CAPITULO 2: Un relato corto sobre unos tres años.

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    Tres años son muchas cosas que contar, muchos días muertos y tiempos vacíos pero haré lo mejor que pueda.
    El diario fue la mejor cosa que me pudo haber pasado, tenía una puerta de salida y un botón de reinició para todo, y con el tiempo más puertas se me abrían al entender cómo funcionaba, la únicas reglas son: tener un recorte de la fecha, estar en una posición similar a la que se estaba cuando el recorte fue pegado y escribir la fecha para en el momento en que se parpadea estar en ese momento, no en un donde, sino en un cuando.
    Siempre fui una persona simple, un alumno con ambiciones simples, solo aprobar y no tener problemas, gracias al diario lo hacía, gracias al diario tenía intentos ilimitados para cometer errores y arreglarlos si era necesario.
    Gracias a todo eso nunca me vi en la necesidad de juntarme con mis compañeros, de entablar una amistad por conveniencia y supervivencia, tampoco es como que mis compañeros me cayeran bien o me hablarán, excepto María pero ella también se fue alejando de mí con el tiempo, al pasar a segundo año ella ya tenía un grupo de amigas al cual yo no pertenecía. Por alguna extraña razón todos siempre me veían raro, como si yo fuese el desequilibrado que vaya a orquestar una balacera, para resumir, nadie me caía bien.
    Tal vez te preguntes por Mako, bueno, ella no está mejor que yo, de hecho tal vez este igual de mal que yo, lo cual era raro, ya que es muy extraño ver a una chica linda sola ya que siempre lo estaba, al menos las veces que la veía estaba comiendo sola, caminando sola, estando sola. Al inicio, siempre que la veía quería acercarme a ella pensando en que era algo inmaduro no hablarle a estas alturas, pero una voz me detenía y me alejaba de ella llevándome muy lejos.
    Pasado el tiempo, a mediados de los tres años la gente me veía peor, me veía más que alguien sin amigos, me veían mal. Muchos con los que había tratado me tachaban como una persona mezquina y difícil de tragar, no sé por qué lo decían, solo marcaba sus errores cuando se equivocaba, pienso que tengo todo el derecho de hacerlo al poder corregir los propios, su principal queja era la manera en como lo hacía, pero me daba igual.
    Gracias al diario mis calificaciones no solo eran buenas, eran lo mejor de lo mejor, capaz de humillar a cualquiera que se plantara frente a mí. Al inicio usaba el diario para estudiar lo más posible, pero de un tiempo a otro lo que hacía era contestar algo, ponerme de pie y revisar si estaba bien, de ahí viajaba y corregía si era necesario, tal vez un método algo peligrosos, daba igual.
    No lo puedo negar, todo lo que logre de inicio a fin fue gracias a ese pedazo de papel con pegamento y empastado verde, todo lo que hice fue gracias al diario, gracias a el los tres años se pasaron casi igual de rápido que este resumen, llevándome a la ceremonia de clausura que debido a la fama de la escuela y a lo espectacular de la ceremonia siempre era esperada como fiesta popular, hasta ese año con el inesperado suicidio de Mako Moundlanden

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