GUESS [CAMREN]

Capítulo 7

-Bienvenida Señorita Vives. Su mesa ya está lista, la acompaño. -decía el recepcionista del restaurant.

-Ven Lauren. -dijo Lucía tomando la mano de Lauren, la cual se sonrojó por el gesto de la modelo. Pero se sentía feliz, desde antes había tenido un crush por esa mujer y al parecer no era lo que la prensa amarillista vendía, era tierna, dulce, delicada y amable.

-Ya límpiate la baba! -decía Vero caminando a su costado, Lauren le propinó un codazo y la otra rió

-Pasa algo? -dijo Lucía observando a la mejor amiga de la ojiverde.

-Nada, disculpe no comportarme señorita Vives! -dijo Vero guiñándole y sonriendo. Lucía sonrió ante el atrevimiento de la mujer, acaso estaba coqueteando con ella? Mentalmente negó y apartó la vista cuando la voz del recepcionista interrumpió sus pensamientos.

-Por aquí Señoritas. -dijo el hombre, cuando se disponía a retirar una silla para Lucía, Vero, sí, Verónica Iglesias se adelantó y dijo al hombre

-Déja, yo me encargo. -retirando ella la silla para la modelo- Siéntese majestad. -dijo volviendo a sonreírle, Lucía le devolvió la sonrisa y aceptó.

-Gracias, Verónica. -dijo la modelo al sentarse.

-Sí, gracias! -dijo la ojiverde ¿molesta? Claro que estaba molesta, su mejor amiga sabía sobre el crush de Lauren con la modelo, pero Lauren también sabía que Verónica siempre estuvo interesada en esa mujer, se podría decir que Verónica sabía mucho más de la modelo de lo que ella misma sabía.

-Por nada, hay que ser caballerosas! -dijo sonriendo la pelinegra

-Como sea. -dijo Lauren sentándose en su silla, internamente Vives celebraba, podía apostar que la ojiverde se puso celosa, pero, fue por ella? O por su amiga? Estaba confundida, pero deseaba que fuese por  ella, así su juego sería pan comido y su mejor amiga perdería la apuesta.

-En unos minutos llegará el garzón con la carta, hasta luego. -se despidió el hombre y tal cuál, minutos después llegó un hombre que vestía totalmente de blanco con una corbata pequeña en forma de moño.

-Señoritas, muy buenas noches, aquí les dejo las cartas, seré el garzón personal de ustedes por esta noche, sólo basta con presionar este botón y vendré a atender sus pedidos en segundos. -dijo entregando a cada una la carta y a Lucía un pequeño dispositivo con un botón rojo. Supusieron que de ese botón hablaba el hombre. Él se retiró y comenzamos a ver el menú.

-Santo dios! -exclamó Verónica, la ojiverde no necesitó preguntar qué pasaba, ella también estaba viendo la carta y lo más económico era una ensalada que costaba 434,00$.

-Ya saben lo que van a pedir? -las interrumpió Lucía y ambas amigas se miraron.

-Yo una ensalada. -dijo Verónica apenada, en sus bolsillos tal vez tenía un par de monedas, ya que lo poco que  tenían lo dieron en el hotel que habían ido

-Yo igual. -dijo la ojiverde

-Chicas, si es por el costo, ustedes no se preocupen, son mis invitadas. Además, mi empresa patrocina este restaurant, así que, no se cohíban. -dijo la modelo sonriéndoles.

-Entonces querré una ensalada rusa con un bife acebollado. -dijo rápidamente Verónica y la ojiverde seguía indecisa.

-Y tú Laur? -dijo la modelo y Lauren se sonrojó por como la había llamado, no era la primera vez que la llamaban así, pero viniendo de su crush le alegraba se sobremanera

-Chicken nuggets! -exclamó sonriente- y ensalada. -finalizó.

-Pues yo pediré Tournedo Rossini. -dijo la modelo y ambas amigas volvieron a mirarse con los ojos bien abiertos. La modelo presionó el botón y el garzón no tardó ni segundos en aparecer.

-Ya saben lo que van a ordenar? -dijo el joven y la modelo le dijo los pedidos. El hombre hizo una pequeña reverencia y se retiró.

-Y cuéntenme, viven solas? -preguntó Lucía

-Vivíamos con mis padres. -dijo Lauren sonriendo

-Tú también vives con los padres de tu amiga? -preguntó de nuevo Lucía riendo  Verónica esta vez

-Sí, vivía con ellos, pero ahora viviré con Lauren solamente. -dijo algo cabizbaja

-Ella perdió a sus padres en un accidente y desde entonces vivió con nosotros. -dijo Lauren

-Oh... Lo siento tanto, fue algo desubicado de mi parte, en serio lo lamento. -decía una Lucía avergonzada

-No pasa nada señorita Vives. -dijo Vero, cuando Lucía iba a responder llegó el garzón con sus pedidos.

-Desea algo para beber señorita Vives? -preguntó el garzón.

-Sí. Quiero Château Lafite Rothschild reserva de 1787. -finalizó la modelo y las tres personas quedaron totalmente sorprendidos ante la elección de la bebida, todos sabían lo costoso que era dicho vino, pero nadie objetó nada.

-Bon Appétit. -dijo el joven retirándose, dejando a las chicas cenar.

La cena transcurrió tranquilamente, conversaciones banales, risas y chistes por parte de Verónica y Lucía, Lauren era más silenciosa en ese aspecto, el garzón les había servido el vino y las tres mujeres hablaban cada vez más animadas, más Lauren, que se había mantenido en silencio durante toda la cena, pero con un par de copas se había soltado más, ya que nunca antes había bebido y el vino hacía efecto rápido

-Es usted muy bonita. -dijo la de ojos verdes señalando a Lucía y riendo

-Lau, creo que deberías dejar de beber. -comentó su amiga.

-Déjala, no me molesta que me suban el ego. -la defendió Lucía que reía con toda la situación

-Creo que es mejor que nos vayamos a dormir señorita Vives, mi amiga nunca antes había bebido y es mejor retirarnos antes de que haga el ridículo, he notado a varios fotógrafos enfocarlas y no quiero que mi mejor amiga sea mañana la portada y hazmerreír de cualquier periódico de quinta. -finalizó Verónica poniéndose de pie.

-Aguafiestas! -decía Lauren riendo y Vero negaba con la cabeza.

-Tiene razón Verónica, nos vamos. Ustedes pueden adelantarse mientras yo pago la cena. Joe las espera afuera. -dijo la modelo y Verónica asintió, estirando la mano de su mejor amiga salieron afuera, efectivamente Joe las esperaba afuera, abrió la puerta trasera del coche y Lauren entró, cuando Verónica se disponía a entrar llegó Lucía

-Deja, yo iré con ella. Puedes subir al frente y no te preocupes, cuidaré de tu amiga. -le guiñó el ojo para acto seguido subir en la parte trasera donde una hermosa ojiverde la miraba fascinada.

Vero subió a la parte delantera con Joe, rogando para que su amiga no cometa alguna estupidez.
Una vez en marcha Lucía habló por el intercomunicador con Joe

-Joe, vamos a casa. -dijo para luego colgar la llamada...