Capítulo 30

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-Hola- me dijo.

-Hola- musité aún confundido.

-¿Puedo pasar?- preguntó.

-Adelante- animó Shinoa esperando ver la escena que ya imaginaba.

Recordé las palabras de Mitsuba de esta mañana, y me esforcé de verás por no sacarle provecho al asunto. Al menos no a propósito.

Shusakū condujo sus pies hasta quedar atrás de mí, y luego yo cerré la puerta temiendo por lo que pudiera pasar a continuación.

-Ten. Es para ti- me dijo cuando le miré y me extendió el ramo.

No quería, pero no pude evitarlo y miré por la colilla del ojo a Mika, quien tenía un ceño ligeramente fruncido. Luego a Shinoa, quien con ojos como platos contemplaba la escena, ajena a la expresión de su novio y completamente emocionada; como de esas niñas que ven un espectáculo de navidad en primera fila y apenas pueden esperar para saludar al sujeto gordo vestido de Santa Claus.

-Gracias, Shusakū- dije tímido tomando el ramo.

-Te dije que lo haría y bueno, yo siempre cumplo- musitó.

Antes de que pudiera yo decirle algo, Shinoa habló, pero para decirle algo a Mika.

-Oh, amor, eso me hizo recordar- dijo -Gracias por la rosa- besó su mejilla.

Mika desconcertado, frunció el ceño.

-¿Cuál rosa?- preguntó.

Oh, oh. Pensé.

El corazón se me aceleró en un intento de explotar de nerviosismo y las manos desprendieron un poco de sudor frío.

-Eh, ¡Mika!- dije adelantándome a la situación -La rosa que le dejaste a Shinoa ayer, como disculpa porque no pudiste venir, ¿recuerdas?- rogaba para que Mika me siguiera la corriente y también para que no se molestara conmigo.

Miré de reojo a Shusakū, quien sabiamente guardaba silencio y su rostro me decía que trataba de comprender lo que estaba sucediendo.

Los ojos de Mika me miraron extraños. Fue una mirada que no supe describir, sus ojos algo me dijeron pero yo no entendí, estaba demasiado nervioso como para ponerme a descifrar el mensaje que me gritaban. Luego de un silencio, Mika retiró su mirada de mí y le sonrió a Shinoa.

-Sí, ya recuerdo- musitó - De nada- dijo.

Suspiré de alivio.

Después de eso, Shinoa volvió al ataque.

-Y Shusakū, ¿a que se debe tan gran detalle con Yuu-san?- preguntó Shinoa preparada quizá para la bulla.

-Emm...- tartamudeó.

-Porque somos excelentes amigos, ¿verdad, Shusakū?- interrumpí.

-Claro- dijo el interpelado.

-Chicos, les daremos privacidad. Shusakū y yo iremos a mi habitación- tomé la mano de Shusakū mientras que con la otra aun sostenía el ramo-. Vamos, Shusakū- lo llevé hasta mi cuarto mientras que éste trataba de comprender mucho más todo lo que había ocurrido antes.

La mirada inquisidora de Shinoa estaba a mis espaldas y la de Mika algo desconcertado, también nos seguía, hasta que nos deshicimos de ambas al cerrar la puerta.

Cerré los ojos y suspiré.

-Dios...- murmuré aliviado.

-¿Qué acaba de ocurrir allá afuera?- preguntó Shusakū.

Le miré y suspiré de nuevo, era hora de contarle todo.

-Tenemos que hablar, Shusakū- dije y le hice seña de que se sentara sobre la cama entre tanto que yo me sentaba a su lado y ponía el ramo sobre la almohada.

-¿Qué pasa?- preguntó inquieto.

-¿Recuerdas ayer cuando te dije que si alguna vez te había gustado alguien prohibido?- inquirí en voz baja.

Él asintió.

-Bueno...- guardé silencio por un minuto, mientras que los ojos de Shusakū esperaban que siguiera hablando- Creo que estoy enamorado de Mika- admití casi con un hilo de voz.

-¡¿Qué tú qué?!- farfulló.

-¡Shhh!- exclamé para que bajara su tono de voz- Mitsuba me hizo darme cuenta de ello.

-Pero es el novio de Shinoa, y ella es tu mejor amiga- musitó con un leve tono de desesperación.

-¿Y crees que no lo sé?- dije triste- Pero uno no decide de quién enamorarse- cité lo que hace unas horas había aprendido de Mitsu.

-¿Y lo de la rosa?

-Bueno, Shinoa llegó ayer y la vio tendida sobre la mesa de centro, me preguntó que si fuiste tú quien me la había dado y dije que no, ya sabes, no quería que empezara a especular más de lo que ya lo hace; entonces le dije que era Mika quien se la había dejado a ella, porque no podía decirle que su novio me la había dado a mí- expliqué.

-Eres un gran amigo, Yuu- me acarició el hombro.

-Claro que no, ¿qué clase de amigo se enamora del novio de su mejor amiga?- dije en un chillido ahogado.

-Bueno, exceptuando eso. Entonces, ¿te molesta que yo...? Ya sabes.

-Shusakū, no quiero usarte para darle celos a Mika- bajé la cabeza.

-No siento que me uses. Aunque Mika sí se pone celoso, cosa que no debería.

-Eres un gran amigo para mí, Shusakū. Es así como yo te veo. Discúlpame.

-No tienes que pedir perdón por eso, Yuu- sonrió -. Eres muy lindo, claro, pero también eres un amigo para mí.

-Gracias, Shusakū.

-¿Y ahora qué piensas hacer?- me preguntó.

-Trato de ignorar a Mika.

-¿Por eso no le abriste la puerta?- rió.

-¿Cómo sabes eso?

-Mi tía me dijo que lo vio sentado allá afuera, como si esperara.

Suspiré.

-No siempre podrás evitarlo, Yuu- me dijo.

-Ya lo sé.

-¿Sabes? A lo mejor no es enamoramiento, simplemente es... deslumbramiento muy profundo- trató de animarme.

-¿Qué diferencia hay?

-Que en uno estás enamorado, en el otro no- rió pero su broma no provocó nada en mí e inmediatamente volvió a la seriedad- Cuando me ocupes, sabes que voy a estar allí- me acarició la rodilla.

-Gracias, Shusakū. En serio, gracias.

Una vez aclaradas las cosas, Shusakū y yo pasamos el rato riéndonos, aunque mi risa no fuera con mucho sentido.

-Creo que ya es hora de irme. No quiero perderme la cena- dijo Shusakū sobándose la panza.

-Está bien. Ojalá podamos vernos mañana- sonreí.

-Claro.

Me paré para abrir la puerta de mi habitación y Shusakū me siguió. En cuanto la madera me dejó ver la escena exterior, deseé cerrarla de nuevo de un solo portazo. ¿Cuántas veces se necesitaba ver la escena amorosa entre Mika y Shinoa para que mi corazón se rompiera por completo? Me paré en seco y Shusakū detrás de mí. Mika y Shinoa se separaron y sus bocas volvieron a ser dos. Algo dentro tironeó mi corazón.

~•Manual De Lo Prohibido•~ //Mikayuu//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora