Capítulo 28

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Camila despertó y sintió su cuerpo entumecido, trató de moverse para apagar su despertador, pero el peso extra sobre su cuerpo se lo impedía.

Con dificultad abrió los ojos y trató de enfocar su vista para ver quién estaba encima suyo, parpadeo varias veces y notó la melena rubia de su amiga cerca de su rostro.

— Hey... Dinah, sal de encima, debo salir. -decía Camila y oyó la respuesta adormilada de la mujer.

— No Padre, hoy no traje donativos... -Camila abrió grandemente los ojos y levantó la cabeza hasta donde pudo, notando que el cuerpo que tenía encima no era el de Dinah, sino el de Ally, miró a un costado y vio la figura de Normani, abrazaba con Dinah.

— Ally, muévete. -dijo Camila moviendo el cuerpo de la pequeña hasta hacerla caer a su costado, en la cama.

Se levantó y desactivó su despertador, observó a las tres mujeres durmiendo en su cama y sonrió, recordó que habían tomado vino y se habían quedado a dormir, sin duda alguna, ellas eran las mejores amigas que tenía, las hermanas que nunca tuvo.

Se dirigió al cuarto de baño y entró bajo la ducha, abrió la llave y el agua comenzó a caer sobre su piel, se dio un baño relajante y comenzó a pensar en lo que sus amigas le habían dicho por la noche, al principio le pareció un plan genial, pero ahora estando más tranquila, comenzó a preocuparse, y si la ojiverde a causa de eso dejase de hablarle definitivamente? Ella no quería que pase eso.

Sacudió su cabeza de un lado a otro, despejando esos pensamientos, cerró la llave, tomó su toalla y comenzó a secar su cuerpo.

Cuando estuvo lista, salió del baño, fue a buscar su ropa, se vistió, fue hasta su tocador, se maquilló levemente, no le gustaba el maquillaje en exceso, sabía que eso dañaba la piel con el correr de los años y no quería tener que acudir a cirujanos para llenarse la cara de botox o quién sabe qué otras cosas más, sólo para mantener el rostro bonito.

Una vez estuvo lista, se levantó y fue hasta donde dormían las chicas, se acercó a Dinah y la movió;

— Hey Cheeche, ya me voy. -informaba ella.

— Síiiii... dile a papá que quiero tostadas. -respondió ésta y se apegó más a Normani.

Camila sonrió y negó, giró y fue hasta la mesa que tenía en la habitación, guardó su teléfono, billetera y otras cosas más en su bolso, lo cerró y lo llevó consigo.

Fue hasta la entrada de su casa, tomó sus llaves, al salir de la casa se aseguró de ponerle seguro, la última vez había dejado la puerta abierta.

Fue hasta su coche, subió y puso en marcha el motor, hacía frío por la mañana, así que puso el acondicionador de aire en caliente, para que sea más agradable el viaje, colocó su pendrive favorito, con músicas de Aretha Franklin y Etta James, lo había clasificado y grabado ella misma.

Iba cantando cada música que sonaba hasta llegar a la agencia, entró al estacionamiento subterráneo y fue hasta su sitio de aparcamiento, bajó de su coche, colocó la alarma y fue caminando hasta el ascensor, cuando presionó el botón del elevador oyó que alguien hablaba a sus espaldas...

— La famosa Camila Cabello recupera su estatus, bravo! -la persona atrás de ella comenzó a aplaudir y Camila sintió un escalofrío recorrer su espalda... esa voz... esa voz sólo podía ser de...

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— Buenos días dormilona, no tenías que ir a tu departamento? -Lucía dejó un beso en la mejilla de Vero, ésta se sentó de golpe y preguntó;

— Qué horas son?

— Son las ocho y media. -respondió Lucy.

— Mierda! -exclamó Vero levantándose y comenzando a buscar su ropa por el suelo.

— Ya te vas? -preguntó Lucía algo desanimada.

— Sí. Demonios! Yo debía ir con Lauren hoy y le he fallado. -decía Vero mientras se colocaba la ropa, Lucy rodó los ojos y suspiró.

— Lauren, Lauren, Lauren, la pasamos tan bien anoche, en serio no puedes decirle que no puedes ir? -preguntó de nuevo Lucía, sentándose en la cama, quedando con el torso totalmente desnudo a los ojos de Vero, la cuál observó y se mordió el labio inferior, sacudió la cabeza y continuó a colocarse los zapatos.

— Lu, me encantaría, pero Lauren es más que mi amiga, es mi hermana, no la voy a abandonar nunca. -respondió Vero, Lucía se arrastró hasta quedar pegada a la espalda de Vero, la abrazó y dejó un beso húmedo en el cuello de la latina, arrancando un suspiro de ella.

— Eso lo sé, pero... eso es lo que tú quieres realmente? O sólo lo haces para no quedar mal con ella? -preguntó Lucy con los labios pegados a la nuca de Vero.

— Yo... yo quiero quedarme aquí contigo y también estar con ella, pero, no puedo hacerle eso, hay una gran diferencia entre el querer y el deber, quiero estar contigo, pero debo estar con ella. -finalizó Vero, levantándose y saliendo del agarre de Lucy, esta se quedó allí sentada

— Entonces, qué pasará de lo nuestro? -preguntó Lucía, Verónica la observó mientras tomaba su billetera y dijo:

— Cuál nosotras, Lucía? -dijo ella con el rostro serio.

— O sea que para ti sólo fue un revolcón de una sola noche? -dijo Lucía indignada.

— No, Lu, no es así, tú... me gustas y mucho, pero no crees que vas muy pronto? Además, primero tendría que hablarlo con Lauren. -respondió Verónica.

— En serio? Le pediras permiso para salir conmigo? -dijo Lucía levantándose, no pudiendo creer lo que oía.

— No se trata de pedir permiso, Lucía, se trata de respeto y lealtad. -puntualizó Vero, se aproximó a Lucía y dejó un casto beso en sus labios, al separarse volvió a decir. — Hablaré con ella más adelante, te quiero. -dicho esto giró y salió de la habitación de Lucía. Posteriormente de la casa y subió a un taxi que justo pasaba por allí.

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Perdón por la desaparición, pero mi teléfono bebió agua y recién hoy lo recuperé del técnico. Más tarde otro capítulo.

#Alexandra.

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