestaste. - Me digo con una mando sobre el pecho y poniendome una carita triste.
- Lo siento, tenia el móvil en silencio. -dije mientras lo desbloqueaba. 12 llamadas perdidas, 11 de Claudia y 1 de mi madre. Que predecible.
-Sebastian me pregunto por ti...
- No me importa. Cuéntame algo interesante por favor. - Le pedí frunciendo el ceño. Hay estaba de nuevo, engañandome a mi misma.
- ¡Que mala! Eso intentaba haciendo pero como nunca me dejas terminar.
-Vale...cuenta. - Dije con un poco de desgana.
- Le dije que estaba preocupada por ti y me abrazo diciéndome que seguros estabas bien...resumiendo.
Abrí los ojos como platos y la abrace gritando.
-¡QUE BIEN, QUE BIEN, SEBAS PORFIN HACE ALGO BIEN! - Nos empezamos a reír de mi actuación cuando de repente se quedo seria.
-Ahora que recuerdo...
-¿ Que pasa ? -Pregunte preocupada.
-...Tenemos un compañero nuevo.
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Llegando a ti (Pausada)
RomanceAlexandra Ciobanu: Alta, de ojos verdes y cabello castaño claro. Una adolescente de 17 años a la que le da igual todo lo que tiene que ver con el amor. Hasta enamorarse a primera vista. ¿Habra sido eso un acierto o nada mas que un error que solamen...