Prólogo: La Leyenda Antigua.

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En algún lugar de este mundo, se ha transmitido una leyenda de generación en generación. Esta leyenda habla sobre el héroe que encerró a la encarnación del mal.

Según la leyenda, después de que Dios creó el Universo, este colapsó, debido a la falta de elementos que mantuviesen el equilibrio del mismo y favorecieran la vida. Dios, con su inmensa sabiduría, creo El Núcleo del Todo, cuya función era mantener en balance todo aquello existente y por existir, y así fue como el planeta Tierra pudo albergarnos a todos nosotros como seres vivos.

Más tarde, Dios creó al hombre y a la mujer, quienes eran obedientes y devotos a él. Mas como todos saben, habia alguien que envidiaba a Dios por todo esto. Su nombre era Satanás, conocido también como la Serpiente Original. Este ser engaño a Eva, condenando a la humanidad a la destrucción. Aun así, Dios, con su infinita bondad, le otorgo otra oportunidad a la humanidad, impidiendo su destrucción.

Frustrado por esto, Satanás intento robar el Núcleo del Todo con la intención de obtener un poder inmensurable y destruir a Dios. Pero en cuanto lo tocó, inesperadamente se dividió en 7 fragmentos, dando origen así a los 7 Núcleos del Poder. Solo uno de ellos fue poseído por él, bautizándolo como "El Núcleo de la Maldad", puesto que los demás Núcleos desaparecieron. El primer paso de su plan para conquistar el universo estaba hecho, aunque no como él lo esperaba.

Tiempo después, Satanás tentó a aquellos ángeles que miraban con lujuria a las mujeres humanas, haciendo que estos bajaran a la Tierra con el fin de reproducirse con ellas. Al hacer esto, Dios los exilió del reino de los Cielos. De esta forma Satanás obtuvo a sus primeros sirvientes, el Clan de los Demonios. Así, la segunda parte de su plan había sido completada.

Los hijos de aquellos Ángeles fueron conocidos como Nefilim, seres humanos poseedores de una fuerza sobrehumana y de estatura increíblemente mayor. Ellos sembraron el caos y la maldad en la Tierra, haciendo que una era oscura azotara a la humanidad.

En ese momento, fue cuando Dios envió el Diluvio a la Tierra, ofreciéndole un nuevo comienzo a la humanidad. Sin embargo, la esencia de Satanás resurgió tiempo después.

Pero entre toda esa maldad, había un guerrero cuyo sentido de la justicia era inquebrantable. Este hombre arriesgaba su vida desde muy joven con el fin de mantener la paz en la aldea donde vivía. Dios miro con buenos ojos a aquel muchacho, y le brindó su apoyo y protección para mantener la paz en la tierra. Ningún hombre o ejercito era capaz de detener a aquel joven guerrero. Pronto, el índice de maldad en el mundo disminuyo sobremanera, puesto que no había criminal que pudiera hacerle frente. Durante mucho tiempo la paz reinó, gracias a su corazón noble y justo.

Satanás, al enterarse de esto, se enardeció de cólera, puesto que un simple humano estaba arruinando todos sus planes, razón por la cual decidió destruirlo. Pero cuando lo medito detenidamente, se dio cuenta de que mientras Dios estuviera de su lado, sería imposible acercarse a él, al menos no solo. Por eso decidió pedirle ayuda al Rey de la Oscuridad, Érebo. Poniendo sus propias condiciones, este accedió a ayudar a Satanás. Entonces, ambos unieron sus ejércitos e iniciaron un asalto a la tierra desde sus respectivos reinos.

El joven guerrero, sin vacilar, tomó su espada y se abrió paso hacia aquellos que amenazaban la paz de la humanidad. Tal como se esperaba, él solo derribo a cientos de enemigos, con un valor y determinación increíbles.

En medio de la batalla consiguió los nombres de aquellos que lideraban el ataque, así que tomo su equipo y se puso en marcha hacia las Puertas del Abismo, lugar donde se encontraba su primer objetivo: Érebo, un rival muy poderoso y muy superior a él. A pesar de sus intentos, el joven guerrero no podía hacerle frente a Érebo. Era algo lógico, puesto que el solamente era un humano y a quien estaba enfrentándose era el mismísimo Rey de la Oscuridad. Fue entonces, cuando en un momento crítico y de forma misteriosa, un poder desmesurable broto de su cuerpo. Tiempo atrás, Dios le había entregado a este guerrero el Núcleo del Vacío, el cual posee un poder destructivo ilimitado. Dentro de este Núcleo se encontraba un ente misterioso, quien le dio la fuerza suficiente para poder continuar la batalla.

Las Crónicas de Vacuum: Lado A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora