-En… mi… amigo… que dejé en Shinjuku- inventé.
-¿Qué clase de amigo? Cualquiera podría enamorarse de un amigo- inquirió.
-Enamoramiento no, Shusakū- especifiqué de nuevo, Mika sólo se mantenía en silencio pero atento- Y es… un amigo, amm… cercano y… - me estrujaba los sesos para poder seguir poniéndole palabras a mi mentira - y… a una amiga también le gusta, entonces…
-Tienes miedo de perder la amistad de tu amiga por haberte fijado en el mismo chico que ella- completó Shusakū.
-¡Exacto!
-Bueno y, ¿quién se fijó primero en el chico?
-Ella- musité con pesar.
-Pero tú ya te fuiste de Shinjuku, ya no importa o ¿sí? - dijo Mika, quien había estado como una estatua hasta ahora.
-Eemm… - murmuré.
-Igual yo creo que lo hubieras hablado con tu amiga, en vez de especular tú solo las cosas y castigarte a ti mismo- interrumpió Shusakū- Digo, no era su novio y ella no era tu mejor amiga- se encogió de hombros.
Me solté a reír y ambos me miraron. Si Shusakū supiera a quién me refería ni siquiera habría dicho lo último.
-¿Qué es gracioso?- preguntó Mika.
-Nada, sólo que… nada- manoteé con la mano restándole importancia.
-¡Mira, Yuu!- me dijo Shusakū- ¿Ese lugar no te parece ideal para una fotografía?- apuntó hacía un edificio a lado de un canal que se extendía magnífico por el este.
-Qué buen gusto tienes Shusakū- concordé-. Creo que le tomaré una.
Saqué con la mano libre la cámara de mi bolso y luego me quedé en silencio y sin actuar, tímido porque Shusakū aún mantenía su mano atada a la mía.
-Shusakū, creo que Yuu-chan necesita sus dos manos- farfulló Mika.
-Oh, cierto. Discúlpame- enrojeció un poco y soltó mi mano a la que inmediatamente le pegó el aire gélido del medio día.
Le sonreí y apunté el lente de la cámara hacía el monumento y saqué la fotografía.
-¿Un fiore per il ragazzo carino?- musitó alguien detrás de mí.
Me giré y obtuve la imagen de una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a Mika mientras que Shusakū estaba distraído mirando las palomas.
Mika me miró y luego me sonrió. Entonces miró de nuevo a la señora.
-¿Quanto costa una? -preguntó.
-Un euro -dijo la señora.
-Dammi uno.
Ella le acercó la canasta y Mika escogió una rosa entre el puño y luego, sacó del bolsillo de su pantalón una pequeña moneda.
-Ecco -le dio la moneda y le sonrió.
-Grazie bel giovane -dijo la señora y luego me sonrió a mí para después alejarse e ir a ofrecerle sus flores a la demás gente.
No había aprendido aún italiano, pero al menos, ya estaba un poco más familiarizado con las palabras y pude entender la conversación entre Mika y la señora. Ella le había ofrecido una rosa, él le había comprado una. Simple. Seguro se la llevaría a Shinoa.
-Ten -pero me la ofreció a mí y me dejó en blanco.
-¿Qué? -musité torpe.
-Es para ti -dijo como si hubiera adivinado mi pensamiento anterior.
-Gracias -tomé la flor entre mis manos y sentí que el rubor corrió por mis mejillas pintándolas, así que desvié mi rostro y miré a Shusakū, quien aún seguía entretenido observando el centenar de palomas que volaban en el cielo y otras que caminaban por el suelo de la plaza.
Alcé mi cámara y tomé una fotografía de su perfil justo en el momento exacto en que las palomas volaron. Una fotografía maravillosa.
Shusakū me miró.
-Hey, pudiste haberme avisado- me dijo y yo reí.
-No, creo que saliste más lindo así.
Él se sonrojó de nuevo, y luego bajó la mirada percibiendo así la flor en mi mano.
-¿Y esa flor?- preguntó.
-Se la dí yo- dijo Mika con más orgullo del necesario.
-Rayos, entonces yo tengo que comprarte un ramo completo- bromeó.
-Lo haces parecer una competencia Shusakū- dije queriendo seguirle la broma, pero lo cierto era que dos hermosos ángeles estaban cortejándome y el tono casual en mi voz no era muy espléndido.
-Claro que no es una competencia- dijo él - Yo no estoy compitiendo con nadie; Mika no es un jugador, él ya tiene dueña- bromeó Shusakū, palmeándole la espalda a Mika.
Mika sólo sonrió, pero a esa sonrisa le hacía falta… ¿alegría?
-Me haces sentir como un trofeo- dije haciendo un mohín.
-Non un trofeo. Tu sei una principessa bella e mi piace essere il vostro príncipe- musitó.
El rostro de Mika se endureció y su ceño se frunció ante las palabras que Shusakū había pronunciado. ¿Pero qué había dicho?
-Parla nella sua lingua- le farfulló Mika.
-No, mi vergogno- musitó Shusakū.
-Qual è il punto di flirtare con lui? non ti capisce- el rostro de Mika se volvía serio y su voz no tenía ese tono amable.
-Perché so che gli piace l’accento italiano-Shusakū se encogió de hombros.
-Non vedo il punto- Mika se cruzó de brazos y luego me miró.
No sabía cuál era mi expresión, pero hasta sentía un signo de interrogación dibujado por encima de mi cabeza. Odiaba no entender nada.
-Shusakū dice que eres una bella princesa y que a él le gustaría ser tu príncipe -me dijo, pero parecía molesto.
-Stai zitto!- protestó Shusakū a Mika, enrojeciendo por completo.
Miré a Shusakū enternecido.
-Qué lindo eres Shusakū. Gracias - dije, y él enrojeció más. Sin embargo, Mika permanecía de brazos cruzados y con rostro duro.
La fierecilla apareció de pronto, bailando de alegría porque creía que lo que Mika tenía eran celos y aunque no quisiera aceptarlo, a mí también me gustaba la idea.
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~•Manual De Lo Prohibido•~ //Mikayuu//
FanfictionFalso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueño del único que todo el mundo en mi situación, rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar, actuar y...