Capítulo 57

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-¡Shinoa!- me levanté desconcertado- Yo no...- intenté explicar.

-¿Tú no qué? Te acabo de escuchar, Yuichiro- las lágrimas salían de sus ojos como si fueran caballos de carrera, desatrampados por ganar- Oí cuando se lo dijiste a Mitsuba, ¡eres un traidor!- gritó, y al instante sentí el sonoro golpe de la palma de su mano contra mi mejilla, produciendo un ardor instantáneo y el seguro enrojecimiento de mi piel.

Tan duro fue el golpe que, la cara se me desvió hacía un lado y Mitsuba tuvo que retener a Shinoa.

-¡Shinoa, tranquila!- le ordenó asustada.

-¿Cómo quieres que esté tranquila? Si mi supuesto mejor amigo me traicionó, claro, ahora entiendo todo- no dejaba de llorar y el coraje era leíble en su rostro.

Los nudos se habían quedado atascados en mi garganta, y el corazón, hecho pedazos en mi pecho, latía angustiado. Mis lágrimas eran de amargura, deseaba fervientemente que todo esto fuera una pesadilla.

-¿Cómo no me di cuenta antes? ¡¿Y tú no pensabas decírmelo?!- me empujó y Mitsuba volvió a sujetarla.

-Shinoa…

-¡Te abrí la puerta de mi casa! ¿Y me pagas robándote a mi novio?- seguía farfullando llena de furia e hizo caso omiso a la voz de Mitsuba- ¡Qué estúpida! No puedo creer que tú…- se quedó a la mitad de la frase, le dolía bastante. La conocía y sabía que estaba hecha pedazos, cosa que sólo sirvió para hundirme más en la miseria. Seguía sin poder hablar, sólo lloraba y miraba a Shinoa- Hace algunos minutos estaba llorando porque te ibas- farfulló- Ahora entiendo la razón, qué cobarde- siseó- Pero ¿sabes? Me da gusto que te largues, hipócrita- me dio una última mirada despectiva, dolida, y se dio media vuelta para salir de la habitación.

Me quedé inmóvil, dejando que mis lágrimas se suicidaran sin piedad; respirar me era difícil y sentía que me faltaba el aire.

Mitsuba me miró decepcionada.

-Ve- alcancé a susurra, con el hilo de voz que salió de mi garganta- No la dejes sola.

Se me quedó mirando, era una mirada extraña, estaba entre la frustración y la angustia. Pero enseguida salió detrás de Shinoa. Entonces me quedé solo.

Las lágrimas no se cansaban de salir y parecía como si nunca se acabaran, esto no debió de haber terminado así, ni siquiera debió tener comienzo.

Me quedé en inmóvil durante un par de minutos y luego, miré a mi alrededor, ya no volvería a ver a Mitsuba y no había tenido la oportunidad de decirle adiós. Busqué con la mirada algún cuadernillo y divisé una hoja encima de su escritorio; tomé un bolígrafo y garabateé sobre el papel en trazos largos:

Me lo dijiste, lo sé.
Disculpa todo el daño que hice, que le hice a ella. Era lo que menos hubiera querido que pasara. Agradezco todo lo que hiciste por mí, gracias por entenderme.
Fuiste mi mejor amiga y nunca voy a olvidarte.
Perdóname.
Te quiero. Yuichiro

Lo dejé sobre su cama y luego, con un nuevo dolor en el pecho, salí de aquella habitación. Me deslicé como ánima en pena escaleras abajo y cuando bajé a la sala para cruzarla y llegar hasta la puerta, la mirada de la madre de Mitsuba me detuvo.

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Capítulo más pequeño que las posibilidades de que yo salga con mi crush :"v

Publicaré como dos o tres cortos y luego haré uno más o menos largo, quiero dejar la tensión xd 7u7

~•Manual De Lo Prohibido•~ //Mikayuu//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora