- ¡Ahora, Vlad!
- ¡Grilletes del Alma!
- ¡Maldición!
La esfera mágica creada por Vlad salió disparada hacia Karifax, quien inmovilizado por el poder de Azus, solo pudo mirar hacia las cadenas etéreas que surgían de la misma. En tan solo un instante, el poder del Caballero Heroico impacto en su objetivo, creando una explosión mágica inmensurable, misma que se extendió al menos cincuenta kilómetros a la redonda, creando una onda expansiva tan poderosa que destruyo gran parte del terreno que toco.
Esta explosión lanzo miles de escombros, tanto vegetales como terrestres hacia todas las direcciones posibles, arrasando también a Azus, Vandal y Vlad tan lejos como la propia onda permitió. Pronto, la cortina de humo que se alzaba en los cielos fue disipándose, dejando ver un cráter enorme, señal del asombroso ataque de Vlad.
Los dos guerreros cayeron al suelo, recibiendo gran daño. Ambos giraban en reversa, chocando con algunos escombros que caían desde el cielo y que se interponían en el camino, sin aplastarlos milagrosamente.
Vlad, dando un giro mortal hacia atrás, se reincorporo en semi-cuclillas, aun siendo empujado hacia atrás por la enorme ventisca que continuaba generándose incluso después de que su ataque mágico se desvaneció. Algunos instantes después logro detenerse, manteniéndose de pie mientras el poder que lo empujaba se hacia mas débil.
Preocupado y con una enorme muesca en su cara, comenzó a buscar a Vandal, solo para encontrarlo sobre el suelo, inconsciente. Habia sido golpeado en la cabeza con uno de los fragmentos rocosos, mismo que le habia hecho perder el conocimiento, por lo cual no pudo protegerse de la caída ni de ninguno de los demás escombros con los que impacto, causándole un daño gigantesco.
- Maldición, ¡Vandal! – Grito Vlad, mientras corría desesperado hacia el joven atlante, cuyo cuerpo estaba herido hasta lo mas profundo. Sus ropas superiores habían sido completamente destruidas, dejando al descubierto su pecho. Sus pantalones se encontraban raídos, mostrando sus rodillas y su pantorrilla derecha. – Esto es malo, no sabía que causaría toda esta destrucción... ¡Debemos atenderte!
Colocando al guerrero sobre sus hombros, se dirigió al lugar del impacto, buscando a Azus. Sin embargo, no habia señal de la presencia de la IA, pues se encontraba a escasos dos metros de Karifax al momento de la explosión.
- ¡Mierda! ¡¿Y si también la elimine a ella?! Maldición, Vandal no me lo perdonara...
Después de buscar por varios minutos, solo se limito a dejar a Vandal sobre la tierra destruida. La desesperación lo invadía, pues, aunque estaba seguro de que su ataque habia impactado por completo en el demonio, su mente le decía que el precio a pagar seria muy alto.
Pero entonces, el terror lo ataco desde la espalda.
El suelo tembló violentamente. La tierra se agrieto desde el centro del cráter, lugar desde donde surgía una figura conocida. Los ojos de Vlad se abrieron como platos, inundados con la expresión del terror absoluto.
Karifax seguía de pie.
Interponiéndose entre Vandal y el demonio, mismo que a lo lejos parecía estar bastante dañado, Vlad se levantó, preparándose para enfrentar a Karifax una vez más.
Sin embargo, el asesino de elite se tambaleaba, a medida que intentaba acercarse al Caballero. Este desenfundó su espada y comenzó a acercarse hacia su oponente, pero el terror que le producía la mera supervivencia del demonio hacía que el agarre en su hoja temblase.
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Las Crónicas de Vacuum: Lado A.
PertualanganEn una tierra distante, reverberan los susurros de una leyenda ancestral. Cuenta la historia de un infante que, al renunciar a su cuna por la cual habria entregado su propia vida, destapó el velo de la ilusión que velaba su mundo. Forjado en el frag...